El estreno de La bohème tiene encerrado en su casa a Josep Vicent. El director de la orquesta ADDA Simfònica ultima los detalles para la llegada de esta nueva versión de una de las óperas más representadas del mundo en la ciudad de Alicante. "Nunca hemos hecho nada tan ambicioso", recalca.
El resultado de un intenso trabajo en el que lleva estudiando la partitura de Puccini desde hace año y se verá en tres días, 7, 9 y 11 de junio, en el ADDA. Y ahí Josep Vicent no escatima elogios al equipo que hará posible este montaje.
La segunda ópera de producción propia que monta este centro le lleva a repetir con el director de escena Emilio Sagi, "un maestro indiscutible que es nuestro amigo". Y para dar vida a una de las historias de amor más famosas cuenta "con un elenco de solistas brutal que combina gente de aquí y de fuera y liderado por Ramón Vargas, estrella de las óperas mundiales". Por eso asegura sentirse "muy feliz y emocionado".
A esa sensación contribuye la inmersión que está realizando en su estreno con Puccini en el que siente que "cada paso es una emoción". Eso no le impide analizar cómo abordar la ópera: "He sido un hombre de teatro porque he visto siempre el hecho musical como uno teatral".
Un punto de vista que, como director de orquesta, se aplica a él mismo. "Tú estás en el escenario trabajando en directo y te miran y puedes ayudar a hacer entender la música según cómo sea tu actitud escénica". Así apunta que lo empezó a hacer "desde bien joven" cuando se dedicaba a la percusión contemporánea y preparaba sus espectáculos midiendo la iluminación y movimiento escénico.
La pasión que recuerda al vivir el proceso técnico y la producción de entonces la siente "cuando ahora veo que el ADDA se está transformando paso a paso en una casa de ópera". Y ahí recalca que ese proceso ya lo ha ido llevando a cabo en este auditorio con los montajes de Carmen, Carmina Burana, La Creación de Haydn, El carnaval de los animales y La pastoral para el planeta.
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Cada uno de estos montajes ha aportado ideas y medios hasta facilitar la llegada desde la Ópera de Oviedo de la escenografía que recrea las calles del París de finales del XIX. Esta vez es posible con la instalación de "una tramoya flotante magnífica", antes sumaron un foso para la orquesta y un suelo que protege el escenario. Al ver el trabajo que desempeña el coordinador técnico Jesús Soria siente que se trata de otro proceso compositivo que estará a punto de culminar con el estreno de La bohème.
Luz y ritmo
A ese trabajo de producción le tiene que sumar el musical. "Voy a intentar ser teatral en el resultado sonoro", avanza, "voy a intentar que la obra tenga mucha luz y utilizar el ritmo para que tenga la energía que tienen los personajes, como los niños en la calle y los vendedores".
Al describir la preparación de esta "partitura magnífica", valora que el libreto de Luigi Illica y Giuseppe Giacosa está "lleno de pequeñas historias que a veces conviven simultáneamente" donde igual "hay un punto de humor con uno romántico o una bronca con la convivencia de una sociedad que vive en la calle".
El perfeccionismo que reconoce en su carácter le obliga a ese "trabajo bien profundo para comprender bien el italiano y la poesía que hay en el idioma". Aunque lo habla un poco, se centra ahora más en "el uso del texto para poder entender el fraseo que quiero hacer, necesito saber lo que me permite la vocalización".
Esos detalles, puntualiza, le llevan a "ser fiel a la partitura en lo que era el sueño del espíritu creativo de Puccini". Y ese "sueño que él pudiera tener quiero destilarlo y entenderlo para hacerlo llegar. ¿En qué no soy fiel? En sus cuestiones que tienen que ver con la realidad de mi tiempo. Hoy en día la partitura necesita transmitirse de una manera que afecte al público de ahora, que es diferente, con otras vidas".