La Audiencia Provincial de Alicante ha condenado a una mujer de 43 años a una pena de multa de ocho meses por un delito de resistencia grave a los agentes de la autoridad. Los hechos se produjeron tras rechazar la intervención de los policías que acudieron en su defensa ante un supuesto caso de malos tratos en el ámbito familiar.
El aviso tuvo lugar en torno a las 05:00 horas de la madrugada del 23 de julio de 2017 en la zona de ocio del puerto de Alicante. Cinco agentes de la Policía Nacional respondieron a la llamada de los vigilantes de seguridad de un local sobre una agresión infringida a la acusada por parte de un hombre que resultó ser su pareja.
La sentencia, dictada por un tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia de Alicante, considera probado que los agentes, debidamente uniformados, detuvieron al presunto agresor, después de que el personal de seguridad privada intentase retenerle ante su actitud agresiva.
En ese momento, la procesada, que "tenía una herida sangrante en la barbilla" supuestamente producida por su pareja, se dedicó a increpar a los agentes mientras negaba que sus lesiones hubiesen sido provocadas por el arrestado, según el fallo. Es más, aseguró que se las había producido en una caída accidental.
Agredió a una agente
De acuerdo con la resolución judicial, la mujer, de nacionalidad ecuatoriana, se opuso a las indicaciones que le formulaban los agentes para que depusiese su actitud y persistió en su resistencia hasta increparles.
También forcejeó con una de las agentes que intentaba mantenerla apartada del detenido, llegando a causarle una contusión en el codo izquierdo que le provocó un hematoma y "dermoabrasiones en las manos", de las que curó en el transcurso de cuatro días.
Según la sentencia, no habría quedado acreditado que los agentes intervinientes empleasen una fuerza "desproporcionada o innecesaria para poner fin a la situación potencialmente peligrosa generada".
El tribunal subraya, igualmente, que tanto la procesada como su pareja incurrieron en distintas contradicciones a la hora de explicar los hechos objeto de juicio. El supuesto agresor llegó incluso a sostener que fueron los policías quienes derribaron en dos ocasiones a la mujer.
Para los magistrados, esas incoherencias contrastan con la firmeza en el relato ofrecido por los agentes, a los que confiere toda credibilidad. Sobre todo, después de que también quedase corroborada por el testimonio de los vigilantes de seguridad privada que habían dado el aviso sobre la agresión inicial sufrida por la procesada.
El fallo condena a la mujer al pago de una multa de ocho meses con cuota diaria de 6 euros por el delito de resistencia grave a los agentes de autoridad, además de otros 40 días de multa por un delito de lesiones leves. De igual modo, deberá indemnizar a la agente con la que mantuvo el forcejeo con una suma de 160 euros.