El Balonmano Benidorm cerró la temporada con los grandes objetivos cumplidos. Más allá de no poder estirar su presencia en Europa, algo que no tuvo que ver con lo deportivo sino con los despachos, el conjunto que entrena Fernando Latorre cumplió la hoja de ruta prevista con su presencia de nuevo en la fase final de la Copa y una plácida permanencia en la Asobal, pero no es suficiente para el club ni el técnico, ambiciosos por naturaleza.
Hasta diez jugadores, doce si se incluye a Pabán y José Costa, que salieron de la entidad en diciembre, han abandonado el proyecto que arrancó la pasada temporada. La renovación es espectacular, la mayor que ha vivido la plantilla desde que ascendió a la Asobal. Tercariol, Folqués, Mario López, Rivero, Splijak, Fleutchmann, Porras… Tanto cambio asusta, sobre todo porque la fórmula hasta ahora había resultado. “Se van jugadores importantísimos, pero en muchos casos es porque han rendido y han llamado la atención de otros equipos con más poder económico” aclara.
“Si quieres conseguir cosas diferentes no puedes seguir haciendo lo mismo, hay que cambiar”, defiende Latorre, quien entiende que el aficionado considere que es “un riesgo” una remodelación tan profunda de la plantilla. “Yo estoy contento, porque lo que estamos fichando responde a un perfil de jugadores que me gusta. Hay ese punto de experiencia y de competitividad que me gusta para que funcione el equipo”, argumenta el alicantino.
El pasado año, entre los éxitos deportivos –subcampeonato de Copa y clasificación europea- el club apenas realizó cambios. Latorre heredó, en su segunda etapa, una plantilla a la que se adaptó y a la que ahora, comenzando casi de cero, quiere dar su toque personal. “Estoy ilusionado y es un reto poder enfocar la forma que quieres de jugar y la estructura de equipo con la que deseas contar. El equipo se está haciendo más a la medida de lo que yo quiero”, insistió.
“Era el momento de tener otros alicientes y de darle un cambio a esto. Necesitaremos un tiempo de adaptación, pero tenemos tiempo suficiente para conocernos y adaptarnos todos”, explica el alicantino.
Los nuevos
De momento, el Balonmano Benidorm ya ha confirmado los fichajes de Luisfe Jiménez, Álvaro Ruiz, Iker Serrano, Edu Calle, Pedro Borba y Nacho Valles. Quedan varias posiciones por cubrir, entre ellas la de un portero que aumente la competencia con Roberto Rodríguez, una promesa del balonmano español, pero Latorre no parece intranquilo. La estabilidad institucional de la entidad y el hecho de que el Benidorm se haya convertido en un buen escaparate deportivo han logrado captar la atención de jugadores que, hace unos años, estaban fuera de mercado.
“Hemos hecho bien las cosas para poder contratar a estos jugadores”, argumenta Latorre, quien recuerda que solo hay que ver a qué equipos se marchan la mayoría de los ex del Benidorm para valorar que su club “es una plaza para crecer y disfrutar”.
El curso 2020-21 prometía mucho, pero todas las circunstancias jugaron en contra del Benidorm, como parones, lesiones y quedarse demasiado pronto sin objetivos. “Pasamos página. Lo mejor que podemos decir es que no hemos pasado apuros en un año muy complicado, en el que todo se torció al inicio. Siempre piensas que se pudo hacer mejor, pero tal y cómo se dio todo la situación se ha salvado bien”, señala el alicantino, quien reconoce que el final de la temporada se hizo duro “porque no había objetivos a la vista”.
Por último, el entrenador defiende la política del Benidorm de comunicar a los jugadores las bajas con varios meses de antelación, pese al riesgo de que los implicados puedan perder la motivación y bajar su rendimiento. “Depende del jugador. Yo creo en la profesionalidad de todos y que es mejor dejar las cosas claras desde el inicio, tanto por ellos como por el club”, sentencia.