El Ayuntamiento de Alicante ha salido al paso de la primera polémica de 2023 después de que decenas de asistentes a la Nochevieja en la plaza del Ayuntamiento protestaran porque no se escucharon las campanadas que dan el paso oficial al nuevo año.
"El Ayuntamiento confirma que las campanas sí sonaron a las 12.00 de la pasada noche, al tiempo que intenta esclarecer las razones técnicas por las que las campanadas no se escucharon con el suficiente volumen en la plaza y las calles aledañas a la misma, en las que se congregaron un gran número de personas", responde a preguntas de EL ESPAÑOL De Alicante.
"De hecho, las campanas también sonaron con normalidad durante el cotillón infantil celebrado en la plaza del Ayuntamiento a mediodía de ayer", añaden estas fuentes consultadas. Sin embargo, también hay voces que echaron en falta esas mismas campanadas a las del 12 del mediodía, cuando también se congregaron numeros vecinos y turistas.
A estas voces se han sumado las críticas de formaciones como Compromís o Podemos. El portavoz de esta última, Xavier López ha pedido explicaciones al alcalde Luis Barcala ante la "grave falta de coordinación, planificación y sobre todo de cuidado".
Por su partes, desde iniciativa, una de las fuerzas de la coalición Compromís, han tachado lo ocurrido de "inoperancia, imprevisión y ridículo".
Lo ocurrido
Y es que, después de dos años sin poder celebrar la fiesta oficial en la plaza, centenares de personas se congregaban en el centro de la ciudad para poder vivir una animada fiesta. El programa oficial prometía. Se repartían más de 2.200 bolsas con las uvas de la suerte y acompañaba una orquesta, como había anunciado el Ayuntamiento, con un equipamiento técnico de más de 24.000 vatios de sonido.
El tráfico estaba cortado en la Rambla y en la calle Rafael Altamira para que los peatones pudieran circular sin problemas y el público pudiera repartirse a lo largo de las calles. La fiesta infantil de la mañana había sido un éxito con centenares de personas disfrutando el cotillón.
Conforme se acerca la medianoche la expectación es más alta. El ambiente festivo habitual de una Nochevieja era mayor después de dos años de suspensión de eventos oficiales a causa de las restricciones sanitarias provocadas por la pandemia. La plaza está repleta y sus alrededores también. Todo el mundo espera mientras sigue sonando la orquesta alicantina Etiqueta Show, con más de veinte años de experiencia.
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La música se detiene para dar paso a las campanadas cinco minutos antes de la medianoche. El griterío de la gente se detiene, todos esperan. Y esperan. Y esperan. Las campanas no se escuchan en la calle Rafael Altamira y son más quienes protestan por lo que sucede. Con las uvas en la mano, la gente sigue esperando a que suenen los cuartos y luego las doce campanadas.
De repente, un cañón de confeti. Y otro. Y otro. La gente mira sus relojes, pasa la medianoche y no se han escuchado las campanadas. Las miradas de sorpresa se cruzan. Entre preguntas de qué está pasando los asistentes se dan de tope con la realidad, el 2023 debe haber llegado aunque en Alicante no se haya escuchado. La orquesta vuelve a poner la música en marcha para interpretar grandes éxitos como Locked out of Heaven de Bruno Mars, donde canta que le han dejado fuera del cielo. Esta vez se han quedado sin campanadas.
"El año que viene no volvemos", dice una pareja que enfadada se marcha. Otra chica dice que "este ha sido el año que más tranquila me he comido las uvas porque no las he escuchado". La sorpresa se mantiene y se convierte en tema de conversación de entrada a los bares, donde ya se retoma la marcha habitual de las fiestas de Nochevieja, en una jornada que se esperaba de récord.