Un agente de la Policía Nacional acusado de sustraer ‘papelinas’ de cocaína intervenidas en operaciones policiales en la comisaría de Alcoy (Alicante) ha negado hoy los hechos, aunque ha admitido que en varias ocasiones cogió sobres para consumo propio aunque después los devolvió.
Durante su declaración en el juicio seguido en la Audiencia Provincial ante un tribunal formado por un jurado popular y a preguntas de la fiscalía, el procesado solo ha admitido que accedió en dos ocasiones al despacho en el que se almacenaban esas pruebas hasta su remisión al departamento de Farmacia para su análisis y que cogió dos sobres con la intención de usar dicha sustancia para consumo propio pero que, después, los devolvió al lugar en el que se encontraban depositadas sin consumirlas, tras arrepentirse de su conducta inicial.
Ha relatado que accedió a dicho despacho “porque necesitaba folios” y que cogió "uno de los sobres” porque “en ese momento estaba muy afectado por la enfermedad" que sufría su padre y pensó que la cocaína le podía "aliviar la ansiedad que padecía”.
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No obstante, ha asegurado que, después, recapacitó y los devolvió: “Cogí una pequeña papelina y me la metí en el bolsillo, pero luego sentí vergüenza de mí mismo y volví a entrar para devolverla”. Ese comportamiento se repitió en dos ocasiones, el 24 y el 25 de septiembre de 2020, según ha admitido, tras explicar que ha prestado 13 años de servicio y que ha sido propuesto para recibir una condecoración.
La Fiscalía atribuye al policía el delito de infidelidad en la custodia de efectos en el ejercicio de su trabajo como funcionario público y solicita para él una pena de cuatro años de prisión, así como otros seis de inhabilitación para el desempeño de sus funciones como policía.
Según su escrito de calificación inicial, el agente se prevalió de su puesto para distraer al menos cuatro sobres que, presuntamente, contenían cocaína y, además, manipuló las actas de las operaciones sobre su incautación. A partir de esta versión, ese comportamiento -que pudo haberse producido entre principios de agosto de 2020 y finales de septiembre del mismo año- quedó registrado por las cámaras de seguridad de la comisaría.
Lanza sospechas
Sin embargo, su defensa niega la autoría del delito y sostiene que no se investigó la posible intervención de los cerca de 30 agentes que pudieron tener acceso a las mismas dependencias en la que se custodiaban los efectos intervenidos. Además, ha alegado que la Policía solo aportó a la instrucción una parte de las grabaciones de los minutos en los que aparecía el encausado, pero no los vídeos de los 19 días que transcurrieron entre las dos fechas distintas en las que se habría producido la sustracción de las papelinas.
De igual modo, el letrado defensor también ha apuntado que no se investigó las nueve huellas digitales distintas que se encontraron en la caja que contenía esos sobres, entre las que no figuraba las del acusado.
Su defendido ha manifestado ser un “consumidor esporádico de cocaína” porque le ayudaba a superar la ansiedad que le provocaba el agravamiento de salud de su padre, con el mal de Alzheimer, al margen de tomar pastillas que le recetaban a él, como Diazepan.
El juicio prosigue mañana martes con la declaración de los agentes de la comisaría responsables de la unidad que se dedicaba a la custodia de los efectos intervenidos en operaciones policiales y se prevé que el jurado pueda iniciar la deliberación de su veredicto el miércoles, día 15.