La recuperación turística ha empezado a colocar, poco a poco, las piezas del sector en el lugar en el que estaban antes de estallar la pandemia. Una de las patas clave de la industria es la salud del mercado nacional, algo que preocupa a los empresarios por la inflación disparada y el aumento de costes en áreas como la energía. Sin embargo, los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran que, de momento, no parece que haya que preocuparse en destinos tradicionales como por ejemplo Benidorm.
La capital turística de la Costa Blanca es, de momento, la sexta ciudad de España en número de pernoctaciones (por detrás de Madrid, Barcelona, San Bartolomé de Tirajana y Pájara) y tercera si solo se tiene en cuenta el territorio peninsular. El desglose de mercados muestra, además, una información muy interesante: mientras que otros destinos tienen una dependencia específica de un determinado tipo de visitante (nacional o extranjero), Benidorm es uno de los que cuenta con un mayor equilibrio.
Esto le permite, por ejemplo, ser la segunda ciudad de España en pernoctaciones de clientes nacionales, solo por detrás de Madrid (433.171 estancias en abril frente a las 678.886 de la capital). Está a bastante distancia de Barcelona (279.070), cuya fortaleza es sin duda el cliente extranjero (más del 80 %). La capital turística recibió 379.676 turistas internacionales en el cuarto mes del año.
En general, en lo que llevamos de año los establecimientos de Benidorm han registrado 1,8 millones de pernoctaciones, prácticamente la misma cantidad de Pájara y a 1,2 millones de Adeje y San Bartolomé de Tirajana. Madrid y Barcelona, primera y segunda respectivamente, llevan en total 5,2 y 5 millones de visitantes. Valencia está en posición 12, con 1,2 millones, mientras que Alicante ocupa el lugar 24 (casi 500.000).
Aclaración sobre los precios
Por otra parte, la patronal hotelera de Benidorm, Hosbec, explicó respecto al incremento de precios registrados en el sector en el INE de abril (un 22 % para la Comunidad Valenciana) se ofrecen "en una comparativa de un mes en el que la mayor parte de la planta hotelera estaba cerrada y la Comunidad afectada por un cierre perimetral que impedía la actividad turística".
"Las circunstancias de la actividad turística de abril 2022 no tienen nada que ver con las circunstancias que rodeaban al turismo y a la Comunidad Valenciana durante abril de 2021", indicaron.
"En ese mes todo el territorio valenciano estaba afectado por un cierre perimetral que no se levantó hasta el 9 de mayo de 2021 con el final del estado de alarma y que imposibilitaba la actividad turística". Además, "en ese periodo el 80% de la oferta hotelera de la Comunidad Valenciana estaba cerrada precisamente por el impacto de la Covid, la inexistencia de tráfico internacional y la imposibilidad de recibir a turistas nacionales".
Así, la patronal consideró que "para poder comparar términos homogéneos y obtener conclusiones basadas en actividades turísticas comparables, hay que comparar los datos con el año 2019, último año de normalidad turística".
¿Y cuáles son los resultados? "Teniendo en cuenta que el IPC del periodo abril 2019 a abril 2022 es de un 10% los datos de incrementos de precios experimentados por los hoteles valencianos, en términos de producción efectiva, están por debajo de estos valores, y sólo en la ciudad de Valencia tienen un ligero repunte de 1,3 puntos por encima del encarecimiento de los precios". Asimismo, "tanto los precios medios como los ingresos por habitación están muy por debajo de las medias del sector en España".
"En el turismo vacacional los precios se fijan con más de un año de antelación, sobre todo en la contratación de turoperadores y extranjeros que ofrecen productos en el mercado con muchos meses previos a la reserva efectiva", matizaron. "En este sentido, cuando se negociaron los precios para el año 2022 hace un año, prácticamente se han suscrito los contratos con precios mantenidos".
"También tentemos que recordar que los destinos vacacionales no tiene los mismos resortes que las ciudades para incrementar precios cuando hay un evento o un periodo con una alta demanda como una gran feria, un partido de fútbol en la cumbre, o un puente vacacional", añadieron desde la asociación.
"La conclusión es evidente: el sector hotelero valenciano no ha trasladado a sus precios el encarecimiento de energía y combustibles y de alimentación y bebidas que está condicionando la actividad desde el inicio del año 2022", concluyeron. "En casos como Castellón o Benidorm, es evidente su resultado negativo respecto a los datos de 2019".