Se suceden las reacciones a la muerte de Miguel, el joven con cáncer renal que en los últimos años había contado con la complicidad de sus padres, Víctor de Pinoso y Paqui, de Yecla, para ver a su equipo del alma, el Betis. Desde su camilla hospitalaria, ya en cuidados paliativos, pudo conocer a su mayor fan, Joaquín, a quien le dedicó un poema en persona en el estadio del Elche y quien, cuando se enteró de su muerte el pasado 3 de enero, le dedicó las siguientes palabras en su Instagram: “Nunca olvidaré las palabras que me dedicaste con tanto amor. Miguel DEP, amigo mío”. 

El padre de Miguel, emocionado, dice con una sonrisa que no recuerda exactamente cuándo Miguel se fijó en el conjunto sevillano. "Él era pequeño, se ve que le gustaban muchos los colores, su himno... y desde entonces ha sido fiel seguidor hasta la muerte, literalmente", explica. 

Porque, recuerda, "no es casualidad" que Miguel haya dicho adiós tras cumplir 17 años, el mismo número que lleva en la espalda su jugador favorito, Joaquín, a quien conoció de cerca en el Martínez Valero de Elche. 

Anteriormente el centrocampista ya se había interesado por este chico nacido en Yecla, Murcia. Había sido en el encuentro que disputó el Betis en Granada donde pudo disfrutar del partido desde su camilla hospitalaria pegado a la afición. Allí cruzó unas palabras con Joaquín como anteriormente había visto a su equipo contra el Atlético en el Wanda Metropolitano, en Madrid. 

Todo, gracias al esfuerzo y deseo de sus padres, como lo corrobora el alcalde de Pinoso, Lázaro Azorín. "Este partido no lo ha podido ganar, pero sus padres han conseguido que disfrutara de todo aquello que le hacía feliz", recuerda a este medio. 

Un emocionado Joaquín

Uno a uno, todos los jugadores del Betis se acercaron para saludar a Miguel en el estadio del Elche a finales del pasado mes de noviembre. Pese a que ya los había visto, la expresión de Miguel, como se puede ver en las fotos y los videos subidos desde las redes sociales de su padre, son la viva imagen de la felicidad. 

Aunque el momento de explosión llegaría cuando se vería cara a cara con Joaquín. "¿Cómo estás?", le pregunta el que fuera jugador de la Selección. "Contento no, lo siguiente", le respondía. A continuación, Miguel se atrevería a leerle una carta en forma de poesía que le había escrito. En ella le agradecía:

"Que jugara tantos años en el club de tu vida / Vamos a jugar bien lo que queda de temporada porque sin ti el Betis no sería nada / Qué gran gusto haberte conocido, qué importante es tener buenos amigos / Gracias Joaquín pase lo que pase, pero no dudes que desde aquí siempre estaré para apoyarte"

Joaquín, visiblemente emocionado, se secaba las lágrimas al tiempo que le daba las gracias por sus palabras y le preguntaba en qué otro partido le vería.  

Agradecimientos "eternos"

Víctor, el padre de Miguel, se deshace en elogios hacia la fundación Ambulancia del Deseo, encargada de ayudar "a cumplir los deseos de los pacientes que sufren una enfermedad puntual, crónica o incurable, siempre y cuando necesiten una ambulancia y un equipo de profesionales sanitarios para poder llevarlo a cabo", se puede leer en su web. 

Uno de sus sueños era ser periodista deportivo. Apasionado del deporte, su padre explica que el pasado domingo estaban invitados por el Betis para ver el partido contra el Celta. "El club quería hacerle algo especial por su cumple", dice por teléfono, "pero les tuve que llamar para decirles que estaba muy malito". Horas después, fallecería. "Iremos nosotros y cumpliremos el sueño por él".