Alicante

El Deportivo Eldense ya no es una sorpresa. El conjunto azulgrana ha cruzado el ecuador de la temporada como líder de Primera Federación y navega a velocidad de crucero con destino al fútbol profesional. "Queda mucho y casi todos los rivales se han reforzado", frena Fernando Estévez, entrenador y principal artífice de que el Eldense funcione como un reloj. El técnico (Capileira, Granada, 1978) analiza para EL ESPAÑOL la trayectoria de su equipo y sus expectativas. Recomienda, desde su punto de vista profesional como médico de Urgencias, disfrutar del presente sin obsesionarse con el futuro "porque nunca se sabe lo que puede pasar pasado mañana".

¿Cómo se explica que un equipo recién ascendido esté teniendo este rendimiento deportivo tan extraordinario?

Creamos un proyecto nuevo y eso siempre es un reto difícil, pero ilusionante. Tenemos un buen bloque y se están obteniendo resultados, pero no solo en puntos, sino también en sensaciones. Lideramos casi todas las estadísticas y creo que nos merecemos la actual posición.

Al equipo le costó arrancar, pero después ya fue imparable. ¿Qué pasó al inicio?

Todo camino que se recorre requiere un aprendizaje. No llegaron los resultados, pero se trabajaba bien y teníamos la convicción de que los triunfos iban a llegar. Luego hemos mantenido una línea bastante regular.

La Copa del Rey molesta a muchos equipos, pero para el Eldense fue una bendición porque les activó.

Para nosotros era un reto. El actual formato es bonito porque te da la opción de jugar contra equipos importantes. Sufrimos en Coruxo y ante el Burgos, pero tuvimos nuestro premio mínimo con la visita del Athletic de Bilbao, semifinalista en las últimas cuatro ediciones. Además de motivar a los jugadores y de ser una fuente de ingresos para el club, la Copa es un torneo que ilusiona a la afición.

El Eldense se está caracterizando en los últimos años por ser un club ambicioso y en expansión. ¿Están pensando ya en el ascenso?

Somos conscientes de que hay que vivir el corto plazo. Y eso es el partido del próximo domingo ante el Atlético Baleares. Ir más allá es una quimera. Por mi experiencia profesional, una no sabe dónde estará pasado mañana. Así que el hoy es el Atlético Baleares. Y así cada semana.

Mira por el retrovisor y ve a superpotencias como Murcia, Castellón, Nàstic o los filiales de los grandes. ¿Qué piensa?

Siempre miramos hacia adelante. Hay siete u ocho equipos con presupuestos más importantes que el nuestro y con jerarquía y poso en la categoría. En el mercado de invierno han llevado una política diferente a la nuestra. En el Eldense hemos apostado por la continuidad, manteniendo una línea austera.

Durante su carrera en los banquillos entrenó en Andalucía y en plazas ya consolidadas como Burgos o Badajoz. ¿Qué se encontró en Elda?

Un club pequeño y humilde en el que hay una línea directa con el presidente para tomar las decisiones. Se tiene siempre en cuenta al cuerpo técnico para tomar las decisiones. Es cierto que hay un déficit importante de infraestructuras y ese es uno de los objetivos. El club ha crecido mucho en pocos meses y todo ha ido de la mano de los resultados. Pensar que íbamos a llenar el estadio en varios partidos era algo impensable durante la pretemporada y eso es mérito de los jugadores. Debemos seguir creciendo, aunque sea con pasos pequeños, en infraestructuras.

El entrenador, durante un partido.

¿Sería una decepción no entrar en la pelea por el ascenso?

He disputado varias promociones y me he quedado a un pasito del ascenso a Segunda en una ocasión (Badajoz). Y la conclusión que saco es que hay que vivir el presente. Este deporte depende de los resultados y las expectativas son a corto plazo. Para ascender hay que quedar entre los primeros, pero antes de eso hay que clasificarse para un playoff. Y antes que todo eso hay que tener la estabilidad que te dan los 47 puntos, que equivalen a la permanencia y que es lo que salva un proyecto. Y para llegar a esa cifra hay que ganar el próximo partido. Y así cada semana.

Y tras una etapa complicada en lo profesional, ¿cómo se siente en Elda?

Bien y agradecido al club por la oportunidad. Elda es una ciudad pequeña en la que se respira ilusión por las esquinas por la trayectoria del equipo. Tememos 1500 socios, pero hay mucha cercanía con los aficionados. Después de un año en el paro, a pesar de haber hecho los mejores números del Badajoz en la última década, estoy disfrutando de entrenar y de hacer lo que más me gusta.

La decepción de Badajoz es de las que dejan cicatrices.

Había mucha ilusión, pero fue la temporada en la que ser primero tenía menos premio. No había ascenso directo, ni segunda oportunidad. Estábamos cuatro meses sin cobrar, pero todo aquello nos unió más. Sé que toda España nos daba por ascendidos. Por eso digo que hay que vivir el presente y que no se deben dar las cosas por hechas.

Pese a su juventud ya tiene una gran trayectoria y un prestigio en los banquillos, ¿cree que Elda puede ser su trampolín definitivo al fútbol profesional?

Yo tengo un objetivo profesional, que es vivir del fútbol. Y apunto a lo más arriba. Los malos momentos vividos son un estímulo más. Soy de los que piensa que el universo no conspira contra mí; solo nos pone a prueba para ver cómo reaccionamos.

Volvamos a la competición. ¿Qué rivales ve con mayor potencial para la segunda vuelta?

La lucha está muy abierta, pero creo que del periodo de fichajes sale como favorito el Murcia, porque se ha llevado todas las perlas del mercado. También sale fortísimo el Castellón o el Nàstic. Incluso el Intercity, que seguro que va a reaccionar, sin olvidar los filiales, que suelen ir a más según avanza la competición.

Usted era un clásico de la Segunda B. ¿Qué le está pareciendo hasta ahora la polémica Primera Federación?

Tiene un nivel muy alto. Diría que está más cerca de lo que es la Segunda División de lo que fue la Segunda B. Hay mucha competencia. Hay diez candidatos claros a pelear por el ascenso y la carrera es muy larga.

¿Pesa mucho el liderato o es una bendición?

Tiene una doble lectura. Sabemos que el liderato le hace mucha ilusión a la afición, pero para nosotros es una responsabilidad. Ya sabemos que hay equipos con más medios pero nuestra fuerza es el trabajo y el equipo no se va a parar. Este tipo de presión, la de ser primeros, es un privilegio y nos hace más fuertes.