El cambio climático afecta a las rebajas en Alicante. Con temperaturas más altas de lo normal, la necesidad de aprovechar los descuentos en los pequeños y medianos comercios de la ciudad no llega. Esta es la gota que colma el vaso para Vicente Armengol vicepresidente de la federación sectorial en la provincia. y presidente de Comerciantes por Alicante. Él cree que ha llegado el momento de volver a regular las rebajas tras más de una década liberalizadas.
"Las rebajas empezaron muy flojas", cuenta desde su local Filant la tardor, situado en el recientemente peatonalizado centro de Alicante. A eso suma el hartazgo de las campañas promocionales a las que acusa de desvirtuar los descuentos tradicionales de julio y enero. El ejemplo lo pone en el importado Black Friday que a finales de noviembre "se carga la Navidad" y que inicia ya unos precios "que cuando llega enero ¿qué es?".
"Desde el pequeño comercio siempre estamos pidiendo la vuelta a los periodos regulados de rebajas", recalca Armengol. Un cambio que aplicó el Gobierno de Rajoy en lo más duro de la crisis económica de la década pasada, en 2012, para intentar combatir sus efectos. "Como esta es una cuestión estatal, aquí tenemos el problema: arruina las rebajas y al comercio en general", lamenta el responsable de Facpyme y también de Corazón de Alicante.
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¿Qué es lo que critican desde estas asociaciones? Estar vendiendo a descuento continuamente es insostenible, resalta Armengol. Con eso se refiere a las sucesivas campañas que se van activando cada mes y medio en los diferentes comercios bajo diferentes promociones. "Cuando no es el Black Friday, o Black Fraude como dice alguien, está la mid-season y cuando no la special-no-sé-qué o la no-sé-cuántos... A lo que ha llevado estar en periodo constante de descuentos es que te encuentras que la calidad, probablemente, seguro, no es la misma y ha bajado", subraya de forma vehemente.
Y en ese punto enfatiza la contraposición calidad-precio. "Si ofrecemos solo precio, la calidad entendemos que no puede ser la misma. Eso es así. Ya me gustaría que una marca conocida fuera a menor precio, venderíamos millones. Pero entendemos que la calidad que tiene es lo que vale", explica mientras señala algunas de las que tiene en su establecimiento.
La salida a esa mecánica la han aplicado grandes distribuidoras, continúa, creando sus propias marcas. Una opción a la que no pueden recurrir los pequeños y medianos comercios. Del mismo modo que les sucede con la implantación de la moda rápida y la desaparición de la temporada en sustitución de una renovación cada quince días. "¿Eso es bueno?", se pregunta, "¿es ecológicamente sostenible o economía circular, que tanto se habla? Yo entiendo que no".
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La opción en la que cree Armengol es la calidad. "Si apostamos por ella no hacen falta esas colecciones. Antes la gente se compraba un buen jersey y le duraba tres años, ahora le dura tres días y lo quiere cambiar. Eso no es sostenible". Lo que puntualiza respecto a este discurso es que "cada uno tiene su modelo de negocio, pero tenemos que entender que seguir ofreciendo una alta calidad con un gran servicio a precios que no son justos de venta es insostenible. Lo que tenemos de bueno nuestro negocio es la flexibilidad de cambiar y orientar nuestros negocios a zonas que no pasen por el tamiz de estos competidores".
Eso implica la que considera una labor de pedagogía comercial sobre el mecanismo de las rebajas y los márgenes comerciales que se aplican. "La gente se piensa cuando ve que hay un descuento del 70 % que todavía te queda margen. No, señores. Ahí estamos perdiendo dinero o es que vamos a cerrar", razona.
Y ahí señala que en el sistema anterior con las rebajas en enero y febrero "un buen descuento era un 20 % en un artículo de muy buena calidad". "Algunas cadenas lo que hacen es poner supuestas rebajas y luego ya están en nueva colección", critica. Otra cosa "es que el precio sea atractivo con la crisis que estamos viviendo y la inflación".
Con una campaña de rebajas negativas y una liberalización que beneficia más a las grandes cadenas, ¿qué le queda al pequeño comercio en la ciudad? Ahí una de las salidas que ve Armengol, también presidente de la asociación Corazon de Alicante, es el turismo. "Se reactiva gracias a los turistas extranjeros, que cada vez vienen más, y no hablamos solo de cruceros", destaca. "Esos están consumiendo", resalta, "y gracias a ellos muchos días salen a cuenta". "Cuando el turista tiene tiempo", prosigue, "ya sea por negocios o placer, se nota mucho más en nuestros comercios".
Lo que sí se ve en las tiendas estos días es el final de las rebajas y la campaña de San Valentín, con lo que Armengol anima "para aprovechar los descuentos o hacer buenos regalos, es una buena época este último tramo hasta finales de febrero".