Las primeras fiestas de Hogueras de David Olivares como presidente le llevan en el habitual sin parar del cargo. Y en todo ese trasiego se detiene para analizar sus planes de futuro con el objetivo del Patrimonio de la Humanidad y los retos del presente que hay que resolver entre el ruido y la propuesta de tasa turística, como polémicas de la actualidad.
"Es hora ya de demostrar de que ya que tenemos el bien de interés cultural, una cosa que vamos a luchar por el patrimonio de la humanidad a partir de ahora", explica. Un reconocimiento que ya obtuvieron las Fallas de Valencia en 2016 en una candidatura a la que no se quiso sumar entonces Alicante para remarcar su diferencia entre las fiestas del fuego de la Comunitat Valenciana.
Y esa refleja una de los retos a los que se enfrenta la fiesta para su promoción turística, el famoso 'no son Fallas, son Hogueras'. Para resolverlo "ya estoy en contacto con Turismo de la Ciudad de Alicante y Patronato Costa Blanca y he solicitado más presencia en las ferias nacionales e internacionales de la fiesta oficial de la ciudad de Alicante, transmitiendo el arte efímero y, sobre todo, el traje de novia alicantina, que es algo que nos diferencia de la provincia".
La relación con el turismo este año se ha convertido en batalla política entre los partidos del consistorio después de que Compromís reclamara una vez más la creación de una tasa turística. "La idea de la tasa turística es una idea genial, pero con falta de fundamento, sin duda alguna", afirma el presidente rechazando los términos en los que se ha presentado esta vez.
La línea en la que cuenta que está trabajando vuelve a una de las bases de su ideario: "Soy de las personas que piensan que para que nos den hay que vender". Y eso implica "explicar quiénes somos". Una labor que ya está haciendo. "Tengo trato con varias navieras ya para hacer visitas concertadas a distintas Hogueras, en un futuro no muy lejano", avanza. Con ello, concreta, plantea que los cruceristas puedan tener entre su oferta "una excursión vendida en el mundo de Hogueras".
De esa nueva línea de negocio espera "un impacto económico al mundo de la fiesta" que ya se está negociando. "Pero las cosas hay que trabajarlas", prosigue. Por eso critica que "hasta ahora, y lo digo en mayúsculas, no había conversación ni relación con hoteleros, ni hosteleros, ni asociación de comerciantes, los cuales yo me estoy preocupando de tratar con ellos".
El diálogo con estas asociaciones tiene en el ruido una de las patatas calientes, como se ha demostrado este año incluso con denuncias. "La ordenanza la tenemos que cumplir, evidentemente. Tenemos que acoplarnos para buscar esa balanza entre la no molestia al vecino, que no comparte o no puede en ese determinado momento compartir nuestra fiesta, pero yo creo que todo tiene cabida", razona.