Frente a la claridad de los resultados que se han dado en la mayoría de municipios españoles tras las elecciones locales y autonómicas del pasado domingo, la partida aún no ha concluido en algunos de ellos, como Crevillent, donde PP y Vox celebraron haberles arrebatado por los pelos el poder a las izquierdas.  

En esta localidad al sur de Alicante, la exigua diferencia de votos entre candidaturas ha dado esperanzas al bloque de las izquierdas de poder retener el poder que ostentan desde 2019 en el recuento definitivo que se va a celebrar en la Junta Electoral de Zona (JEZ) el próximo viernes. Como marca la ley, el escrutinio general se realizará en un acto único y de carácter público el quinto día siguiente al de la votación. 

La tensión es patente estos días ante un inusual resultado. Porque si Vox hubiera cosechado 5 votos menos de los 1.890 que obtuvo el 28M, la formación ultra se habría quedado en 2 concejales, yendo a parar el otro regidor a Acord per Guanyar (confluencia de Compromís, Esquerra Republicana y Esquerra Unida), que pasaría a sumar 9 y podría reeditar el pacto con el PSPV-PSOE (que obtuvo el domingo 2 representantes), y ambos alcanzarían la mayoría absoluta de 11 que, de momento, ha ido a parar al bloque PP (8 ediles) y Vox (3). 

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La aritmética de la ley D'Hont para repartir los concejales entre las candidaturas de forma proporcional al número de votos obtenidos también hubiera beneficiado a Acord per Guanyar si hubiera logrado solo 15 votos más, hasta los 5.670. 

Pero esto no ha pasado, recuerdan desde el PP, que este miércoles por la tarde ha tenido que salir al paso con un comunicado "ante los rumores y nervios que existen en Crevillent sobre el recuento definitivo de las elecciones del pasado domingo", se podía leer. "Queremos transmitir desde el PP total tranquilidad y confianza en el proceso de trámite que se producirá el viernes", apuntaban.

"Las urnas han hablado y han dado una mayoría suficiente para el centro derecha, por lo que podrá producirse un cambio en el Ayuntamiento para un futuro mejor en Crevillent", sostienen. Y es que, tras el domingo y tal y como recogía este periódico, la candidata del PP Lourdes Aznar se dirigía el día después a los medios como futura alcaldesa. Y, no solo eso, el actual alcalde, José Manuel Penalva de Compromís, paralelamente anunciaba que no seguiría en política. 

¿Votos nulos?

"No han asumido la derrota y están dando falsas esperanzas a su gente", sostienen fuentes del PP consultadas, que reconocen que el único resquicio que podría existir sería en el recuento de los votos nulos. 

Así lo señalan desde Acord per Guanyar, que aseguran que en estos comicios ha habido un "aumento considerable" de los votos nulos (136) con respecto a 2019 (91). "Esperemos que haya una revisión acta por acta y de los votos nulos y entonces se confirmará o no esa diferencia de 15 votos" para esta candidatura, explica Virginia Moriel, portavoz de la marca electoral de izquierdas. 

Sin embargo, para el PP no es tan sencillo: "Si sus interventores no impugnaron más de 15 votos nulos suyos... no hay nada que hacer", dicen a este medio tras aclarar que "no se pueden revisar los votos nulos que nadie impugnó". 

"Les ha favorecido la Ley"

Con todo, desde Acord per Guanyar lamentan que al final "la Ley Electoral les haya favorecido [a las derechas] por tan pocos votos de diferencia". "No es verdad que PP y Vox hayan obtenido una mayoría suficiente porque la realidad es que la mayoría de votos han ido al bloque de izquierdas, 7.310, frente al bloque de derechas, 7.165", comenta Moriel. 

"Por lo que no es cierto como ha dicho Lourdes Aznar que la mayoría de los crevillentinos ha votado cambio", insiste la portavoz de la opción electoral más votada el 28M. "Hemos cosechado el mayor respaldo a un bloque de izquierdas en la historia de Crevillent y, en el caso del PP, no tenían datos tan malos desde 1991, por lo que la legitimidad de las urnas ha sido para el bloque de izquierdas", asume.

Por último, desde Compromís señalan que "si el viernes se diera el caso", José Manuel Penalva no se iría de la política, como ha dicho, "sino que volvería a ser el alcalde". El PP, en cambio, cree que el susto pasará y se podrán centrar en pactar la investidura y el nuevo gobierno con Vox.