Una venta de marihuana que salió mal en Novelda se cierra con dos condenas a prisión por 18 y 3 años. Así lo determina la sentencia de la Audiencia Provincial ante el caso de un padre e hijo que acabaron a tiros con los compradores que acudieron a su casa para conseguir las drogas.
La mañana del miércoles 22 de mayo de 2019, dos ciudadanos de origen magrebí acudieron a comprar marihuana a una casa de Novelda. Hasta allí les había convocado el ahora condenado para ofrecerles la droga que cultivaba en una plantación que tenía anexa a esta vivienda, según el relato de la sentencia que recoge Efe.
Este padre de 59 años y su hijo de 28 les exhibieron el material a los compradores para que lo valoraran. Pero la negociación sobre el precio y la cantidad que se pretendía adquirir acabó mal. Una pistola cerró el acuerdo. El padre sacó una semiautomática de calibre nueve y empezó a disparar a los compradores "guiado con el ánimo de acabar con su vida".
Los dos compradores escaparon de la vivienda, a pesar de haber sufrido dos heridas en el abdomen y en la espalda. Mientras huían, el hijo del vendedor, también procesado, se dedicó a intimidar a las dos víctimas con una escopeta que no llegó a disparar.
La plantación
Tras la huida, los dos compradores necesitaron de asistencia hospitalaria a causa de la gravedad de los tiros. Posteriormente, la Guardia Civil acudió hasta esa finca donde se incautó de 194 plantas de cannabis en esta plantación que, según la sentencia, se cultivaban para su posterior tráfico mediante su venta a terceros. En esa actuación, se intervino también al padre la pistola semiautomática que había empleado para los disparos.
El tribunal considera al padre responsable de dos delitos de homicidio intentado, por los que le impone dos penas de seis años y medio. Además, le añade otra pena de tres años de privación de libertad por un delito contra la salud y, por último, otros dos años más de internamiento como autor de un delito de tenencia ilícita de armas.
Al segundo procesado, hijo del primero, le impone la pena de tres años de prisión como autor de un delito contra la salud pública relacionado por la venta de droga. Y, por último, acuerda la absolución de la esposa y madre de los dos procesados al considerar que no tuvieron intervención en los hechos enjuiciados.
Marihuana médica
En el juicio, el padre asumió la autoría de los disparos. Eso sí, en su alegato aseguró que actuó guiado con el ánimo de defenderse. Según afirmó, fueron los compradores quienes se pusieron en contacto con él. Luego le amenazaron y le forzaron a que les acompañase hasta su vivienda para apropiarse de la marihuana que él cultivaba para tratar "las ocasionales crisis de fibromialgia" que padecía su esposa.
Sin embargo, el tribunal no da credibilidad a su versión. En la sentencia se señala que no se incautó ningún arma a los compradores con la que pudieran amenazarle para que les acompañase a su vivienda.
Los magistrados explican que fue el procesado el que condujo hasta su casa en su propio vehículo, mientras que sus "supuestos raptores" le seguían en otro coche. De igual modo, la sentencia incide en que tampoco se ha aportado ningún informe que acreditase la enfermedad de la esposa con la que se pudiese justificar el cultivo de la droga con fines medicinales.