Alicante

Del 'Tato', de la 'Libertad' y 'San Blas', son los tres nombres con los que se ha conocido a este popular barrio de la ciudad de Alicante. El 3 de febrero se celebra el día de San Blas, en honor de este santo que fue médico y obispo en el siglo IV, quién es además el patrón del protagonista de este artículo.

La historia del barrio de San Blas-Santo Domingo comienza mucho antes de que hubiera casas. Su origen está relacionado con un Santuario dedicado a este santo que estuvo en pie desde 1697 hasta 1809. Tal y como cuentan desde AlicanteVivo, fue un ermitaño el que cuidó del templo, que finalmente se "derribó por ruinoso".

Hablar de la historia del barrio de San Blas es hablar también de los inicios del turismo en la ciudad porque ambos acontecimientos tienen algo en común: la línea de ferrocarril que unió Alicante y Madrid a partir de 1858. Este acontecimiento supuso un gran impulso para la economía de la ciudad y hubo quién supo ver en ello una oportunidad de negocio. Fue el caso de José María Tato, un constructor local que se puso 'manos a la obra' con la construcción de unas viviendas situadas muy cerca de la estación, donde los trabajadores podían ir a descansar.

En primer lugar, el alicantino llevó a cabo la construcción de diez viviendas que, tal y como cuenta el periodista David Rubio en su libro 'AQUÍ nuestra historia', dio lugar a cuatro calles que se llamaron 'de la Estación'. Estas son Bono Guarner, del 'Tato', de Carlota Pasarón (propietaria de los terrenos), y de la 'Peregrina'. La zona anteriormente descrita también fue conocida como el barrio del 'Tato'.

El auge del chocolate

La familia del Tato siguió dando de qué hablar (en el buen sentido de la expresión) en esta zona porque el sobrino del constructor, Tomás Tato, también quiso hacer negocio allí e instaló una fábrica-molino de harina. Poco tiempo después llegaría un nuevo negocio de la mano de los hermanos Ribera Guarner con la apertura de la empresa de chocolates 'La Industrial Alicantina'. 

La zona, en la que originalmente vivían sobre todo obreros y trabajadores ferroviarios, fue creciendo poco a poco con la llegada de nuevos negocios que trajeron trabajo y dinero a los vecinos de la ciudad. De hecho, para finales de los años 20, la chocolatera del empresario Román Bono Guarner, era una de las empresas más importantes de la ciudad, dedicada a la fabricación de otros productos. David Rubio recuerda que del derrumbe de esta antigua fábrica surgió una nueva calle, la de Callosa del Segura.

Hoguera de San Blas en 1930, Alicante. Ayuntamiento de Alicante

Fue tras esta época dorada cuando San Blas cambió su nombre por el de barrio ‘de la libertad’ en honor al bando republicano durante la Guerra Civil Española (1936-1939). Este barrio de origen obrero tuvo algunos problemas después, con la llegada de la dictadura franquista ante la posibilidad de que sus vecinos pudieran revelarse pidiendo esa ‘libertad’. En los años 40 surgió también la tradicional fiesta de Moros y Cristianos.

Para 1954, un grupo de aficionados a los toros quiso fundar una peña con el nombre del diestro sanblasino Francisco Antón ‘Pacorro’. Las autoridades de la época pensaron que se trataba de una tapadera para poder organizar reuniones clandestinas organizadas por republicanos. Finalmente, se demostró que la asociación tan solo tenía una función, la de peña taurina.

Un barrio originario de la clase obrera, que posteriormente acogió a vecinos de la Mancha y de otras comunidades cercanas que veían en Alicante una oportunidad de trabajo y de mejora de la calidad de vida. El barrio siguió creciendo para finales de los años 80 con la construcción de viviendas mucho más modernas y sofisticadas, en la zona de Santo Domingo.

Ahora, el barrio de San Blas es uno de los más grandes y poblados de la ciudad con un censo de 22 619 habitantes, según las estadísticas de 2018. 

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