Alicante

Hay amistades que pueden mejorar la vida de muchas personas. Eso es lo que deben de pensar Juan de Dios Amador, Teófilo Díaz y Josep Candela. El primero es el presidente de la asociación Sinamos Rom (que en lengua romaní quiere decir somos gitanos); el segundo es Inspector de la Policía de Crevillent y el tercero es concejal de Seguridad y Fiestas. Los tres han forjado una amistad fruto de muchas llamadas, conversaciones y llamadas. 

"Recuerdo que los primeros contactos con Juan de Dios nos estábamos tomando un café y nos reíamos al vernos allí en plan 'qué hace un policía y un gitano juntos', rememora este policía local a EL ESPAÑOL De Alicante. "Teo Díaz fue mi descubridor", añade Amador. "Un día vino él y Josep Candela a mi casa y me dijeron que qué me parecía la idea, les dije que estupendo porque se estaba alejando la convivencia entre payos y gitanos aunque aquí nunca ha sido muy distante". 

Esa idea no era otra que constituir la asociación anteriormente citada, de reciente creación, "para tener a los interlocutores válidos", resalta el regidor tras recordar que Juan de Dios "es el hijo de Sagasta, el patriarca antiguo de Crevillent, una de las familias más numerosas de aquí". Lo confirma él mismo. "Mi padre, Ramón Amador, conocido como Sagasta, ha sido durante 40 años el patriarca de Crevillent, igual que lo fue mi abuelo anteriormente", asevera Amador.

[El mito de que la famosa alfombra de Crevillente es cosa de su población marroquí] 

"Es verdad que esa palabra, patriarca, ya suena fea, pero así eran las cosas", reconoce a continuación. "Recuerdo que mi padre ha luchado mucho por el bienestar del pueblo, no solo por los gitanos, sino por todo el mundo, evitando por ejemplo que se robase", insiste.

¿Qué problemas había o hay de convivencia para crear una asociación que lucha por la convivencia? Les preguntamos. Los tres coinciden en responder que los problemas han aparecido en los últimos años de "gitanos que vinieron de fuera de Crevillent", responde Juan de Dios. "He hablado con ellos porque la verdad es que son algo conflictivos", reconoce. "En Crevillent históricamente no ha habido problemas de convivencia, sí puntualmente de familias gitanas que procedían de otros municipios", corrobora el agente policial. 

Imagen de las jornadas culturales que tuvieron lugar con la población gitana.

Así que las labores "de mediador" que ha venido realizando Amador en los últimos años de motu proprio han canalizado en el movimiento asociativo que ha nacido en los últimos meses sobre los casi mil gitanos que viven en esta localidad al sur de Elche de una población total de casi 30.000 habitantes. 

"Gracias a que estas dos personas que me abrieron la puerta, estoy viendo bastantes mejorías en todo el pueblo", agrega. "La cosa está más tranquila", señala el edil de Seguridad, "en algunas zonas concretas es verdad que persisten, pero sin tanta intensidad", asume. "No hemos solucionado el problema de venta de droga y civismo en esa zona concreta, pero ahora sí tenemos más mecanismos y paz social", concluye. 

De Seguridad a Fiestas

"Es verdad que si bien la idea nació desde una perspectiva policial para que hubiera un contacto directo con la etnia gitana, pronto derivó hacia mí otra concejalía, Fiestas", explica Candela. "Ellos han reclamado históricamente formar parte de un movimiento lúdico con su propia huella porque si bien participaban en las fiestas patronales, decían que no tenían representación", avanza Teófilo Díaz. 

De esa forma han recuperado la celebración del Día del Pueblo Gitano (8 de abril) que no había tenido lugar nunca en Crevillent; la semana cultural gitana, que se hizo hace unas semanas o la actuación de Rambo y su Timba, "un grupo bastante conocido a propuesta de ellos mismos", apostilla Candela, que vino desde Barcelona a tocar el año pasado. "Así descubrieron que para el Ayuntamiento también existen ellos", constata el regidor.   

Desde la asociación y el Ayuntamiento también se han promovido jornadas deportivas.

Por su parte, Juan de Dios Amador recuerda que desde la asociación Sinamos Rom ya han organizado varios talleres para mujeres y contra la violencia de género y que pronto promoverán otros para formar a futuros mecánicos, profesionales de la esteticista y otras ramas. Consciente de que el desempleo entre la población gitana, "sobre todo en los jóvenes es grande, quitando muy poquito a los que sí están trabajando, el resto poco", sabe que para cambiar las cosas "hay que ir poco a poco". 

Él quiere empezar contribuyendo a "quitar esa mala imagen" que existe entre los payos en torno a la población gitana. "Si un gitano hace algo malo, parece que lo hemos hecho todos los gitanos, pero cuando lo hace un payo..., ¿son todos los payos iguales?", se pregunta.