Las fiesta de Todos los Santos en Alicante viene acompañada en hornos y pastelerías de especialidades propias para esta fecha, los más habituales los buñuelos y los huesos de santo. Este panorama, el habitual durante décadas, ha cambiado durante los últimos diez años con el ascenso del interés por Halloween. "A los niños no les interesan los buñuelos", cuentan desde uno de los mayores proveedores de estos dulces.
Con una producción de 150 kilos de buñuelos, el horno Bardisa Pérez es capaz de abastecerse y de cubrir a otros cuatro despachos más en la ciudad de Alicante. Los 7 500 dulces que distribuyen son un 25 % menos que el año pasado, cuando en esta misma temporada ofrecieron 10 000.
Manuel Bardisa, tercera generación de este negocio familiar, no se sorprende porque ya está habituado a que entren veinteañeros y pregunten qué es eso señalando a los buñuelos. El desconocimiento entre los niños y jóvenes de un postre fundamental en el recetario lo combaten de la mejor forma posible, ofreciéndolo para probar.
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"Cuando lo prueban, repiten", cuenta orgulloso. Y es fácil entender por qué. En su obrador los preparan rellenos de crema pastelera, de chocolate y de nata. Y hay un claro triunfador, la crema con toques de canela y de vainilla. Más de la mitad de los que les compran son de esa clase, y solo un diez por ciento para el de cacao.
Los hacen de pequeño tamaño para que se pueda comer de un bocado. "Así te deja el gusto en la boca y te apetece otro", apunta pícaro Manuel en clara preferencia sobre otra de sus ricas especialidades, el hueso de santo hecho con mazapán y relleno de yema.
A pesar de eso, la tendencia la ve clara. "La tradición se está perdiendo porque en las grandes ciudades muchas de ellas están desapareciendo", afirma. Los niños, que son los que suelen dirigir la demanda de dulces, no los piden.
Ni siquiera los huesos de santo, cuyo nombre ya hace explícita referencia a las celebraciones de estas fechas atraen. ¿Podrían hacerlo si se promocionaran jugando con esa imaginería? Aunque admite esa posibilidad como interesante, sería para desarrollar en un futuro.
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Este año se suma otro factor que complica el regreso de estos dulces, la inflación. "Como los precios no se pueden subir, intentas capearlo", asegura. Lo habitual es que la gente los compre a cuartos de kilo, así salen los buñuelos a 4,5 euros la bandeja.
El futuro del dulce
¿Y qué llega en su lugar? Las galletas decoradas. La versatilidad que permite el trabajar la masa y la facilidad con que se pueden usar moldes y azúcar para colorearlas ofrece resultados muy llamativos. Esos son los que en este mismo establecimiento situado en la calle Maestro Alonso el año pasado ofrecían alternativas. Este octubre, como cuenta Bardisa lo han descartado para centrarse en otro tipo de productos.
Este lunes estarán abiertos y seguirán trabajando para ofrecer estos dulces al igual que otros productos. Desde mediados de octubre han estado han estado preparando los buñuelos y los huesos de santo, un trabajo que tienen previsto mantener durante esta semana tras el descanso de este martes.
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