Alicante

El Hércules, el club más destacado de la ciudad de Alicante y que ha militado veinte años en Primera División, conmemora este jueves cien años de su fundación en uno de los peores momentos de su historia, ya que nunca antes estuvo tan lejos ni tanto tiempo fuera de la élite, si bien esta etapa no eclipsa la trascendencia deportiva y social de la entidad en la ciudad, la provincia y en lo nacional durante el último siglo.

El equipo alicantino, que actualmente milita en Segunda RFEF, la cuarta categoría del fútbol español, ha militado en Primera una quinta parte de su historia. Y por su plantilla han pasado jugadores legendarios del fútbol español y mundial.

Los campeones del Mundo Mario Alberto Kempes y David Trézéguet, el campeón olímpico Francisco Veza Paqui, Ramón Marsal, Manolo Macía, Ramón Navarro, Luis Aragonés, Sergio Rodríguez, José Antonio Barrios, José Ignacio Churruca, Alfredo Megido, Pascual Luna Parra, Juan Antonio Carcelén, Juan Baena, Miodrag Kustodic, Abel Aguilar, Nelson Valdez, Cacho Saccardi, Carmelo Giuliano, o los porteros Miguel Ángel Santoro, Jan Tomaszewsky y José Pérez, primer internacional español que vistió la camiseta herculana, son solo algunos ejemplos de leyendas herculanas.

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También en los banquillos dejaron su huella, con mayor o menor fortuna, técnicos como Arsenio Iglesias, Gaspar Rubio, Marcel Domingo, Antonio Ramallets, Alberto Ormaetxea, José Bordalás, César Rodríguez, Benito Joanet, Koldo Aguirre, Manolo Jiménez, Carlos Jurado, Antonio Torres, David Vidal, Juan Carlo Mandiá, José Rojo Pacheta o Quique Hernández, el entrenador con más partidos dirigidos.

El Hércules, que inicialmente lucía camiseta rojiblanca, celebra su centenario de forma oficial el 20 de octubre, fecha en la que, según los historiadores, el gobernador civil de Alicante aprobó los estatutos fundacionales. El equipo ya había jugado y competido localmente desde unos años antes.

Dioses

La entidad fue fundada por Vicente Pastor Alfosea El Chepa y tomó su nombre del dios griego para "infundir respeto" a los rivales, según manifestó su propio creador. El club cambió sus colores por los blanquiazules actuales, heredados del Natación, otro de los equipos de la ciudad.

La primera edad de oro del Hércules llegó a mitad de la década de los treinta, pero la Guerra Civil pasó factura a la entidad, que perdió a varios jugadores y a su entrenador durante el conflicto bélico. Antes, en 1930, fue subcampeón de España no profesional tras perder en Montjuïc la final ante el Sporting de Gijón.

El equipo alternó la Primera con la Segunda, en los estadios de Bardín y La Viña en las décadas de los 40, 50 y 60, con algún que otro desplome a Tercera. En cada una de estas décadas se asomó al menos una vez a Primera.

La gloria

El momento más brillante del Hércules llegó al inicio de los setenta, en coincidencia con la llegada a la presidencia de José Rico Pérez. Bajo su mandato el club se consolidó en Primera y tuvo un nuevo estadio, el Rico Pérez, que además fue sede mundialista en 1982. El equipo permaneció ocho temporadas consecutivas en la máxima categoría y llegó a ser quinto en el curso 1974-75, su mejor posición de siempre, pero se le escapó la opción de la UEFA por la diferencia de goles.

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En los ochenta descendió y volvió a ascender, pero inició una etapa de inestabilidad que le llevó a Segunda B. En los noventa tuvo un nuevo repunte con Aniceto Benito en la presidencia. Logró el ascenso a Segunda y, en el curso 95-96, el salto a Primera más brillante de su historia tras quedar campeón de la categoría con una enorme superioridad en una temporada en la que pulverizó todos sus registros.

La crisis y Ortiz

La inestabilidad accionarial del club provocó que la etapa de Primera fuera efímera y el Hércules volvió a desplomarse a Segunda B. Durante este periodo llegó al club el actual máximo accionista, el empresario alicantino Enrique Ortiz, que en veintitrés años de gestión solo ha podido llevar al Hércules en una ocasión a Primera, en la temporada 2010-11. Lo que inicialmente pareció una solución a la grave crisis deportiva y económica acabó derivando con el paso del tiempo en la etapa más oscura del club.

El último paso del Hércules por la élite, en la temporada 2010-11, más allá de la sonora victoria ante el Barcelona de Pep Guardiola y de fichajes rutilantes como Trezeguet, Rufete o Valdez, fue de nuevo breve. El club, salpicado por numerosos escándalos, entró en una espiral negativa que provocó tres descensos en diez años hasta llegar a la Segunda RFEF.

Nunca antes el club estuvo tanto tiempo sin pisar la Primera ni tan lejos de la élite, por lo que en la afición ya existe desde hace años una gran oposición a la figura del máximo accionista, bajo cuya gestión el club se ha visto salpicado por numerosos escándalos, como supuestas compras de partidos, y numerosos procesos judiciales y leyes concursales.

El club alicantino pasó por otros momentos delicados, con episodios en Tercera, como a finales de los sesenta y estuvo en riesgo de desaparición por deudas e impagos a finales del pasado siglo, pero aquellas crisis nunca duraron tanto, ni fueron tan profundas como la actual.

El presente

El Hércules actual, a nivel deportivo, ya no es el primer equipo de su provincia, tiene hasta cinco clubes en categoría superior a la suya y ha perdido peso específico en la Comunitat Valenciana, de la que llegó a ser la segunda entidad futbolística en importancia.

El triste presente del Hércules, séptimo en una liga menor tras perder este fin se semana 3-1 en su visita al filial del Valencia, oscurece ligeramente una celebración que reivindica por encima de todo el legado histórico y sentimental de una entidad que situó a Alicante en el mapa futbolístico mundial.