María Bonmatí se enteró del fallecimiento de su marido, Sergio Rodríguez, de 33 años y secretario general del PP de Elche, trabajando en el Hospital General de Elche, donde es enfermera. No ha podido volver a reincorporarse, "ni me puedo acercar allí, me trae recuerdos de aquel día", cuenta.
Esta semana se ha cumplido medio año de aquel fatídico 1 de agosto, cuando el conductor de un camión que conducía bajo los efectos de la cocaína y psicofármacos invadiera su carril sin que el exedil tuviera tiempo de esquivarlo. Dejó a dos niñas, ahora de año y medio y tres, a las que María alude en toda la entrevista; "doy gracias de que no fueran en aquel coche como solían ir", comenta.
Al poco de morir, esta joven inició una campaña a nivel nacional "para evitar muertes como la de Sergio", lo que le ha llevado a reunirse con líderes de los principales partidos y con el director de la DGT. Pide más controles a conductores profesionales, más penas de cárcel y, sobre todo, mucha prevención.
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P.- Pronto sospechaste que el responsable del accidente estaba bajo los efectos de las drogas o del alcohol.
R.- Claro, me llama la Guardia Civil cuando ya estaba en casa y la primera pregunta que no sé por qué, imagino que por mi profesión, les hago es si iba bebido o había consumido drogas, y la policía ya te contesta. Entonces me di cuenta de que era un error que se podría haber evitado. Puede haber accidentes donde hay muchísimos factores que no dependen de nosotros, pero bajo el consumo de alcohol y de drogas sí. Y yo, por ejemplo, siempre he estado muy concienciada con este tipo de temas.
P.- ¿Y es ahí cuando decides dar el paso?
R.- Doy el paso tras hablar con amigos y sentirme apoyada por Pablo, José Claudio o Antonio Luis [dirigentes del PP local y amigos personales de Sergio y María], a los que les decía y me decían que esto se podía haber evitado. A la Guardia Civil también les pregunté a qué me enfrento, o sea, qué responsabilidad puedo pedir yo a la otra parte, entonces te das cuenta de que no hay responsabilidad, que la pena a la que se enfrenta la parte culpable es una pena de dos a cuatro años, contando que tenga antecedentes y contando ahí un montón de cosas. Entonces tú dices, pero vamos a ver, es que la vida de una persona no vale eso. No vale nada, o sea, nada es justificable, nada va a devolverte a Sergio, pero ese hombre ha cometido una imprudencia consciente porque decidió coger el camión drogado, y su pena no puede ser igual a la pena de una persona que tenga un accidente fortuito.
P.- El responsable sigue en la cárcel a la espera de juicio.
R.- Sí, está en prisión de forma preventiva, pero va a salir hasta que se celebre el juicio, y a lo máximo que se va a enfrentar, me dice la Guardia Civil y expertos en tráfico que son 4 años y sin antecedentes, que parece que es el caso, puede que sea condenado a dos y si acaba pisando la cárcel por buena conducta, podría salir en un año si lo condenaran a más.
P.- Y no te parece justo, entiendo.
R.- Es que al final va a estar pronto en casa y sin ningún tipo de responsabilidad. Una persona que para mí ha cometido un delito por coger un camión drogado en horario de trabajo, ¿cómo eso no puede tener ninguna repercusión?
Más controles de drogas
P.- Desde entonces defiendes que debe haber más controles de droga, no solo de alcohol, para las personas que trabajan en carretera.
R.- Claro, es que yo me he quedado con la duda de que si a esa persona le hubieran hecho un control de drogas, no le hubieran permitido coger el camión en horario de trabajo. Este hombre es el único responsable de invadir totalmente el sentido contrario con un camión de 20 toneladas que es como un arma, si un coche ya lo es… y si le hubieran hecho el control, esto no hubiera pasado.
P.- Los controles se suelen hacer en fin de semana y por consumo de alcohol, tengo entendido.
R.- Sí, eso me han reconocido desde Guardia Civil y Tráfico, que si no es sábado o una fiesta, no se suelen hacer. Y mi marido murió a las 7 de la tarde de un lunes. A mí, seis meses después, me da igual que esa persona vaya dos años o los que sea a la cárcel, eso no me va a arreglar la vida. A mí lo que me puede dar un poco de paz es que esto no vuelva a ocurrir. Y eso pasa por que los conductores profesionales de vehículos, tanto de transporte como de pasajeros, pasen más controles porque al final están poniendo en peligro sus vidas, las de sus pasajeros y las de las demás personas que circulan por la calle.
P.- ¿Y es entonces cuando comienzas a mantener reuniones para cambiar las cosas?
R.- Sí, los primeros fueron los de la Confederación Nacional de Transporte, que me ayudaron a entender lo que ellos también han intentado para que haya más seguridad. Pero como esto al final depende de la voluntad política, me he reunido con representantes políticos.
P.- ¿Y por qué no promover una Iniciativa Legislativa Popular?
R.- Sí, podría haber recogido firmas, pero yo he jugado un poco con los contactos, porque sé que al final me ha escuchado el PP y su portavoz Cuca Gamarra; del PSOE el diputado ilicitano Alejandro Soler y el portavoz de Seguridad Víal y con Vox en el Senado; se lo he pedido a Unidas Podemos, pero no me han contestado. Y la verdad es que todos me han recibido con los brazos abiertos.
P.- ¿Están dispuestos a cambiar la legislación?
R.- Me han explicado que ya han promovido una modificación de la Ley de Seguridad Vial para que haya más controles de alcohol, lo que pasa es que se ha puesto una moratoria de 24 meses y todavía no se ha puesto en marcha. Luego también me reuní con el director de la DGT, Pere Navarro, con el director de su Observatorio, cuya reunión, de más de hora y media, fue muy positiva.
P.- La DGT está en la línea de lo que propones, ¿no?
R.- Muy partidarios. Lo que pasa con las drogas, a diferencia del consumo del alcohol, es un terreno inexplorado, porque el conductor que da positivo en drogas, como no hay jurisprudencia de cuánta afectación hay que tener en la sangre como el baremo del alcohol, que te condenan en función de la cantidad, eso es malo y complejo. Ellos me instaron a reunirme también con el Fiscal de Seguridad Vial, que lo haré la semana que viene y con el INSS porque he hecho una propuesta que afecta al Estatuto Básico de Trabajadores ya que en las empresas saben que si un trabajador consume, no tienen las armas legales para despedirlo, porque sería un despido improcedente. Y también voy a plantear cambios en la Ley de Riesgos Laborales para que haya más formación, campañas de concienciación y se hagan más reconocimientos médicos, porque si tú sabes que te van a hacer un reconocimiento, pues probablemente te portes mejor. Igual que el piloto de avión, cada seis meses tiene que pasar un control, pues ¿por qué no igual para el conductor de un autobús o de un camión? Sé que lo que pretendo es difícil, pero no me voy a rendir.
P.- Imagino que desde el PP de Elche te habrán ayudado para conseguir contactos.
R.- No te creas, al final muchos han sido correos que les envié para que me concedieran entrevista y, para mi sorpresa, me he encontrado con las puertas abiertas. Considero que de todo esto me queda la ilusión de cambiar las cosas. Esto ahora mismo es uno de los motores de mi vida, junto con mis hijas. Porque yo me pregunto, qué habría pasado si Sergio estuviera en mi lugar, pues que hubiera hecho lo mismo. Él no se hubiera quedado en casa sin hacer nada, porque no era así, todo lo contrario.
Más penas de cárcel
P.- Abogas por aumentar las penas de cárcel para casos como el de tu marido. ¿Qué propones exactamente?
R.- No entiendo por qué lo que le ha pasado a Sergio no se puede considerar un homicidio doloso, y solo lo pueden calificar de homicidio imprudente. Entonces yo digo que las penas en vez de 2 a 4 años, como está establecido en el código penal, sea de 4 a 8.
P.- Este tipo de juicios son muy duros para las víctimas. ¿Te has preparado?
R.- Me lo ha advertido mi abogado, quien ha intentado siempre que sea la Fiscalía la que lleve la batuta. Pero yo ya estoy personada en la causa como acusación particular y los amigos de Sergio, tras consultarme, han decidido que también se presentan como acusación popular. Al final eso es fuerza porque esto no se puede quedar así, pero intento ser realista. Y tampoco quiero que eso me influya. Es como... Es que a mí no me van a devolver a Sergio si lo condenan más o menos. Me ha costado no tener ese rencor. No me mueve el rencor. Me mueve pensar que esto es evitable.
P.- Te tocará verle la cara al responsable del homicidio.
R.- A mí me encantaría. Yo soy dura y tengo estómago y al final me encantaría poder decirle a la cara... O sea, no con rencor, pero que me vea… No sé, sé que va a ser muy difícil. Pero es que yo he aprendido que a mí no me van a devolver a Sergio. Ahora sé que no va a volver. Yo en los primeros días y meses estaba que me costaba asimilarlo y al final lo que quiero es la máxima justicia posible y que se arrepienta de lo que ha hecho; y que sea consciente. O sea, que sea consciente de lo que ha hecho y que asuma su responsabilidad. Y que esa responsabilidad la asuma todo el mundo porque tú no me verás tomando una cerveza y subiéndome a un coche.
P.- También insistes en apostar por más campañas de prevención.
R.- Eso es, lo que yo busco es prevención para que esto no vuelva a pasar. Porque lo que yo me planteo a día de hoy es cómo podría haber evitado que Sergio hubiera tenido ese accidente. Ese día había ido al gimnasio tras haber trabajado, maldita la hora que se apuntó a ese gimnasio y cuando pasó volvía para recogerme del trabajo y yo doy gracias de que no iba con mis hijas en el coche como tantas veces hacía. Estoy a por todas en este tema porque es verdad que egoístamente también siento que hago algo por mí. Yo me planteo que él, no por mí que por supuesto, por cualquiera de sus amigos también lo hubiera hecho porque era una persona muy batallera y reivindicativa. Y a mí me gustaría decirle a mis hijas en el futuro, cuando sean mayores, que esto que estoy haciendo ahora se ha conseguido por nuestro esfuerzo, que se ha logrado por su padre.