El pasado martes, EL ESPAÑOL De Alicante celebró su segundo Foro Económico en la provincia con 27 ponentes de la más alta relevancia tanto de la política, como de la economía y la sociedad civil en su conjunto. Y como no podía ser de otro modo, la discriminación de la provincia en los Presupuestos Generales del Estado que nuevamente dejan a Alicante en la cola de inversión por habitante de España, centró buena parte de las reflexiones.
El presidente ejecutivo y director de EL ESPAÑOL, Pedro J. Ramírez, resumió todas estas reivindicaciones en un mensaje claro y contundente: "Alicante tiene razón en protestar por la falta de inversión, gobierne quien gobierne en Madrid o en Valencia". Es más, lanzó un compromiso de este diario con la provincia.
"Si hay una dinámica de elevar una protesta de una forma correcta como se hace en esta tierra, Alicante puede contar no solo con EL ESPAÑOL De Alicante, sino también con el altavoz de EL ESPAÑOL en el conjunto de la nación", señaló. "Porque las oportunidades que está perdiendo Alicante las está perdiendo el conjunto de España", manifestó Ramírez.
Por lo tanto, nuevamente la pelota está en el tejado de los alicantinos. Hemos de ser nosotros los que articulemos una respuesta al agravio desde la unidad y la fortaleza de quien se sabe que está del lado de la razón y la justicia. Alicante no puede seguir a la cola de la inversión nacional porque hay proyectos como la conexión ferroviaria del aeropuerto, por ejemplo, que no pueden esperar.
El presidente de la Generalitat, Ximo Puig (PSOE), se enfrenta a una situación complicada. Da igual que la infrafinanciación de la provincia se deba al pulso con su compañero de partido y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por sus anuncios de rebajas fiscales o por sus viejas cuitas internas en el seno del partido.
Puig ofrece ahora, tras el golpe del Estado a Alicante, 207 de los 300 millones de euros que el Gobierno de España manda a la Generalitat a través de un convenio previsto en los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Eso es pan para hoy y hambre para mañana. ¿Cómo va a ejecutar esas inversiones que requieren la provincia? ¿Cuándo?
Sólo hay que ver los datos de la deuda de la Comunidad Valenciana, sus problemas en Sanidad o Educación, para inferir que esos millones van a ser usados por medio de la caja única (consignaciones presupuestarias no finalistas) para ir tapando los profundos agujeros económicos de la Generalitat valenciana tras siete años de gobiernos de izquierdas.
Esta vez no podemos conformarnos con migajas. Es necesario unirnos con una voz única para reclamar en Madrid lo que la provincia necesita y se merece. Con inteligencia, pero con contundencia. Aunque mucho me temo que estos agravios no van a contar mucho dentro de unos meses, cuando haya que volver a las urnas.