El año del Centenario ha permitido a la afición del Hércules olvidar durante un tiempo el presente para echar la vista atrás, revisar el pasado y recuperar parte del orgullo perdido en las dos últimas décadas. Dirigentes, jugadores y entrenadores de otras etapas han recuperado brillo y renovado su carisma entre los aficionados. Uno de esos casos es el del entrenador Manolo Jiménez, artífice del ascenso a Primera y del campeonato de Liga de Segunda en la temporada 1995-96.
El extremeño fue nombrado embajador por la comisión del Centenario, es pieza importante en el rodaje de un documental sobre el club, dirigió desde el banquillo al equipo de las leyendas frente a los veteranos de la selección española y ha recibido infinidad de muestras de cariño y agradecimiento de parte de aficionados durante el último año. “Me siento muy querido, mucho más de lo que pensaba”, afirma el extremeño, que no se muerde la lengua al analizar la actual situación del club.
[Los actos del Centenario del Hércules se prolongarán hasta el final de la temporada]
Pregunta (P): ¿Qué sensación personal le ha dejado el Centenario?
Respuesta (R): Una sensación de plenitud, de satisfacción y de orgullo. Te das cuenta de que, a pesar del tiempo, la mayoría de la gente sigue valorando tu trabajo. Es un orgullo enorme que después de tantos años aún haya gente te dé las gracias solo por haberla hecho feliz en un momento de su vida. También fue maravilloso reencontrarse con ex jugadores a los que considero ya amigos. Pude tener más o menos roce, pero al final queda el respeto y las vivencias. Todos me han demostrado cariño y eso me hace sentirme muy feliz.
P:¿Ha sentido que su imagen se ha revalorizado entre los herculanos?
R: No creo, simplemente aquellos que me conocían me han vuelto a recordar con cariño y los que no, por una cuestión generacional, han tenido la ocasión de conocerme un poco más de cerca. Siempre me he sentido querido en Alicante. Puede ser que el recuerdo de aquella etapa, por contraste con el presente y el pasado reciente, haya hecho que a todos los que formamos parte de ese grupo se nos mire con un poco más de cariño.
P: Pero ha habido días, como el de la conferencia sobre el ascenso a Primera o el partido de veteranos, en el que fue la estrella del evento.
R: No diría tanto, pero sí me sorprendió la cantidad de gente que me pidió hacerse una foto, firmar un autógrafo o estrecharme la mano. Incluso hubo muchos que me presentaban con orgullo a sus hijos. Solo por estas cosas para mí el Centenario ya ha valido la pena.
P: Si a Manolo Jiménez le dicen en 1995, cuando fichó por el Hércules, que el equipo iba a estar en la cuarta categoría del fútbol español, ¿qué habría pensado?
R: Que era imposible. Nadie podía imaginar eso en aquel momento, imposible. Pero si entonces me hubieran ofrecido dirigir al Hércules en la cuarta división lo habría aceptado sin dudar por todo el potencial enorme que tiene la entidad.
P: Los actos de recuerdo a aquel ascenso a Primera han servido para desmontar muchos tópicos, como que fue una temporada fácil, que no había rivales de nivel o que el equipo iba solo.
R: Es que cualquiera que tenga un poco de memoria sabrá que todo eso era mentira. Hubo gente a la que le interesó, desde dentro y desde fuera, quitar mérito a lo conseguido para justificar anteriores y posteriores fracasos, pero la realidad es la que es. Si con más presupuesto y jugadores más caros no lo logras, lo que te queda es quitar mérito a quién sí lo logró. A la gente no se le puede engañar y si aún te felicitan y se emocionan al recordar lo que vivimos es por algo.
P: Jiménez siempre ha estado cerca, a poco más de 40 kilómetros de Alicante. Mucha gente se pregunta por qué estando tan a mano no ha tenido nunca un papel más relevante en la historia del club, algo que sí ha sucedido con otros entrenadores y que sí pasa en otros equipos, que suelen invocar o escuchar a sus ídolos del pasado en periodos de crisis.
R: Es algo que yo también me he preguntado, pero la verdad que mi vida profesional se fue vinculando a otros equipos profesionales y actualmente al Ayuntamiento de Alfaz, donde me siento plenamente realizado y a gusto con mi trabajo. Siempre he estado pendiente de lo que le pasaba al Hércules, celebrando las alegrías y lamentando las penas. En ocasiones he llegado a pensar que mi recuerdo era molesto porque iba asociado a éxitos que podían dejar mal a los responsables deportivos de ese momento. Otras veces, simplemente, es porque había gente que no me conocía hasta ahora. Puede que algo de responsabilidad sea mía, porque tampoco soy de ir paseando por los palcos ni de dejarme ver por las tribunas. Si no he tenido más contacto con el Hércules igual no es solo culpa de una parte, sino de las dos.
P: ¿Le gustaría ayudar desde dentro?
R: Por supuesto, pero el Hércules tiene ahora a un secretario técnico, Paco Peña, que está dando forma a su proyecto y que tiene un futuro por delante si le dejan trabajar con tranquilidad y yo estoy en otras tareas que me llenan por completo en Alfaz, un municipio maravilloso. Paco tiene una ilusión enorme por hacerlo bien. Cualquier cosa que necesite, aquí me tiene. Estaré para él y para el Hércules cuando me necesiten, como he estado siempre.
P: Usted fue el primer entrenador de la era Ortiz. Y el primero al que destituyó. ¿Qué valoración hace de su gestión?
R: Los números y la historia hablan por sí solos. Es indudable que el Hércules ha ido a peor en estas últimas décadas a pesar de que, en ocasiones, ha invertido mucho dinero en sus proyectos. Cuando le conocí no sabía de fútbol pero siempre respetaba el trabajo de los profesionales. No me cabe duda de que el gran problema de su gestión es que ha estado mal asesorado durante demasiados años. Ha habido gente que se ha aprovechado de él y no ha querido o sabido verlo. Esas personas pasaron de largo y le han dejado el club en la cuarta categoría.
P: El Hércules de esta temporada ha llegado a estar en zona de descenso a Tercera. ¿Cómo ve el actual proyecto?
R: Con preocupación, porque ya nos estamos acostumbrando por desgracia a ver al equipo en unas posiciones que no le corresponden. Estar a más de diez puntos del liderato en Navidad es un disparate en Segunda Federación, pero es que para un club de la magnitud del Hércules también lo sería si estuviera en Segunda División. Espero que con la llegada del nuevo entrenador y el mercado de invierno se pueda reconducir la situación.
P: Hace mucho tiempo que se echa de menos un entrenador con carácter en el banquillo. ¿Tanto puede influir en un equipo?
R: Qué te voy a decir yo. Yo creo que es fundamental, pero sobre todo en momentos de crisis y delicados. También la experiencia. Tener un técnico joven y con hambre, como me pasó a mí en su momento, viene bien para despertar la ambición de un grupo, pero otras situaciones de mucha más tensión y presión solo se pueden manejar desde la experiencia. No es casualidad que dos viejos lobos de los banquillos, como Ferrando y Siviero, hayan llevado al éxito a La Nucía y el Intercity, por ejemplo.
P: ¿Qué mensaje se le puede enviar a la afición en esta hora tan oscura?
R: Estoy convencido de que el Hércules grande que todos hemos conocido volverá. Solo necesita un impulso para salir dl agujero. Sé que ahora puede dar pereza ir al campo y entiendo que la gente pueda estar enfadada, decepcionada y desanimada por todo lo vivido en los últimos años, pero no podemos abandonar a alguien que queremos solo porque esté en una mala racha o se haya desviado del buen camino. Hay que empujar juntos porque cuando el Hércules arranque otra vez volverá a ser imparable.