Puede que el término casa cueva te suene demasiado antiguo, pero lo cierto es que hoy en día todavía hay muchas personas que viven en este tipo de construcciones ubicadas en el interior de la montaña. Pero, ¿qué las hace tan especiales?
Silenciosas y sostenibles, estas son dos de sus principales ventajas. A los turistas les encanta acudir a ellas en busca de paz y tranquilidad. Además, cuentan con otra ventaja todavía más tentadora, y es que tienen su propio clima. Su situación geográfica, en el interior de la montaña, hace que la temperatura media sea de unos 15 grados. Esto quiere decir que son fresquitas en verano y calentitas en invierno.
Estas características se suman a la originalidad del alojamiento, que en realidad no es nada nuevo. Ya que las cuevas han sido utilizadas como refugios por nuestros antepasados durante siglos. Sin duda, hay algo irresistible en ellas que ha llamado la atención de los turistas extranjeros. En España las casas-cueva están extendidas por todo el territorio. Granada, Léon, Albacete, La Rioja son algunas de las provincias en las que podemos encontrarlas.
En Alicante también existen y, hoy en día, están muy bien conservadas. Villena, Rojales, Algueña son algunos de los municipios que podemos visitar para vivir una verdadera experiencia troglodita.
En Rojales
En pleno siglo XVIII, mineros murcianos se desplazaron hasta la vecina localidad de Rojales (Alicante) para trabajar en labores agrícolas y en el campo. Su experiencia con la piedra les llevó a construir casas en el interior de la montaña y a vivir en ellas hasta el siglo XX. Los vecinos las han cuidado durante siglos y ahora son uno de los lugares más visitados por los turistas. Se trata de un conjunto, que está formado por 15 cavidades, conocidas como las Cuevas del Rodeo.
En Algueña
La localidad de Algueña está situada en la comarca del Medio Vinalopó, y con poco más de un millar de habitantes, cuenta con su propio conjunto de casas-cueva. Desde el departamento de Comunicación del Ayuntamiento de Algueña nos cuentan que los vecinos de la localidad llevan siglos habitando en ella, por lo que nunca les ha parecido algo extraordinario. Sin embargo, la población extranjera sí que ha puesto sus ojos en estas peculiares residencias. Y algunos que llegaron hasta Algueña como turistas se han convertido en uno o una más de la localidad.
La Diputación de Alicante ha impulsado la rehabilitación de la casa cueva municipal de Algueña para transformarla en museo etnográfico. Con una inversión de 82.644 euros quieren llevar a cabo tanto la redacción del proyecto como su ejecución. "El hábitat en este tipo de construcciones fue el origen de la población de Algueña que durante muchos años las utilizó como viviendas habituales. Actualmente, la mayoría se conserva como segundas residencias", cuentan fuentes del consistorio provincial.
En Villena
Las faldas del Castillo de la Atalaya en Villena fue el lugar elegido por algunos vecinos de la localidad para levantar un conjunto de casas-cueva, que estuvieron habitadas desde el siglo XV hasta el XX. Hasta que en la década de los 50, la mayoría de ellas desaparecieron. En la actualidad quedan algunas como las casas cueva de Salvajes y las de la escuadra de Tuareg.
Verdaderos tesoros de interior que han sabido sobrevivir al paso del tiempo. Y quién sabe si en un futuro no volverán a convertirse en primeras residencias.