Alicante

Con la llegada del fin de año toca echar la vista atrás y repasar el trabajo realizado durante el 2023. En el campo de Alicante los números de los cítricos reflejan un buen resultado, a pesar de la bajada de producción nacional con respecto a la media de otros años, localizada en Andalucía, Murcia y la Comunitat Valenciana.

Para la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores de Alicante (Asaja), las campañas de los cítricos han estado "marcadas por la sequía, siendo la escasez de lluvias y las restricciones de riego por la incertidumbre del trasvase Tajo-Segura las razones de peso que más incidencia han tenido". El presidente de la organización, José Vicente Andreu, señala que "Alicante ha dado la nota positiva a un mal año".

El responsable hace balance de los 12 meses y explica que las temporadas de cítricos, principalmente limones, naranjas, mandarinas y pomelos, no se corresponden con el año natural, ya que comienzan en septiembre y finalizan en julio, por lo que en 2023 ha finalizado la campaña 2022-2023 y ha empezado la primera mitad de la 2023-2024.

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Con respecto a la campaña 2022-2023 que concluyó en agosto, la producción total de los cítricos en 2023 ha sido de 5.730.773 toneladas, cifra que supone un incremento del 0,4 % sobre la pasada, pero un 14,4 % por debajo de la media de los últimos años, según el informe 'Aforo de Cosecha 2023' del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).

Andreu afirma que la bajada de producción es "brutal en Andalucía, en el Valle del Guadalquivir, por la sequía extrema que están pasando y la reducción de volumen de agua disponible para los agricultores de hasta el 90 %, con lo que no pueden mantener ni los árboles". Otro descenso "preocupante y más peligroso" es el de Valencia y Castellón debido a la desaparición de la actividad agrícola en los minifundios.

Esta situación la atribuye a que son parcelas tan pequeñas que ya no son rentables explotarlas y son abandonadas. "En los últimos diez años se han dejado 35.000 hectáreas de cítricos, una cifra récord la Comunitat Valenciana", comenta el presidente de Asaja. Ante la falta de riego y el abandono de otras zonas, los agricultores de Alicante se mantienen firmes en sus números gracias a su estructura productiva basada en los latifundios.

"Tenemos un sistema más moderno con fincas más grandes, mejor diseñadas y más competitivas", indica. Otro de los aspectos que han hecho sobresalir a Alicante cuando las demás zonas caen es el uso "exquisito y muy riguroso de la poca agua que tenemos".

Previsiones para el 2024

Este curso 2023-2024 empezó bien para el limón, el producto estrella, ya que a mitad de año Sudáfrica y Argentina, los principales competidores, desaparecieron del mercado, lo que obligó a adelantar la temporada un mes antes de lo habitual. Las estimaciones preveían un año de récord en la producción del limón, pero la climatología adversa rebajó las buenas expectativas.

José Vicente Andreu relaciona esto con tres factores: la incidencia de las granizadas, las altas temperatura y el recorte del agua del trasvase Tajo-Segura. "Estamos sufriendo inclemencias climáticas. Hemos tenido cinco granizadas en la Vega Baja que han afectado al 32 % de la producción de limón. También hemos sufrido una extrema sequía durante el verano, con continuas olas de calor. Todo sumado a las decisiones de la ministra Teresa Rivera, que desde mayo a septiembre nos dejó sin agua", lamenta. Aun así, confía en que se solucione este tropiezo coyuntural y que sea "un año muy positivo en cítricos, con una naranja que estaba haciendo récord de precio". 

Como propósitos para el próximo año, el experto resalta la problemática y los abusos comerciales de la industria alimentaria, que está bajando los precios de compra del limón para zumo, haciendo que no salga rentable su producción. Desde Asaja denuncian que se está pagando el kilo de limón para zumo a un céntimo, cuando todo el proceso supone unos 20 céntimos por la misma cantidad, incumpliendo así la Ley de la Cadena Alimentaria que establece que ningún actor puede pagarle a su proveedor por debajo del precio de coste. 

Otra de las preocupaciones futuras es la reducción para el 2027 del 50 % del trasvase Tajo-Segura, lo que afectará a cerca de 30.000 hectáreas en la zona de levante. Andreu manifiesta que, ante esta situación, "hay que apostar por el agua regenerada para ponerla al servicio de los agricultores y que la transformen en alimentos".