Agosto sigue siendo un mes de mierda, con perdón de la expresión, conforme ya se auguraba a finales del mes de julio en este hermoso país llamado España. Los políticos residentes en aquella comunidad autónoma siguen con las miserias morales del Golpe de Estado producido casi 12 meses antes.

Desde entonces, una de las figuras claves del llamado “proceso” ha mostrado la falta de imparcialidad: los Mozos de Escuadra. “Mossos”, quienes deberían ser firmes ante la aplicación de la Ley: cumplir y hacer cumplir la normativa. Además de la obligación de renunciar a cualquier orden que fuera ilegal.

La mañana del aniversario de los atentados de Barcelona apareció una pancarta en un edificio insultando en idioma inglés a los españoles y al Jefe del Estado. Se enviaron agentes del cuerpo policial autonómico al lugar. Pudieron verificar la instalación, así como la imposibilidad de retirar dicha ignominia, dado que “no se encontraba en peligro de caída”. ¿Se puede ser más miserable? Cuando la libertad de opinión se basa en insultar a alguien, en este caso a todos los españoles, ellos incluidos, constituye un presunto ilícito penal. ¿Cuál es la utilidad de esos agentes?

Unos días atrás se ha levantado parte del secreto del sumario de esos atentados. Ya quedaron en entredicho cuando se negaron a permitir la entrada de los Tedax en el lugar de la explosión de Alcanar. La cantidad de bombonas de butano, junto con otros compuestos químicos, podrían hacer pensar la posibilidad de un laboratorio de explosivos; ellos se limitaron a calificar como “laboratorio de droga” ante la juez instructora. ¡Menudos “pofesionales”!

Se ha publicado también cómo las personas con cargos directivos en ese cuerpo armado han mentido. Cuando afirmaron no haber recibido comunicación sobre objetivos y preparativos terroristas de la C.I.A.; ahora conocemos que enviaron a tres personas para reunirse allí y conocer el completo de la información. Es más, los políticos afirmaron la discriminación en el órgano C.I.T.C.O. de España, al no estar integrados en él los policías autonómicos. ¿Cuándo compartieron ellos la información llegada de Estados Unidos? Dichos datos pudieran haber dado origen a nuevas operaciones, tanto en la comunidad autónoma del noreste, como en el resto de España y Europa.

Los hechos sucedidos en el Golpe de Estado, así como las fechas posteriores, determinaron la imputación del Mayor Fernando Trapero por presunto delito de Sedición. Las actuaciones en esos días fueron penosas y de dudosa legalidad. Es más, el gobierno de España se vio obligado a desplazar a miles de agentes de la Policía Nacional y Guardia Civil para intentar mantener la aplicación de la ley en aquella Comunidad Autónoma. Durante los numerosos servicios se vieron imágenes de la inacción de los Mossos, llegando incluso al límite de entrar en confrontación con los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Días después, la organización C.D.R. -Comité de Defensa de la República- organizaron una jornada de huelga general, realizando cortes de carretera y vías de circulación. Las Unidades de Mossos se dedicaron a proteger esas medidas de protesta, en lugar de permitir a los ciudadanos la libre circulación por las carreteras.

Los energúmenos favorables al llamado “proceso” optaron por el lazo de color amarillo como símbolo de su rebeldía. Algunos lo llevan en la solapa -como los políticos-, otros ensucian edificios -oficiales y particulares- con plásticos de ese color. Sin embargo, pese a ese movimiento revolucionario, costeado con subvenciones públicas, surgieron ciudadanos que colgaban la enseña nacional de España en sus balcones y ventanas. Del mismo modo, en tono pacífico y tranquilo, algunos ciudadanos se han dispuesto a retirar los elementos plásticos instalados en la vía pública. Ese plástico prohibido en las bolsas de establecimientos comerciales, pero ampliamente usado por esos revolucionarios de pacotilla. Cuan grande ha sido la sorpresa de un servicio de los Mossos: han detenido e identificado a 14 personas que retiraban esos elementos. Más grande aún es comprobar que no han tenido la “suerte” de proceder de la misma manera contra los individuos que colocaron los mismos a lo largo y ancho de Cataluña.

Ese cuerpo ha demostrado, mayoritariamente, que no debería permitirse ni regular el tráfico a sus agentes. La labor del cuerpo de los Mossos de Escuadra, en base a sus pésimos resultados obtenidos en materia antiterrorista, las acciones y omisiones llevadas a cabo antes, en y durante el intento de secesión de aquella comunidad autónoma, no cabría otra medida que decretar su disolución, investigar la participación y comisión de ilícitos penales de todos y cada uno de sus miembros, recuperando todas sus competencias para Policía Nacional y Guardia Civil.

Sin novedad en Cataluña. Se encuentra en esa situación desde hace 12 meses, 12, sin certeza del cumplimiento de la legalidad vigente en España.

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