Josan Ferrández (Crevillente, 1989) disfruta de Primera porque nadie mejor que él sabe lo que le costó llegar a la categoría. El coleccionista de ascensos al que se le negaba el fútbol profesional logró, tras una peregrinación por media España, encontrar por fin su destino al lado de casa, en el club en el que se formó. Ahora, en plena madurez, se ha convertido en un jugador esencial para el vestuario por su capacidad camaleónica para adaptarse a diferentes posiciones y roles. “Esta profesión es un aprendizaje constante”, afirma.
¿Ve la permanencia asegurada o aún no se fía?
Esto es largo, aún quedan cinco partidos y muchos puntos en juego. Los de abajo están sumando y rascando puntos en campos complicados, pero es una realidad que estamos en una posición privilegiada y veo difícil que se nos complique. Más que por los puntos de diferencia, por cómo está ahora el equipo.
Después de lo vivido el pasado año y de cómo empezó la temporada, ¿se podía imaginar un final de Liga tan cómodo?
No, porque no empezamos bien, pero la llegada del míster (Francisco) significó un cambio increíble. Y ahí están los resultados, que son fruto del trabajo y de la unión del vestuario.
¿Qué les ha dado Francisco para que todos, los que juegan más y los que lo hacen menos, hablen maravillas de él?
Es una persona muy cercana que sabe tenernos a todos enchufados. Hace que todo el mundo se sienta importante y conectado al equipo. Y eso es vital porque cuando necesita a un jugador sabe que lo tiene al cien por cien.
También habla de la unión del vestuario. ¿Qué pasa ahí adentro este año que todo el mundo lo destaca?
Ya sé que cuando las cosas van bien parece un tópico hablar de buen ambiente, piña y esas cosas, pero es que aquí es una realidad. Solo hay que ver cómo reaccionan los que están en el banquillo. Todo el mundo se siente importante.
Ahora se ve el final cuesta abajo, pero hace solo dos semanas, tras perder ante la Real Sociedad, la cosa se complicó. ¿Tuvieron dudas?
Cuando vienes de tres derrotas se duda, pero más desde fuera, porque nosotros nunca lo hemos hecho en el vestuario. Todos los equipos tienen malas rachas y momentos malos, pero sabíamos que el trabajo era bueno. Todos teníamos en mente que el partido ante el Mallorca era clave y que ahí nos jugábamos una gran parte de la temporada.
Usted ha pasado por varias etapas y roles en el Elche. ¿Cómo hace para adaptarse siempre al nuevo guion sin bajar el rendimiento?
Con constancia, trabajo y mentalidad. En el fútbol profesional tener una mentalidad fuerte es importante. No hay que dejarse ir porque las cosas no salen. Hay que ser profesional y entrenar cada día como si fueras a jugar todos los minutos de todos los partidos. Solo así puedes rendir cuando te toca. Nunca hay que dejar de aprender ni de adaptarse a las cosas. Tengo claro que hasta el día que me retire esta profesión será un aprendizaje constante. Hay que saber adaptarse y aprender de lo bueno y lo malo.
Le costó una barbaridad dar el salto al fútbol profesional y ahora ya es un futbolista consolidado en Primera. ¿Esperaba dar el nivel que está mostrando?
Cuando eres niño siempre sueñas con jugar en Primera, pero luego lo ves muy lejos. En mi caso, iba ascendiendo y veía que podía competir en todas las categorías. Ya me pasó en Segunda. Ahora estoy en Primera ya dos años y no voy a dejar de aprender y de mejorar.
¿Qué es lo que más le llama la atención de la máxima categoría?
Todo lo que la rodea. La repercusión mediática, los escenarios y, cómo no, la calidad de los futbolistas.
Usted es un superviviente en el vestuario de los tiempos duros. ¿Tiene presente de dónde viene para no repetir errores?
Claro. Somos pocos los que quedamos, pero eso siempre está ahí. El tiempo pasa volando y ahora las cosas están saliendo bien, pero nadie se olvida de aquello.
Sus inicios fueron en vestuarios modestos y humildes, ¿cómo se lleva eso de convivir con jugadores internacionales y estrellas, como Pastore?
Conciliar los egos siempre es difícil, pero aquí todo el mundo se siente parte importante del proyecto. Pastore, por ejemplo, tiene una carrera increíble pero también una humildad que le hace ser uno más. A lo mejor no participa tanto como otros, pero ayuda como el que más.
Viendo su nivel actual en Primera, ¿cree que podía haber aprovechado mejor su carrera?
Lo he comentado a veces con la familia. Igual si llego a Primera con 25 años ya sería un jugador consolidado, pero la realidad es que la estabilidad deportiva y personal me la ha dado el Elche. Lo anterior salió como salió, pero aquí estoy cerca de casa, en mi entorno y cómodo. Todo lo que encontré aquí fue lo que me hizo terminar de explotar. A lo mejor llegué tarde, pero no había mejor sitio que el Elche para mostrar todo mi fútbol.