Los participantes de Supervivientes 2021 están a punto de cumplir su primera semana de concurso y ya han surgido algunos conflictos en Honduras. Marta López, Alexia Rivas, Sylvia Pantoja o Lara Sajen han protagonizado los primeros roces y se postulan como las concursantes más polémicas de la edición. Sin embargo, hay un superviviente que podría estar guardando sus mejores cartas hasta convertirse en concursante de pleno derecho. Se trata de Carlos Alba, exaspirante de la séptima edición de MasterChef.
Sevillano de adopción, nacido en Alemania y de nacionalidad italiana y española, Carlos ya demostró en el talent de TVE que podía ser carne de reality y generó varias controversias durante su paso por las cocinas del programa.
De momento, el concursante no ha sacado a relucir en Supervivientes el fuerte carácter que mostró en MasterChef, pero lo cierto es que todo podría cambiar con su salto del helicóptero. Y es que cabe recordar que Carlos, uno de los grandes desconocidos de la edición, es habitante del Barco Encallado y lucha por convertirse en concursante de pleno derecho.
Este domingo, durante la emisión de Supervivientes: Conexión Honduras, el sevillano estuvo a punto de lograr ese objetivo, pero finalmente fue su rival en las votaciones, Antonio Canales, el elegido para habitar los Cayos Cochinos.
Pese al perfil discreto que está manteniendo el chef en los primeros días de convivencia en Honduras, tiene visos de convertirse en el gran provocador de la edición si recurre a las mismas artes que utilizó en el talent culinario.
En su paso por las cocinas de MasterChef, Carlos Alba demostró ser un gran estratega e hizo gala de su gran competitividad. Una de sus 'víctimas' fue Valentín, con quien vivió una constante rivalidad hasta que en el programa 12, a las puertas de la final, el sevillano cayó eliminado precisamente frente a él.
La cara de Carlos tras ser eliminado frente a su mayor enemigo fue la mejor muestra del mar perder que caracteriza al concursante. Un afán por la victoria que traspasó los límites de la competitividad sana, tal y como se pudo ver en la prueba de eliminación en la que engañó a su rival, Laly, que acabó siendo la expulsada.
"Estoy jugando mis cartas. (...) Soy un poquito tramposo", confesó entonces sin pudor. Una chulería que le valió para ganarse la enemistad de varios compañeros y el desprecio de buena parte de los espectadores, que celebraron en las redes su eliminación del concurso.
Su forma despectiva a la hora de referirse a dos compañeras también le valió numerosas críticas. Y es que el sevillano llamó "mantis religiosa" a Aitana por entablar amistad con Valentín y Aleix; mientras que a Samira le dedicó el insulto de "víbora".
No obstante, lo que en MasterChef fue un hándicap podría convertirse en una gran baza en Supervivientes. El perfil estratega y provocador de Carlos Alba, además de generar tramas y contenido televisivo, le puede valer para ganarse el favor de la audiencia, siempre ávida de conflictos, y sobrevivir así a la expulsión.
Un ejemplo reciente del éxito de esa estrategia es el de Hugo Sierra, quien en la pasada edición desquició a varios de sus compañeros y a la propia Lara Álvarez por su mal perder y su fuerte carácter, pero logró sobrevivir hasta convertirse en el cuarto clasificado pese a que fue nominado en ocho ocasiones. Además, el precedente para Carlos Alba en Supervivientes no puede ser más halagüeño, pues el anterior aspirante de MasterChef en pasar por la isla fue José Luis Losa, que tras logró alzarse con el triunfo en el reality en 2017.