Hay jugadores que, no se sabe por qué, nacieron para jugar en un determinado club. Es el caso de Fidel Chaves (Minas de Riotinto, 27-10-1989), futbolista de clase y talento, nacido en la cuna del fútbol español, cuya carrera se dispara exponencialmente cada vez que se pone la franjiverde. Cumplió el sueño de ascender y de jugar en la máxima categoría en su primera etapa y ahora, más maduro, disfruta con galones y goles de la élite tras haber repetido una gesta impensable. Luce con orgullo el brazalete de capitán de una plantilla que quiere pasar a la historia como la que consolidó al Elche entre los grandes.
Nadie niega la clase de Fidel a lo largo de su carrera, pero lo que le sucede en Elche es increíble. ¿Qué explicación tiene?
No he sido un jugador de demasiados clubes, pero la realidad es que nunca me ha ido tan bien como aquí. El club y Elche reúnen todas las condiciones para que pueda rendir. No es una ciudad muy grande, hay buen clima, tengo amigos... Muchas veces el recuerdo de una ciudad está condicionado por cómo te va y en mi caso Elche es el mejor lugar en el que puedo estar.
Regresó hace tres años para, en teoría, ayudar a poner las bases de un proyecto y consolidarlo en Segunda. Y ahora tienen cerca su segunda permanencia en Primera. ¿Esperaba un crecimiento deportivo de este calibre?
No. En la primera etapa logramos el ascenso con un proyecto ambicioso que ya había rozado el éxito en dos ocasiones. Pero en la segunda fue todo especial por la forma en la que se dio. En medio de una pandemia, sin público, dependiendo de otro partido, la promoción… Ahora hemos hecho lo más difícil y lo que toca es consolidar al equipo porque el año que viene puede ser ilusionante.
Se ha pasado media vida en Segunda, algo que sorprende viendo su rendimiento en Primera. ¿Por qué no jugó más en la élite?
En mi primera etapa era joven, había competencia y la categoría era exigente. Me fui a Córdoba, pero descendimos a pesar de que hice temporadas buenas. En ese momento no lo valoras tanto por la edad. Luego me sumé a proyectos ambiciosos de Segunda que, por circunstancias, no salieron bien, como Almería o Las Palmas. Cuando juegas en Primera y luego bajas a Segunda valoras mucho más lo que has logrado.
Entonces, ¿fue culpa suya o de las circunstancias?
Creo que más de las circunstancias. El fútbol es un deporte de equipo y depende a veces de la suerte, el rendimiento colectivo, del presupuesto… Puedes tener un año bueno, pero si no acompaña lo demás… Además, subir a Primera es muy difícil. El año que estuve en Las Palmas había un equipazo con el mismo presupuesto que tenía el Elche el pasado año en Primera. Y ni nos acercamos al play off. Para un equipo que baja es vital regresar al año siguiente. Si no es así se complica todo. De todas formas, ahora soy un jugador y una persona más madura. En Segunda también hay mucha calidad.
¿Ha cambiado mucho la Primera División?
La veo más igualada, porque ahora es posible quitarles puntos a los de arriba. Este año hemos empatado con el Madrid, ganado al Villarreal y rozado un punto dos veces con el Barça. Nunca sabes dónde están los puntos de la permanencia porque te ves con opciones en todos los partidos.
El Elche tiene la permanencia encarrilada. ¿Ve posible una salvación plácida o habrá que sufrir?
Ahora tenemos más puntos (32) a falta de nueve jornadas de los que teníamos en el descanso del partido ante el Cádiz (30), en la penúltima. Nosotros mejor que nadie sabemos lo que es sufrir un final de Liga. De la experiencia se aprende, por eso queremos un final tranquilo. Sabemos que los puntos a partir de ahora cuestan mucho porque todos se juegan algo.
Con la mano en el corazón, ¿se vieron en Segunda el pasado año?
La derrota con el Alavés nos dejó muy tocados. No depender de uno mismo es lo peor que te puede pasar. Lo vimos todo tan perdido que hasta nos pudo venir bien para liberar la tensión. Luego, tras ganar en Cádiz, se abrió una posibilidad y supimos aprovecharla.
Abril llega repleto de partidos. ¿Espera salir de este mes con la permanencia asegurada?
Ojalá. Puede ser determinante el partido ante el Mallorca, que ahora mismo es el rival que marca el descenso. Esperamos llegar a ese día con alguna victoria en las jornadas anteriores para tener más tranquilidad.
El domingo el Elche visita San Mamés, uno de esos escenarios que motivan a cualquier jugador.
Para mí es uno de los estadios más bonitos en los que se puede disfrutar del fútbol. He tenido la suerte de ganar allí con el Córdoba y con el Elche. Me encanta cómo apoya la gente a su equipo, como ruge la grada y esos arreones finales del Athletic que hacen que se levante el estadio. El campo y el rival, que apura sus opciones de engancharse a la pelea por Europa, te obligan a sacar lo mejor.
¿Qué le ha dado Francisco al Elche para que haya cambiado tanto su imagen?
Nos revitalizó. Desde el primer día nos dijo en qué estábamos fallando. Nos pidió ser más compactos y subir la intensidad dos o tres puntos para competir y salvar la categoría. Estamos contentos con él. Se fue una persona que llegó en un momento delicado, que logró muchas cosas y a la que tenemos aprecio (Escribá), pero el cambio fue positivo y ha venido bien.
Usted es muy futbolero. ¿Le da tiempo a disfrutar dentro de los partidos o eso es imposible en una competición tan exigente?
Yo sí. Hemos tenido momentos en la temporada en los que hemos sido protagonistas y otros en los que toca sufrir. Sabemos en qué somos buenos. Somos eficaces en defensa, tenemos jugadores que se asocian y corremos y vamos bien al espacio. Cuando sabes a qué juegas se disfruta, aunque el rival te pueda someter por momentos.
Usted ya ha vivido de todo en Elche. ¿Ha cambiado mucho el club desde la llegada de Bragarnik?
Tampoco ha cambiado tanto el día a día. Los médicos, el delegado y gran parte del personal del club es el mismo. Lo mejor de Christian es que es una persona cercana. Siempre pide opinión con el propósito de mejorar las cosas. Es una persona de fútbol y sabe cómo funciona esto. El club está creciendo muchísimo con él en todos los aspectos. Mira y cuida de todos los detalles, sobre todo con los jugadores.
¿Cómo lleva eso de heredar el brazalete de capitán de un tal Nino?
Es de las cosas más bonitas que me han pasado. No puede haber orgullo mayor después de haber tenido la suerte de compartir vestuario con el jugador más grande de la historia del club. El Elche es el equipo de mi vida. En el que más tiempo he estado. Me unen muchas cosas a esta ciudad y estoy disfrutando de todo esto como un niño.