José Miguel Martín de Blas, periodista y director de contenidos taurinos en Castilla-La Mancha media (con audiencias excelentes en televisión, radio e internet) me remitió por la mañana un documento audiovisual emocionante sobre el homenaje a Manzanares que se vivió ayer tarde en Alicante. Un vídeo para Tiempo de toros, el programa semanal, además de la pieza informativa para el Telediario de mediodía en la televisión pública manchega.
En À Punt, la televisión pública de los valencianos, como en la radio pública, los toros están censurados, vetados. Un auténtico desprecio a la Cultura y la tradición de los valencianos. A Manzanares, Esplá, El Soro, Ponce, Barrera, El Califa y, si me apuran, a los grandes artistas e intelectuales que han tratado el toreo en sus obras: Sorolla, Blasco Ibáñez, Benlliure, Miguel Hernández, Brines, Marzal… Puro sectarismo. El Botànic en los mandos: la izquierda de la pluralidad y la diversidad. La pluralidad que les entra en la cabeza, claro.
El cartel de la segunda de feria era casi idéntico al cartel con el que Manzanares hijo tomó la alternativa. Aquella tarde Enrique Ponce actuó de padrino y Rivera Ordóñez como testigo. Cayetano, en 2021, por su hermano Francisco. La finca del maestro de Chiva fue escenario de la primera vez o de las primeras veces que José Mari fue al campo con su padre. El “manzanarismo” y el “poncismo” son dos corrientes dentro del clasicismo.
La técnica pluscuamperfecta, la razón y la inteligencia que se imponen a la fuerza indómita de la naturaleza que es el toro, aunque la corrida de Juan Pedro no exhibió esa fuerza indómita… Todo lo contrario: nobleza para regalar. Quizá hasta de sobra.
El primero de Juan Pedro no tuvo fuerza. Berreón, se dolió en banderillas, perdió las manos, calamocheaba porque no podía con su alma. Ni Ponce, dándole tiempos y ventajas, pudo construir faena. Inédito.
Precioso de hechuras el colorado y engatillado cuarto, ojo de perdiz, cerrada la cara. Ponce quitó por chicuelinas de mano baja. Brindó a Manzanares. Comenzó genuflexo el maestro de Chiva, afianzando y encauzando las embestidas del toro, sin emoción. Muy fácil el valenciano, puso toda la carne en el asador. Tres poncinas en el epílogo encendieron al personal. Y hasta se puso de rodillas -muy poco frecuente en Ponce- para lograr una serie de derechazos meritorios. La faena creció en intensidad de mitad en adelante. Una estocada en todo lo alto no fue óbice para que el presidente denegara la segunda oreja. A Ponce se le vio disgustado.
Manzanares recibió a “Piropo” con un saludo más intenso y frondoso que sutil. Molestó el aire. José Mari echó agua a su muleta para contrarrestar los caprichos de Eolo. Hubo series más limpias que otras, y muletazos sueltos e inconexos con esa estética mediterránea. La pasión no llegó a prender durante la faena. Notable el toro, con clase, celo y nobleza. La estocada, de lenta ejecución, fue excelente. Superior la suerte suprema. Oreja.
El quinto marcó la escasez de fuerza de salida. En el primer trincherazo, sin apretar, perdió las manos. Pero el toro sacó el buen fondo que tuvo la corrida. Hubo una serie a derechas de notable pulso, con cambio de mano marca de la casa. Bajó la intensidad al natural, y José Mari volvió a la diestra. El pasodoble, que sonó de maravilla, precipitaba los olés. Otra buena estocada sentenció la oreja que aseguraba la segunda puerta grande consecutiva.
Cayetano suple sus carencias técnicas, evidentes, con arrestos y voluntad. Digno de elogio. Eléctrico el galleo por chicuelinas, o lo que fueran. Brindó a Manzanares, largo el parlamento, y se sentó en el estribo para prologar la faena de muleta. Siguió con las dos rodillas en tierra, el toreo en redondo, un molinete conseguido, un de pecho y el público feliz y eufórico. Y en pie. El público, no el aficionado.
El toro derrochó bondad y nobleza. Docilidad. Hubo una serie a diestras redonda y bien trazada pero la faena fue larga de muletazos cortos. Efectismos populistas y una buena estocada le valieron una oreja, solicitada con entusiasmo y fervor popular.
Cayetano se dobló por abajo con el terciado sexto, que tuvo su picante y su nervio. Limpio fue el trazo de una serie al natural. No acabó de estructurar la faena. Unos ayudados precedieron una estocada en todo lo alto. La sinceridad tuvo premio.
Ficha
Plaza de toros de Alicante. Segunda de feria y de abono. Corrida de toros. Viernes, 25 de junio de 2021. Se lidió un encierro de Juan Pedro Domecq, correcto de presentación, de notable nobleza y bondad. Excelente el segundo, bravo, ovacionado en el arrastre, y muy noble el tercero. Con picante el sexto.
Casi 4.000 personas, con el aforo limitado por las restricciones sanitarias derivadas del COVID19. En los prolegómenos, José María Ángel, secretario autonómico de Emergencias, y Mari Carmen de España, edil de Asuntos Taurinos, entregaron una placa conmemorativa a José Mari Manzanares.
-Enrique Ponce, de grana y oro. Estocada atravesada. Ovación. En el cuarto, estocada desprendida. Oreja con petición de la segunda.
-José María Manzanares, de azul añil y oro. Estocada. Oreja. En el quinto, estocada. Oreja.
-Cayetano, de azul rey y oro. Estocada. Oreja con petición de l segunda. En el sexto, estocada. Oreja.
Tercera de la Feria
Sábado, 26 de junio. Corrida de rejones. Andy Cartagena, Lea Vicens y Guillermo Hermoso de Mendoza. Toros de Fermín Bohórquez.