Roberto García, director de Artes Escénicas del IVC (Generalitat Valenciana) y citando a sus compañeros Alicia Garijo (del Teatro Arniches de Alicante), Alfons Ribes (del Teatro Principal de Castellón), Guillermo Arazo (del espai La Granja) y María José Mora (de Dansa Valencia), ha emitido una respuesta extemporánea y muy dura contra las asociaciones teatrales de la Comunidad críticas con su gestión durante la pasada entrega de los premios del sector en el Principal de Alicante.
El cargo elegido por Compromís desde la Conselleria de Cultura que dirige la nacionalista Raquel Tamarit, asegura sentirse "perplejos e indignados" por las críticas de las asociaciones a su falta de gestión. Sobre todo, cuando manifestaron que "la gestión actual del IVC ha demostrado no poder llevar a término las acciones culturales que el sector necesita".
Así, califican estas críticas de "total frivolidad" y "una simplificación vulgar e injusta que trata de poner todo el mismo saco". Y es que las asociaciones habían comparado su gestión con la del PP, asegurando que parece "heredada" de aquella.
El cargo de Compromís, carente absolutamente de capacidad de autocrítica, carga contra las asociaciones acusándoles de "intoxicar de manera lamentable a la opinión pública y que invisibiliza las actividades desarrolladas desde hace años".
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Es más, García llega incluso a dudar de la capacidad e inteligencia de sus compañeros de profesión que al mismo tiempo son los representantes de las asociaciones para hacer "una lectura inteligente de la realidad que vivimos con cierta perspectiva histórica".
Desde otras fuentes del sector, han recibido con estupor la respuesta a las asociaciones ya que "no es propia de servidores públicos, es un despropósito". Y es que según indican, "tristemente, las asociaciones tienen razón porque se ha desacelerado la inversión cultural en los últimos 20 años en esta Comunidad, haya gobernado quien haya gobernado". "Si no eres capaz de cambiar las cosas, vete a tu casa, pero no arremetas contra quien legítimamente denuncia cómo están las cosas", añaden.
Sorpresa entre los profesionales
"Se trata de una falta de respeto hacia el sector que encima son sus compañeros de profesión. Llamarles vulgares, frívolos o poco inteligentes no ayuda a mejorar la situación de las artes escénicas en la Comunidad Valenciana", concluyen.
Fuentes del IVC aseguran que se han sorprendido por la dureza de las críticas del manifiesto original publicado este martes. Así, explican que se trata de diferenciar claramente lo que consideran una legítima crítica a la dirección política con la gestión diaria que realizan los técnicos. "Si tienen un problema con el político, que se dirijan al político", señalan.
Este malestar tiene su origen en dos puntos concretos del manifiesto. En particular, el que señala que el IVC "ejerce unas políticas culturales que no son propias del Gobierno del Botánico, sino más bien heredadas de la etapa anterior del Partido Popular en el Gobierno valenciano".
Desde el IVC rechazan de plano esta comparación, aunque no desean entrar en un combate de descalificativos. "Hacemos un esfuerzo considerable desde nuestras posiciones para que luego nos digan poco más que tiene que intervenir el Gobierno para ver la política cultural", lamentan. Un punto con el que responden a la otra clave del manifiesto: "Esta situación es insostenible y, si el IVC no puede resolverla, instamos a que se tomen medidas desde la Conselleria de Cultura y el resto del Gobierno del Botánico".
Las demandas
¿Qué es lo que ha puesto en pie de guerra a tres asociaciones? La respuesta está en dos puntos, la externalización y las líneas de ayudas.
En la primera, el manifiesto considera que hay una "creciente dinámica" en la parte técnica "que en otros sectores se verían como privatizaciones inaceptables". E incluso en ellas critican que se producen con una "carencia reiterada de transparencia en los procesos de valoración, baremación, concesión y reparto de los recursos económicos".
El dinero es, precisamente, el otro punto en el que se concentra un mayor descontento. Un aspecto en el que fuentes del IVC conceden que es "comprensible" que haya una demanda de mayor inversión y en el que afirman que ha habido una voluntad de diálogo y de consenso.
Esta, en cambio, no es la visión que aportan las asociaciones tras el manifiesto. En él consideran que "el modelo de ayudas actual, bajo una supuesta objetividad, sobrevalora los criterios empresariales y menosprecia a los artísticos, priorizando así a las mayores empresas en el acceso a los recursos". Tanto es así que lamentan que esto "ha frenado, excluido y expulsado la innovación y el talento".
Un hecho que argumentan a partir de sus datos en los que aseguran que en 2020 "de las artes escénicas en su conjunto, el 10,9 % de las empresas beneficiarias recibe el 50 % de las ayudas". Y eso tiene unas víctimas, "deja como grandes perjudicados a los artistas emergentes y, dentro de ellos, especialmente la disciplina de la danza". En particular, hacen referencia a "41 artistas emergentes que en el 2021 fueron excluidos de las ayudas pese a cumplir con todos los requisitos". Una situación "por la que nadie ha pedido disculpas ni asumido responsabilidades".