La operación del fichaje de Ruth Merino, exsíndica de Ciudadanos, podría abrir la veda para que el PP empiece a pescar algunos de los principales cargos institucionales que el partido naranja tiene en la Comunidad Valenciana. Ya lo ha hecho en plazas como San Vicente del Raspeig, donde el exportavoz naranja será el candidato de los populares, mientras que en localidades como San Joan d'Alcant se ha llegado a plantear incluso la posibilidad de establecer una "coalición electoral" en las próximas municipales.
Otro de los nombres que han empezado a sonar fuerte estos días es el de la vicealcaldesa de Alicante, Mari Carmen Sánchez, responsable del Patronato Municipal de Turismo y una de las caras visibles del equipo de Gobierno municipal (fue, de hecho, portavoz del bipartito durante la primera parte de la legislatura).
Se da la circunstancia de que Sánchez lleva tiempo bastante despegada de la actividad del partido y, además, no será candidata en la ciudad de Alicante, tal como sucedió en 2019. El elegido ha sido Adrián Santos Pérez, actual concejal de Urbanismo del Ayuntamiento.
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La relación de la vicealcaldesa con el PP es, además, "excelente", e incluso su opinión ha funcionado como contrapeso en algunos asuntos donde Cs ha mostrado discrepancias con sus compañeros de bancada, cono por ejemplo el texto final de la ordenanza contra la prostitución y mendicidad o incluso con la moción de censura que se planteó en 2021 en Murcia.
La operación, sin embargo, tendría algunas aristas. La primera es que Sánchez no podría abandonar el partido antes de las elecciones (cosa que sucedería si anunciase su fichaje por el PP y el partido la expulsase), porque pasaría automáticamente al grupo de no adscritos y, como tal, no tendría derecho a sueldo. Algunas fuentes indican que las competencias dependen directamente del alcalde, por lo que en principio sí podría mantenerlas.
El Reglamento Orgánico del Pleno del Ayuntamiento de Alicante es muy estricto con los regidores que abandonen un grupo municipal, y se aplicaría de forma automática como ya sucedió con la regidora Nerea Belmonte, la ex de Guanyar Alacant (aunque proveniente de Podemos) que dejó el cargo por dar contratos a unos amigos. Belmonte aguantó hasta el final del mandato, pero sin ningún tipo de retribución.
La alternativa sería esperar hasta la puerta de las elecciones, aunque otras fuentes también apuntan a la posibilidad de que el PP no quisiese a Sánchez para la lista electoral, sino para otro cargo de gestión designado de manera directa.
Sea como fuere, lo cierto es que el anuncio del fichaje de un nuevo peso pesado (aunque sea institucional) de Cs por parte del PPCV supondría un nuevo golpe de efecto en pleno proceso de regeneración de los liberales, que aún esperan sacar representación en la segunda ciudad de la Comunidad Valenciana.