La Audiencia Provincia de Ávila ha condenado a 15 años de cárcel a un hombre por un delito continuado de violación cometido contra su nieta durante tres años, cuando la menor tenía entre 13 y 16 años, en localidades de Torrevieja, Madrid y Ávila. La menor tenía una capacidad reconocida del 65 %.
Además, la resolución judicial ha impuesto al acusado el pago de una indemnización a la víctima de 30.000 euros, según la sentencia facilitada este miércoles por el tribunal autonómico.
La Audiencia Provincial le prohíbe aproximarse a su nieta a una distancia inferior a 300 metros, así como a su lugar de residencia, estudios o cualquier otro donde pudiere hallarse, así como comunicarse con ella por cualquier medio por un plazo superior en diez años a la pena privativa de libertad impuesta.
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A todo ello se suma una medida de libertad vigilada de 10 años, que se ejecutará con posterioridad a la pena de cárcel, y la inhabilitación especial para cualquier profesión y oficio que conlleve "contacto regular y directo con menores de edad" por un tiempo superior en 5 años a la pena de prisión.
En el juicio, celebrado durante el pasado mayo, la Fiscalía solicitó 14 años de cárcel -inicialmente fueron 15- y una indemnización de 30.000 euros, mientras que la acusación particular reclamó 15 años de prisión y 241.190,27 euros de indemnización para la menor de edad, mientras la defensa demandó la absolución.
Los hechos, que se produjeron entre 2016 y 2019 aproximadamente, comenzaron cuando la menor tenía 13 años y continuaron durante tres años más, hasta finalizar en 2019 con las dos últimas agresiones durante la Nochebuena y la Navidad de ese año, momento en el que la víctima informó de las agresiones que venía sufriendo por parte de su abuelo paterno.
Unas agresiones sobre la menor, a la que se ha reconocido una discapacidad del 65 %, que se produjeron en Parla (Madrid), en Torrevieja (Alicante) y en la localidad abulense de Sotillo de la Adrada.
Durante el juicio, en el que la víctima no tuvo que declarar, el abuelo reconoció haber mantenido algún tipo de relación sexual con la nieta en Parla, si bien señaló que "ella no hizo ni dijo nada, ella consintió".
Aunque el abuelo reconoció ante las psicólogas las agresiones sexuales en el apartamento de Torrevieja, posteriormente las negó durante el juicio, al igual se hizo con los hechos que tuvieron lugar en Sotillo de la Adrada.
No obstante, durante la vista oral salió a la luz una conversación grabada con su mujer y abuela de la víctima, en la que el ahora condenado reconocía que "eso no era una violación, porque ella lo había consentido".
El abuelo sí reconoció haber hecho una llamada a su hijo y padre de la menor para pedirle perdón, arrepintiéndose de todo.
A raíz de lo sucedido, tanto el padre como la madre de la víctima, que estuvo un año ingresada en la clínica de salud mental de Guadarrama (Madrid), se encuentran en tratamiento psiquiátrico.