A las siete de la mañana en El Campello buena parte de la población estaba en la calle. Más de cuatro mil personas, según estimaciones del Ayuntamiento, esperaban el desembarco de las tropas sarracenas en la playa.
Los tres años transcurridos desde que se pudieran celebrar por última ocasión las fiestas patronales y de Moros y Cristianos han hecho que las expectativas fueran muy altas. Y esas se han podido colmar al romper el alba los disparos de los arcabuces.
El olor a pólvora por la mañana ha ilusionado a quienes esperaban que las barcas cargadas de las tropas asaltaran a las ocho la ciudad. Cumplen así con una tradición inaugurada hace 35 años y que tiene ya el reconocimiento de Fiesta de Interés Turístico Provincial, un título en el que están trabajando para conseguir que la Generalitat lo eleve a autonómico.
Un total de 16 navíos han traído cerca de doscientos sarracenos que se han lanzado al agua. Y una cantidad similar estaba ya en tierra como fuerza de apoyo para recrear la conquista mora, como detalla el comunicado municipal. Un episodio que tendrá su continuación en la reconquista cristiana con su correspondiente toma del castillo.