Este viernes se cumple un año de la rueda de prensa en la que los dirigentes del Intercity y de la Fundación Lucentum anunciaron, en una rueda de prensa multitudinaria, la unión de las dos entidades de Alicante. Los clubes fusionaron su estructura directiva en busca de mejorar sus recursos y generar sinergias, pero manteniendo su personalidad e independencia deportiva en un hecho sin precedentes en el deporte alicantino.
Doce meses después de aquella alianza, EL ESPAÑOL de Alicante ha querido conocer de boca de Toni Gallego, CEO del nuevo grupo deportivo, su valoración del proceso y qué punto se encuentra el proyecto.
Tras un año caminando juntos, ¿qué valoración hace de esta alianza deportiva?
Una valoración muy positiva. Ha habido crecimiento, orden y profesionalización, materias primas que nos llevan a ser más eficientes. Ese era el principal objetivo y lo vamos cumpliendo.
["Necesitamos unas instalaciones acordes al crecimiento del equipo"]
Un año después, ¿se puede decir que el Intercity y la Fundación Lucentum son más fuertes que antes?
Sí, sin duda. Somos más fuertes y en esa línea queremos seguir.
¿Qué ha aportado a cada uno de los clubes ir de la mano? ¿Qué habéis perdido y qué habéis ganado?
No sabría decir si hemos perdido algo, lo que sí puedo afirmar es que ambos clubes estamos evolucionando en un grupo y vamos en un camino de crecimiento que, con recursos, estamos preparados para recorrer y llegar a ser un gran club deportivo.
Inicialmente, la unión causó cierto rechazo en parte de la afición del Lucentum. ¿Cree que se ha superado ya esa etapa y se ha naturalizado la unión en la sociedad alicantina?
Considero normal, por desconocimiento, que al comienzo hubiese miedos de pérdida de identidad por parte de los aficionados lucentinos, pero se ha demostrado que no solo se mantienen, sino que se potencian, tanto la marca como los valores representativos de la Fundación Lucentum e Intercity.
Bajo la óptica del baloncesto se pensó que la unión con Intercity iba a ser una apuesta definitiva y casi inminente por el ascenso a la ACB. Así se dijo en la presentación, ¿ha cambiado algo durante estos meses?
No, el objetivo del HLA Alicante sigue siendo llegar a ACB, y de forma consistente. No es algo sencillo y tiene su proceso de construcción y estructura para estar preparados cuando lo logremos. Por eso profesionalizamos la dirección deportiva, tratando de seguir creciendo, manteniendo opciones de ascenso a corto plazo y trabajando para aumentar dichas opciones a medio plazo.
Usted pasó de la noche a la mañana de dirigir una entidad de baloncesto, deporte vinculado a toda su vida, a dirigir un macro grupo deportivo con varias secciones (fútbol, fútbol sala y bádminton) ¿Cómo cambió su día a día desde entonces?
Bastante, la verdad. Tengo que repartir mi tiempo de trabajo entre oficina, pabellón de baloncesto y campo de fútbol, puesto que además físicamente están en lugares distintos. Si a esto añadimos que las reuniones fuera de ese entorno se multiplican por el interés que genera el grupo, la agenda siempre está ocupada, pero con orden se llega a todo.
El grupo no para de crecer, campos de entrenamiento, escuelas formativas, club de bádminton… ¿Qué nuevos proyectos manejan?
En primer lugar, seguir consolidando estructura y aprovechando oportunidades que surjan, y, si logramos la inversión, afrontar el reto de la ciudad deportiva, que consideramos clave en el crecimiento.
¿Hay más clubes de la provincia de diferentes disciplinas deportivas cerca de unirse a su proyecto?
Ahora mismo no hay ninguna colaboración más en ciernes, estamos abiertos a todo el que sea sostenible económicamente por sí mismo y quiera unirse al grupo para crecer, sumar y evolucionar.
¿En qué medida son vasos comunicantes los dos clubes? ¿Puede la mala o buena dinámica de uno afectar y condicionar al otro?
Las bases son las de cada club, lo que es común es el crecimiento. Si a uno le va bien deportivamente nos afecta a todos.
¿Qué objetivos se marca el grupo para el curso 2022-23?
Consolidación del crecimiento, lograr la inversión necesaria para seguir la evolución y poder comenzar a construir y/o gestionar infraestructuras para el grupo. Si a eso añadimos algún ascenso de los primeros equipos masculinos sería la guinda.