La denuncia del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, sobre el colapso de los centros de menores migrantes en la Comunitat Valenciana, quien llegó a afirmar que están al 150 o 160 % de capacidad y que los menores están "hacinados", tiene su respuesta en el aumento de las llegadas de pateras en los últimos. Pero, cuanta más gente consigue tocar suelo español, también más migrantes se quedan por el camino.
En los primeros cinco meses del año han muerto un 55 % más de migrantes respecto al mismo periodo del año pasado. Un total de 175 personas han desaparecido en el mar durante su travesía con rumbo a Almería, Alicante, Murcia y Baleares este 2024 frente a los 113 del 2023, según un informe del colectivo Caminando Fronteras que ha contado con el apoyo del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda.
Esto supone 62 vidas más que se han perdido en el Mediterráneo. Y lo peor está por llegar, ya que la segunda mitad del año es cuando más embarcaciones parten de la costa de Argelia.
El pasado año murieron 434 personas en este recorrido, con un fuerte aumento de víctimas durante la segunda parte de 2023, que llegó a tener meses como noviembre con 147 desaparecidos.
La conocida como ruta de Argelia es la segunda más mortífera de la frontera occidental euroafricana, con 1,15 muertes diarias desde enero a mayo, solo por detrás del recorrido atlántico que tiene como meta Canarias, que suma 4.808 desaparecidos en los primeros cinco meses. Las rutas del mar de Alborán con 47 muertes y las 23 del estrecho de Gibraltar completan la oscura lista.
La ruta de Argelia
Los principales migrantes que se embarcan en este recorrido provienen de Argelia, aunque la entidad ha registrado víctimas de hasta 17 nacionalidades entre todas las rutas.
"A bordo de embarcaciones de motor, las personas que decidían moverse ponían su objetivo en la costa almeriense. Sin embargo, en los últimos tiempos, con el objetivo de sortear las violencias del control migratorio, la ruta se ha expandido espacialmente: Islas Baleares y Valencia se convierten en nuevos destinos, más difíciles y peligrosos para las vidas que pretenden alcanzarlos", señalan desde Caminando Fronteras.
La falta de recursos movilizados para la búsqueda de embarcaciones en la zona y la alerta tardía de situaciones de riesgo por el miedo a las deportaciones mantienen "la invisibilización de la ruta. Numerosas embarcaciones desaparecen sin dejar rastro, lo que deja a las familias en una situación de incertidumbre ante la desaparición de sus seres queridos", lamentan.
Del 2006 hasta hoy
Caminando Fronteras explica cómo surgió esta ruta hace ya casi 20 años. Así, señalan que las salidas desde las costas argelinas comenzaron a ser más habituales a partir del año 2006 en dos rutas del Mediterráneo, la Central hacia Italia y la Occidental hacia las costas españolas.
Al periodo posterior, entre 2008 y 2009, lo definen como el "proceso de criminalización". Es en estos años cuando se produce la externalización de fronteras con Europa y el Estado argelino comienza a endurecer el control de las salidas y entradas, tanto para nacionales como para extranjeros, con penas de cárcel y multas aplicadas hasta a menores de edad.
La "reparación" se produce en 2012, cuando aumentan las salidas hacia el Estado español, con un gran impacto en los medios nacionales argelinos. La consolidación de la ruta no llegaría hasta 2018-2019. Es aquí cuando las llegadas de personas argelinas a costas españolas se incrementan y cada vez las comunidades que atraviesan esta ruta lo hacen de manera más habitual. "La militarización del norte de Marruecos desplaza a comunidades magrebíes a intentar cruzar desde Argelia", apuntan.
La pandemia de 2020 también afectó a los migrantes, empobreciendo y creando un conflicto político que "obligó a parte de la población argelina a abandonar el país". Desde 2021 hasta el día de hoy, el colectivo destaca "la indefensión ante el peligro" de los migrantes. Y resaltan que aunque la comunidad mayoritaria es la argelina, está aumentando la presencia de personas de otras nacionalidades como Siria, Marruecos, Mali, Palestina, Yemen, Guinea, Burkina Faso y Camerún.
"La mayor diversidad de nacionalidades en la ruta es síntoma de la militarización y el intento de cierre de las rutas de Alborán y Estrecho. La falta de recursos activados para la búsqueda de embarcaciones es uno de los factores explicativos del aumento de víctimas en estos últimos años", denuncian.