El turismo es el principal motor económico de la Comunidad Valenciana. Dicha esta obviedad, voy a apuntar otra: o la Comunidad Valenciana se diferencia respecto de otros destinos competidores y mima las cosas que nos singularizan, o la gallina del turismo se irá a poner los huevos de oro a otra parte.
Es sencillo. Aunque sencillo no es sinónimo de simple. Llevar a la práctica esta máxima es complejo. Hacen falta muchas cosas. Entre ellas, una visión política clara, estratégica y alineada con el sector.
Los profesionales son los que mantienen en marcha el motor, detectan sus debilidades (porque las sufren) y sus fortalezas (porque aportan valor y les dan visibilidad). Su opinión no solo debe ser escuchada por quienes tenemos responsabilidades políticas. Debe formar parte fundamental de esa estrategia que ha de marcar la hoja de ruta de la política turística en el corto, medio y largo plazo.
Todas estas cosas tan obvias que ni siquiera habría que decirlas, el Botànic no las tiene en cuenta. La tasa turística es un ejemplo de ello. Por mucho que intenten edulcorar el contenido de la proposición de ley con excepciones, moratorias y demás morralla dialéctica, lo único sensato, por pura coherencia con nuestro principal modelo productivo, sería dejarnos de tasas que graven a los turistas. Me da igual que en otros sitios exista. Mejor para nosotros porque será una ventaja competitiva. Me da igual que la cantidad no sea significativa. No es el lugar. Ni mucho menos el momento.
Desde mi responsabilidad como diputada provincial de Cultura he intentado todos estos años apostar fuerte por la Cultura por dos motivos. Primero porque invertir en Cultura contribuye a construir una sociedad mejor en todos los aspectos.
Y segundo, porque desarrollar acciones culturales de calidad supone un atractivo turístico de una importancia indiscutible. No ya como oferta complementaria, sino también como foco de atracción principal en la toma de decisión sobre cuál es el destino turístico finalmente elegido entre todas las opciones disponibles. Frente a ello ¿qué nos encontramos por parte del Ejecutivo valenciano? Palos en las ruedas.
Trabajar por la Cultura de calidad ha sido una de las apuestas más fuertes de la Diputación de Alicante en el presente mandato. Por pura convicción. Y lo hemos hecho con apoyo cero por parte del Consell. El tradicional agravio cultural que sufre la provincia de Alicante con respecto a Valencia y Castellón ha sido sangrante en los últimos tres años. Y el gobierno del Botànic lo ha hecho con total descaro y absoluto desprecio a los alicantinos.
Pues lo que está ocurriendo con la tasa turística va en esa misma línea. Persisten en sacarla adelante con el mismo descaro y desprecio a la opinión unánime del sector turístico y de otras formaciones políticas que creemos que poner palos en las ruedas no es la mejor manera de hacer de la Comunidad Valenciana un destino turístico diferenciado, buscado y del que sentirnos orgullosos. Menos afán recaudatorio y más eficiencia en la gestión.
Sus errores minan y echan por tierra los esfuerzos de nuestro sector turístico y también el que hacemos desde otras administraciones como la Diputación de Alicante. Por respeto, por sentido común, por incongruencia, no a la tasa turística.
Julia Parra es vicepresidenta de la Diputación de Alicante y diputada de Cultura.