Si algo hay que reconocerle al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es haber logrado crear y mantener un "Frente Popular" durante toda la legislatura uniendo a toda la izquierda que va desde el maoísmo-marxista-leninista de Bildu a la socialdemocracia del PSOE pasando por todo tipo de variantes ideológicas. Incluso se ha servido de la derecha más conservadora de España: PNV y Junts (sucesores directos de Convergència i Unió). Pese a las "pesadillas" que le iba a provocar pactos con Podemos, como señaló el propio Sánchez. Por el bien de España -su particular forma de ver España-, el presidente es capaz de sacrificar su plácido y reparador sueño.
Pues bien, en las antípodas de ese amplio "Frente Popular" está la izquierda alicantina que lidera la exconsellera de Sanidad y exalcaldesa de Sax, Ana Barceló, recientemente empadronada en Alicante. El PSOE ni se plantea sumar fuerzas para conseguir más concejales a su causa. pero es que a su izquierda, todavía están peor. Lo intentan, pero cada reunión salta por los aires.
Y eso que los dos líderes a la izquierda del PSOE proceden ideológicamente de las filas del puño y la rosa. Los dos, además, en posiciones enfrentadas al verdadero líder socialista de Alicante, Ángel Franco. Lo que supuestamente debería haberles unido, les alejó. Ni hay complicidad personal ni política entre ambos. Más bien al contrario, cada uno afirma que es el líder de la izquierda a la izquierda del socialismo alicantino.
El pasado viernes Compromís y Podemos partieron las peras y rompieron las negociaciones para concurrir juntos a los comicios municipales del 28 de mayo. Y es que esa posible coalición sólo puede liderarla uno de los dos y el otro está abocado al tercer puesto por la lista en cremallera que impone (éticamente para la izquierda) poner una mujer en el segundo puesto.
La ley de paridad sólo dice que en el conjunto de la lista, y en especial en los cinco primeros puestos, los candidatos de uno u otro sexo no podrán estar representados en menos del 40%. Es decir, que de los cinco primeros, dos deben ser al menos mujeres. Por eso cuando hay dos gallitos en el corral, como les sucede a Compromís y Podemos, uno podría ir en el primer puesto y el otro en el segundo si se completa la lista con tres mujeres. Pero no quedaría muy bien ante su electorado.
Así las cosas, si Compromís en las negociaciones afirma que su línea roja es que Rafa Mas sea el cabeza de lista, Xavi López tiene que conformarse con un número tres que las últimas encuestas dejan en el aire. Por eso, parece que a los líderes de Unidas-Podemos y a Compromís les interesa más que ambas formaciones saquen un concejal por separado cada una, que sumar esfuerzos para conseguir tres o cuatro.
Y entremedias está lo que queda de Esquerra Unida, que últimamente ha ido de la mano de Podemos y ahora se plantea hacerlo de la mano de Compromís. El totum revolutum es para una tesis doctoral porque Compromís es una coalición de tres partidos y Unidas-podemos de dos. Todavía tiene tiempo de reconducirlo. Ya veremos qué ocurre.