María González
Zaragoza
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"¿No puedo pasar?" o "¿qué ha pasado?" han sido las preguntas más recurrentes de muchos de los viandantes que transitaban El Tubo en la tarde de este martes en Zaragoza. Su habitual trasiego de personas y taburetes llenos a las puertas de los establecimientos se ha visto sustituido por vallas que cortaban el paso y bolsas de tierra afincadas en la esquina de la calle de la Libertad.

Esto se ha debido a que el Ayuntamiento de Zaragoza ha ordenado el desalojo preventivo de los vecinos del número 14 de la citada vía, en total, cinco familias. Esta se ha producido por la reparación de una sima encontrada entre el edificio y la calle. Aunque se ha dejado abierto para el acceso al resto de viviendas y negocios, los cuatro restaurantes que se ubican en ese enclave se han visto obligados a cerrar.

En concreto, los locales más afectados han sido La Tarantella, Doña Casta, Vinos Nicolás y Sin Nombre. El propietario de Doña Casta, Joaquín, ha explicado a EL ESPAÑOL, que el cierre va a tratarse de dos o tres días o, incluso, cuatro, según evolucionen las obras.

El dueño se ha mostrado "tranquilo" porque es una zona antigua que suelen encontrarse estos problemas de vez en cuando: "Ya pasó hace unos años en El Tubo y son cosas que pasan", ha señalado. También ha querido recalcar que "mejor que haya sido ahora que en un futuro cuando pudiera causar más daños".

La sima se ha descubierto con motivo de la reparación de una fuga de un edificio particular de dicha calle. Al lugar se desplazó personal de inspección de las Brigadas de Infraestructuras, que detectaron que la esquina del edificio 14 estaba al aire sobre una sima profunda, seguramente formada por el lavado del agua del terreno bajo dicha esquina. La oquedad continua bajo la fachada del edificio y el tramo público de la propia calle.

Las obras se comenzaron el martes, dos días después de que terminaran las Fiestas del Pilar, días de gran aglomeración en el Casco Histórico de Zaragoza y, en especial, en la zona de El Tubo: "Menos mal que ha sido después", ha señalado aliviado el propietario.

Por parte de los residentes de las cinco viviendas, el Consistorio ha comunicado que manifestaron que tenían soluciones habitacionales provisionales con familias o amigos y que no requerían la activación de los protocolos de servicios sociales para su atención. La Policía Local mantiene una patrulla de vigilancia y atención en la zona.