Cansado de los estereotipos que aparecen en la ficción sobre el autismo, el científico Agustín Martínez decide que es momento de dejar de desdoblarse para unir su carrera como investigador de día en la Universidad de Alicante con la de músico de noche. Bajo el nombre de Amago presenta Hacia el bosque, un disco conceptual en el que presenta de forma más realista este trastorno.

Y el sencillo con que arranca, Pluscuamperfecto, ya explica cómo ven el mundo las personas con autismo. "El ser humano busca el perfeccionismo en todo", razona Martínez, "porque tenemos esa tendencia. Y eso a la persona con autismo le encanta". Lo que sucede es que "a veces las palabras o las decisiones no son igual de simétricas porque tus actos no acompañan a lo que dices y la persona con autismo observa que el ser humano quiere ser perfecto, pero no lo es".

Eso lo representa visualmente a través del clip en el que el mundo del circo es el marco en que lo plasma. "La idea era jugar con el esperpento, en cómo el ser humano se contradice", apunta. Personajes que tienen varias caras a la vez y grandes sonrisas que pueden ocultar otras ideas son la forma que ha escogido para contar este proyecto, que se completará con el libro con que se acompañará la edición física en febrero. Y más adelante, el documental. 

A sus 46 años se embarca en esta aventura el que fue un niño "muy tímido" que empezó a escribir poesías que de adolescente convirtió en canciones. Pero ese no fue su camino profesional y por eso decidió mantenerlo separado de sus trabajos en la Universidad de Alicante. "Quería que lo científico fuera separado porque en aquella época, y aún, estoy rompiendo esa barrera, porque resultaba transgresor", cuenta mientras toma una tónica en un céntrico bar de Alicante.

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Ahora eso queda atrás, después de cinco años publicando en las revistas científicas y de haberse curtido en las presentaciones ante los colegas en los que abordaba temas como la relación de la flora intestinal con el autismo y los alimentos. Ya no había miedo a cómo reaccionarían los compañeros y también quería predicar con el ejemplo cuando en clase decía que "hay que tener una versión de sí mismo lo más creativa posible".

Por qué no hacer un disco conceptual sobre el autismo era un reto que le rondaba. "Por qué no romper esas barreras", se seguía preguntando, "y ya pensé que tocaba". En ambas partes de su vida sentía que tenía una acogida a sus esfuerzos. "Era el momento de que esos dos caminos que iban en paralelo se unieran", señala. 

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Hacia el bosque es el resultado de esa conjunción. "Quería contar una visión de una persona que tiene autismo, pero con una visión analítica y social", razona. Lo que le molestaba era que "habitualmente el autismo se ve desde un punto de vista que tiene una gran capacidad para resolver problemas. Y también se tiende al humor, al usarlo como una referencia en la que se provoque la carcajada".

Esta visión, promete y confirma su primer sencillo, "es totalmente diferente". "Quería contar una historia en la que aparecen canciones que describen lo que le pasa a una persona con autismo. Y para que el oyente lo entienda tiene que leer el libro disco y tiene que escuchar las canciones". A través de ese viaje pretende "difundir la idea de que una persona con autismo puede llevar una vida normalizada".