Así es Lourdes Aznar, la sorpresa del PP de Crevillent para ser alcaldesa: interventora y sin partido
Su vida dio un giro cuando recibió una llamada. Era el PP; la querían a para encabezar la lista... y ella, no se lo creía: "Se me abrieron los ojos".
19 diciembre, 2022 06:20Hasta hace unos días, Lourdes Aznar (Crevillent, 1971) era más conocida en la vida política de Almoradí que en la de Crevillent. En el primer municipio lleva desempeñando el cargo de interventora desde 1999. En su ciudad natal, en cambio, acaba de dar la sorpresa al anunciar que será la cabeza de cartel del PP con el objetivo de convertirse en la primera alcaldesa de Crevillent.
Una sorpresa que no es tal si atendemos a la división interna que aqueja al principal partido de la oposición, que ha preferido tirar de un mirlo blanco para coser sus heridas y desbancar así al gobierno de izquierdas, el cual también calienta motores electorales: mientras el PSOE ya ha confirmado a su secretario general Manuel Penalva como alcaldable, Compromís, Podemos, Izquierda Unida y L'Esquerra están en negociaciones para formar una entente, yendo a rebufo de lo que se ha conseguido en Santa Pola.
¿Quién es Lourdes Aznar? Más conocida en el mundo de los Moros y Cristianos, donde es miembro de la junta directiva de su comparsa y de la Semana Santa, ha sido interventora en Ayuntamientos como los de San Isidro, Los Montesinos, Albatera y la ya mencionada Almoradí, donde sigue ejerciendo en la actualidad.
Su vida dio un giro hace un mes cuando recibió una llamada. Era el PP de Crevillent; la querían a ella para encabezar la lista... y ella, no se lo creía. "Me pilló por sorpresa, se me abrieron los ojos", reconoce a este periódico. Aznar, explica, nunca se había planteado dar el salto a la política aunque, añade, "siempre he pensado en cómo cambiar las cosas de mi pueblo". Su pasión, dice, es "la vida municipal". "Llevo 28 años en ese mundo desde otro punto de vista al político", insiste.
De hecho, como funcionaria que es, recalca varias veces durante la conversación, no ha querido militar en ningún partido. ¿Vas a hacerte militante del PP ahora? "Ni me lo planteo ni me lo han exigido", responde.
"No soy política, mi perfil es muy técnico", añade. "Bueno, no tenía perfil político hasta ayer", se corrige a sí misma. "Siempre me he mantenido al margen y siempre me he llevado bien con todos los partidos", confiesa sobre su experiencia como interventora. "Aunque es verdad que me han advertido lo que supone cambiar de lado", dice entre risas.
También le han advertido sobre la crispación que le espera al estar en primera línea. "Ya, pero esa no es mi forma de trabajar, no pienso meterme en descalificaciones y me gustaría que hubiera buen rollo, tendiendo la mano a oposición si gobernamos o al equipo de Gobierno si no, porque lo que está claro es que Crevillent necesita que le demos un giro", asegura.
¿Qué giro le daría ella? "Crevillent, en otra época, tenía mucha industria y esto tenemos que recuperarlo, atrayendo a empresas nuevas que generen empleo, y ayudando al empresario que ya está asentado", responde. "De pequeña, recuerdo salir con mi madre y ver las tiendas llenas de gente, o ir al mercado, y ahora están apagados", esa es otra reivindicación, sin olvidar las clásicas "que el pueblo esté limpio y las calles, seguras".
Como aficionada que es a caminar, afirma que quiere "patearse" todo Crevillent, "todos sus rincones", para recoger las preocupaciones de sus vecinos, "porque nos debemos a ellos". También le preguntamos por sus referentes en la política; "te puedo decir alcaldes de la provincia con los que he trabajado, pero entiende que no te puedo dar nombres", asevera, quedándose fuera de sus menciones el que ha sido alcalde de su pueblo por el PP durante 24 años, César Augusto Asencio.
¿Te costó mucho dar el 'sí' al PP? Le preguntamos. "Le di vueltas a la decisión varios días y noches, y la gente íntima a la que se lo he comentado me ha animado mucho", afirma. "Porque sé en lo que me meto, ser alcaldesa significa sacrificar mi vida personal durante cuatro años", agrega.
Es precisamente esa cuestión la que le ayudó a decidirse. "Soy viuda desde hace 9 años, cuando falleció mi marido de una enfermedad y mis hijos ya están acabando la universidad. Es verdad que ellos, que ya son mayores, se van a perder muchos platos de comida, porque me encanta cocinar, y mis amigos muchos cafés, pero Crevillent se lo va a llevar por otro lado", comenta convencida de la victoria.