Zaragoza

Los aragoneses son reconocidos por su sencillez, claridad y buen humor. Les gustan las cosas claras, y el chocolate espeso. Son sinceros, directos y buena gente. Las cosas no se las 'toman a mal', y si algo no les gusta o no lo entienden, lo dicen llanamente, sin complicaciones.

Llevan a gala ser de la tierra, se emocionan con Labordeta, y lo dan todo en las fiestas de su pueblo. Si pasas por las peñas, te preguntarán de quién eres, pero seas conocido o no, te darán de comer y de beber. No tienen problema en invitarte a cualquier celebración y te explicarán sus expresiones más queridas como 'el ir de propio'.

Para cada festividad tienen su propio dulce (huesos de santos el 1 de noviembre, roscón por san Valero el 28 de enero, teticas de Santa Águeda el 5 de febrero...) y como son muy lamineros, comparten sus exquisiteces por toda España: si les invitan a algún lado, llevan de regalo una Trenza de Almudévar.

Hablar, hablan de todo, de lo humano y lo divino, no tienen ningún problema. A no ser que saques el tema. La Corona de Aragón la llevan a mucha honra, y como se te ocurra comentar la corona "catalano-aragonesa", no tienes campo pa'correr. 

La historia es la historia, y Aragón tuvo un papel fundamental en la de España. Inventarse nombres para justificar determinados intereses políticos, no convence a nadie, y si no quieres ofender a un aragonés, no utilices jamás esa expresión.

Corona de Aragón

La formación de la Corona de Aragón se remonta al siglo XII, a través de la unión dinástica entre los reinos de Aragón y el condado de Barcelona. Este proceso comenzó en 1137, cuando Ramiro II de Aragón, conocido como "el Monje", decidió ceder el trono a su hija Petronila.

Para fortalecer la posición política del reino, Ramiro arregló el matrimonio de Petronila con Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona. Aunque el matrimonio fue pactado, Ramón Berenguer no fue rey de Aragón, sino que gobernó como "príncipe de Aragón", reservando el título real para su esposa e hijos.

Este enlace matrimonial no fusionó los territorios en un solo reino, sino que creo una confederación de estados bajo una misma corona, la Corona aragonesa, manteniendo cada territorio sus propias leyes e instituciones.

El hijo de Petronila y Ramón Berenguer, Alfonso II, fue el primer monarca en gobernar ambos territorios conjuntamente, consolidando así la Corona de Aragón. A partir de entonces, la Corona comenzó a expandirse, sumando otros territorios como el Reino de Valencia, las islas Baleares y territorios en el mediterráneo, incluyendo Sicilia, Cerdeña y Nápoles, lo que convirtió a Aragón en una potencia naval y comercial en la Edad Media.

La estructura de la Corona de Aragón, con su carácter confederal, fue una peculiaridad importante. A lo largo de los siglos, los territorios que la componían (Aragón, Cataluña, Valencia y Baleares, entre otros) mantuvieron su autonomía, leyes e instituciones, aunque compartían un mismo monarca. 

Término 'corona catalano-aragonesa'

El término 'corona catalano-aragonesa' es un concepto que ha generado el rechazo de los historiadores. Aunque últimamente se utiliza en algunos escritos y debates en Cataluña, este término no tiene un respaldo histórico riguroso en los documentos de la época medieval. 

Según los registros históricos, nunca se utilizó oficialmente esta denominación. Lo correcto es hablar de la Corona de Aragón, que era una confederación de territorios bajo un mismo monarca.

La confusión proviene del hecho de que la Corona incluía tanto el Reino de Aragón como los territorios de la Casa de Barcelona, que comprendían Cataluña y otros condados. A partir de la unión dinástica entre Petronila de Aragón y Ramón Berenguer IV, los reyes de Aragón gobernaban también sobre los territorios catalanes, pero cada uno mantenía sus propias leyes e instituciones.

Los documentos oficiales de la época, como cartas y tratados, hacen referencia exclusivamente a la "Corona de Aragón" o a "Rey de Aragón, Valencia y conde de Barcelona", sin mencionar el término "catalanoaragonesa".