Las hamburguesas pasaron por una larga historia antes de popularizarse como uno de los alimentos más consumidos del mundo en el siglo XX. Aunque algunos atribuyen su origen a las tribus turcas y mongolas, su etimología hace referencia a la localidad alemana de Hamburgo, el puerto más grande de Europa en el siglo XIX. Los inmigrantes alemanes introdujeron esta forma de preparar, cocinar y consumir la carne picada y especiada en Estados Unidos, donde se apropiaron de la receta y la colocaron en el centro de una filosofía de consumo.
Sea como fuere, lo cierto es que su reputación de reina de la comida rápida ha transmutado en los últimos años para convertirse en un elemento de la cocina gourmet. No es lo mismo comerse una hamburguesa como un elemento más de una cadena de montaje que como el artefacto último de una larga tradición, preparada con mimo. Y su origen alemán sigue resonando en el imaginario europeo, especialmente en los países del sur, como la forma genuina de disfrutarla.
Baseburger es una cadena de hamburgueserías (y cocktails) alemana de origen familiar con una filosofía basada en "unos altos estándares de calidad", desde la forma de adquirir los productos hasta cómo combinarlos. Fundada en 2015, cuenta ya con tres locales en la zona de Dortmund (Lünen, Iserlohn y Bochum) y este miércoles abre su primer local en España. Concretamente en Benidorm, en la zona de La Cala (calle Santander, número 16).
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En el caso del nuevo restaurante, su manera de hacer las cosas está impresa en la misma configuración del local: en lugar utilizar un mobiliario homogéneo, propio de las franquicias, los elementos que decoran el restaurante están hechos a mano, con el negro (el color de la marca) como principal elemento común.
En realidad es una declaración de intenciones: todo lo que se puede encontrar de puertas para dentro es genuino y distintivo. Empezando por sus hamburguesas, pero también con las patatas condimentadas de distintas formas y -sobre todo- a través de una extensa carta de cocktails (incluyendo gin tonics) para disfrutar de la sobremesa. Parte de su oferta se puede ver directamente en su cuenta de Instagram.
En su carta de bebidas hay limonadas y té helado casero, pero también ausencias que -de nuevo- definen su manera de trabajar: en Baseburger la comida no se acompaña con la clásica Coca-cola, sino con una Fritz Kola, un refresco ideado por dos estudiantes de Hamburgo que destaca por su alto contenido de cafeína y que se comercializa en varios países de Europa.
La idea, de nuevo, es ofrecer una experiencia distinta a lo habitual. Pero, sobre todo, proporcionar un refugio único para los amantes de las hamburguesas y los combinados al que volver de vez en cuando en la capital turística de la Costa Blanca.