Sonsoles Ónega es una exitosa presentadora, imagen de su cadena de televisión, y ganadora del último Premio Planeta. Antes de venir a la ciudad de Alicante a las Veladas Literarias del Maestral, reconoce que, entre estos dos ámbitos, "nunca he tomado decisiones, donde más dueña soy de mí es en la literatura".
Entre el jurado que eligió Las hijas de la criada como la mejor candidata al preciado galardón, estaba el recientemente fallecido Fernando Delgado. Como ella, pasó de ser famoso presentador de televisión a la literatura, ¿es un giro de timón que se plantea? "Sería la primera decisión que tomara en mi vida, siempre me he dejado llevar por las oportunidades que han ido surgiendo", responde.
Y ahí razona que, "cuando empiezas a escribir, eso no paga la hipoteca, así que empecé a hacer compatible el periodismo por necesidad y la literatura por devoción". El éxito en ambas facetas la ha ido acompañando ya que lidera las tardes en Antena 3 y anteriormente ganó el Premio Fernando Lara.
Por eso "ahora mismo no me veo en esta situación, pues soy inmensamente feliz haciendo las dos cosas". "El programa de la tele me satisface muchísimo, me divierto mucho, me enriquece… Aunque se lleve el 90 % de mi tiempo", apunta. "Y escribir siempre voy a escribir, así que supongo que si algún día tengo que tomar esa decisión será por imposición, porque la tele me expulse, y entonces me dedicaré a los libros, pero ahora no me veo tomando esa decisión; la verdad que no".
Ónega insiste en que "no me gustaría tener que elegir entre una cosa y otra mientras el cuerpo aguante, porque esto es una cuestión de resistencia". Y ahora Sonsoles la mantiene ocupada las tardes entre semana, por eso esta edición de las Veladas Literarias se traslada al sábado. "El diario es muy exigente, el directo es muy exigente, te vampiriza mucho, pero también te digo que es mi gasolina para escribir".
El punto de partida de Las hijas de la criada así lo prueba ya que la historia de dos hermanas cambiadas al nacer será el arranque de esta novela. "La manida frase de la realidad supera la ficción es verdad", señala. Y eso se lo aplica porque "muchas veces escuchando historias, me han ayudado —y sé que me van a ayudar en la siguiente novela— a desenlazar tramas o incluso una novela entera. O sea, que el periodismo alimenta mi literatura de una forma determinante".
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Si la amplia dotación del Premio Planeta, que ha ido ascendiendo hasta llegar ahora a un millón de euros, cambió la vida de otra periodista como Maruja Torres ya que le permitió tener su propia casa, Ónega valora que "el dinero te da tiempo, pero en mi caso pues no puede ser porque yo no me puedo pedir un año sabático o dos o tres". Lo que sí ha podido es darse "un caprichazo de rehacer mi biblioteca en un espacio más grande".