Alicante

Recorrer la historia de la arquitectura con las puertas como guía le llevó desde su Albacete natal hasta China gracias al éxito de Umbrales (Siruela). Ahora Óscar Martínez regresa con El eco pintado, una epopeya deslumbrante que presenta este jueves en Alicante, y pone el foco en la pintura manteniendo el tono con el que es capaz de unir Bola de Drac con Van Gogh.

Antes de pasar por la librería 80 Mundos, Martínez razona que esa peculiar combinación en este nuevo ensayo es posible precisamente por dejar atrás los edificios y fijarse en los cuadros. "Las imágenes dan mucho más para ese juego que la arquitectura más monumental, más seria muchas veces", razona. 

Él se lanza a ello para conseguir un volumen dedicado a la divulgación cultural atrape a los lectores. Si en su estreno literario utilizaba las puertas como excusa, en este caso se centra en los cuadros que muestran otros cuadros. A través de una veintena de ellos habla de la vida de sus artistas buscando los hechos que marcaron la creación de la obra escogida y el contexto de la época.

[Óscar Martínez: "Las relaciones entre baja y alta cultura, pasado y presente, llegan al público"]

Y se lanza a ello con la experiencia del que lidia ante una clase de jóvenes a quienes sabe que debe atrapar desde el principio si quiere mantener su atención. Actualmente lo hace como profesor en la Escuela de Arte y Superior de Diseño en la ciudad de Valencia, pero con Umbrales lo ha hecho en Italia, Portugal y China, además de tenerlo traducido al ruso.

Es una apuesta por alejarse de la rigidez al presentar los datos en la que busca una forma divertida de hacerlo porque "si no, la cultura se apolillará y acabará siendo absolutamente para una minoría". Esa línea es la que le lleva a presentar referentes de la cultura popular antes de abordar piezas como el Cuadrado negro sobre fondo blanco con un epígrafe de Joaquín Sabina o el eslogan de Pringles 'Cuando haces pop, ya no hay stop' antes de explicar una obra de Roy Lichtenstein.

Martínez lo hace aplicando un entusiasmo desbordante que transmite en cada uno de los capítulos. En Retrato de Père Tanguy de Van Gogh lo utiliza para recordar lo que se conoció como japonismo en el XIX y compararlo con el éxito de la cultura manga o la gastronomía de ese país. Lo hace igualmente al abordar a Picasso con el duro episodio del suicidio de Carles Casagemas y el inicio de su etapa azul.

La puerta al éxito

"En todos he intentado engancharlos y ligarlos a la actualidad, a cualquier tipo de cuestiones, porque es lo que me gusta leer, es lo que me gusta encontrar cuando me enfrento a un libro", razona sobre un método con el que ha conseguido el apoyo del público y de la crítica.

Dos años después de que se abriera la puerta de Umbrales agradece el camino recorrido: "Fue un fenómeno fabuloso porque me ha permitido viajar, conocer a mis traductoras, y me dio mucha energía para embarcarme en este otro proyecto". Y aunque aún no puede adelantar detalles ya anticipa que está trabajando en su siguiente libro. Mientras lo prepara, él vuelve a la carretera para recorrer España a través de sus librerías en los encuentros con los lectores.