María González
Zaragoza
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La calle Libertad de El Tubo de Zaragoza ha vuelto a su trasiego habitual de personas tras diez días cerrada por la aparición de una sima que obligó a desalojar por precaución un edificio de viviendas. También se vieron afectados tres locales que tuvieron que cesar su actividad. 

A mediodía de este viernes ya se podía ver las persianas subidas de Doña Casta y de Vinos Nicolás, dos de los bares que se vieron afectados. Los trabajadores de cada establecimiento se afamaban a poner todo a punto para volver a la normalidad. 

Aunque ahora vuelven con ganas, recuerdan estos días con sabor agridulce. "Octubre es un mes importante, de facturación alta por el Pilar y los días posteriores, pero esta semana ha sido una pena", señala Emilio Peña, propietario de Vinos Nicolás. 

Los trabajadores también sufrieron esta circunstancia excepcional: "Las plantillas son grandes y se ha tenido que dar vacaciones forzosas", recalca Patricia Sánchez, encargada de Doña Casta. Esta decisión también se tuvo que tomar entre los nueve trabajadores de Vinos Nicolás. "Es la primera vez que se nos ha dado esta situación, siempre les dejamos a elección, pero esta vez no ha podido ser", recalca Peña.  

Ninguno de los locales ha sufrido daños estructurales, pero sí que lo han notado a nivel de negocio. "Hemos estado diez días sin poder entrar al local y todo lo que teníamos en las neveras se ha echado a perder. No hemos podido salvar nada", detalla Sánchez. 

Este viernes esperan poder levantar cabeza tras estos días cerrados y esperan que el Monumental Tour de alegría a El Tubo. "Retomamos la actividad con muchas ganas", cuenta animada la encargada de Doña Casta.

Aunque las cifras que esperaban conseguir en octubre van a ser difíciles de recuperar: "No vienen eventos especiales además de lo de esta noche. Esperamos que no llueva para que nos vaya bien", señala Peña. 

"De cara" 

Ambos afectados recuerdan como se enteraron de la noticia. "Nos encontramos de cara con lo que estaba pasando. Vimos la calle acordonada y no sabíamos nada", expresa Patricia Sánchez.

Aunque después de eso, admiten que desde el Ayuntamiento de Zaragoza se pusieron enseguida a solucionar el problema: "Nos han mantenido al día de los trabajos y se han seguido los plazos acordados", señala Peña. 

Tanto Doña Casta como Vinos Nicolás no se han visto afectados de manera estructural como si ocurrió con el local de Sin Palabras que sufrió problemas en los muros de carga. Sin embargo, se encuentran alerta: "Estamos mirando y revisando bien por si aparecen grietas", detalla la encargada de Doña Casta. 

El martes pasado se tuvo que llevar a cabo el desalojo preventivo del edificio 14 de la calle Libertad. Así, se vieron afectados cuatro familias y tres restaurantes de la zona, que tuvieron que cesar su actividad. 

Los técnicos de Urbanismo en el informe preliminar señalaron que la causa fue la fuga de agua por la rotura de una tubería de la red de abastecimiento. Esto supuso la pérdida de la capacidad portante del suelo, lo que provocó el desplazamiento del terreno.

De esta manera, se generó una oquedad de ocho metros de longitud, que se extendió entre el inmueble número 14 y el vial público. El desplazamiento del material supuso la afección en un muro de carga de una bodega en los bajos y la pérdida de la capacidad portante del edificio al quedar la esquina en voladizo.