¿Qué cuesta morir en España? Un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios presenta las extremas diferencias según la ciudad en la que uno quiera ser enterrado. Y ahí Alicante se encuentra en las capitales de provincia más baratas que se han analizado con una diferencia de casi 1.900 euros respecto a la más cara.
Y eso solo en lo que respecta a las tarifas municipales de cementerio, como puntualiza la OCU. A ese importe hay que sumar luego el de los servicios funerarios que incluyen lo que se elija gastar en el ataúd y el tanatorio, además de si hay que tener en cuenta la necesidad de traslados. Estos apartados pueden superar los 3.000 euros dependiendo de la empresa contratada.
En la lista de las ciudades analizadas por la OCU, Alicante se encuentra en la parte más baja de la tabla. Los costes del servicio de entierro municipal son 164 euros. Solo en Zaragoza y Murcia se pueden encontrar a un precio menor, 140 y 74 euros, respectivamente.
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En el otro extremo se encuentran las cifras de Madrid, Valladolid y Ciudad Real. Con 2.035 euros la capital de España es, con mucha diferencia, la ciudad en la que es más caro enterrar a una persona. Un coste que la OCU considera excesivo en este informe. En las otras dos citadas se quedan en 1.457 y 1.410 euros, también a distancia de las siguientes.
¿Qué incluye el servicio de inhumación básico en Alicante? Los 164 euros son por un nicho durante cinco años. En Valencia asciende a 259 euros, una tasa que no se ha subido en los últimos años. En ambas capitales no aparece reflejado el coste de la cremación, una alternativa que puede llegar a ser mucho más económica en algunas capitales: en Madrid es menos de la mitad que el entierro.
El informe de la OCU señala que el servicio de cementerio es un servicio básico. Y por ello considera que se debe garantizar un acceso económico que no suponga un quebranto a familias en dificultades económicas o que les empuje a buscar otras alternativas mucho más costosas como los seguros de decesos.
La mención a las aseguradoras abre otro apartado del informe de la OCU. En él se posicionan en contra de la contratación de estos productos porque las primas de la póliza suelen superar el coste del sepelio con creces. Como alternativa, indican, si lo que se pretende es facilitar los penosos trámites y los costes asociados a los familiares, es preferible apartar una cantidad que cubra los gastos previstos e invertirla en un producto de ahorro sin riesgo, como por ejemplo un depósito, que ofrezca algún tipo de rentabilidad. Hay empresas funerarias que se encargan luego de todas las gestiones; de hecho, suelen ser las mismas que contratan las aseguradoras de decesos.