Retenciones de hasta 40 kilómetros para entrar a Valencia, una ocupación superior al 80% con más del 90% de la planta hotelera abierta en algunos puntos e imágenes de playas llenas de gente y los primeros festivales de música sin apenas restricciones. La Comunidad Valenciana ha abrazado la Semana Santa de 2022 como la de la "recuperación" y la "plena normalidad", por mucho que la Organización Mundial de la Salud haya decretado que la Covid-19 sigue siendo una pandemia a nivel mundial.
Desde hace unas semanas los datos han pasado a ser algo secundario en toda España, con la difusión de las cifras de contagios dos veces por semana (en lugar de a diario) y los indicadores de incidencia convirtiéndose en algo relativo con más del 85 % de la población vacunada.
A ello ha contribuido la generalización de la variante ómicron, más contagiosa pero menos letal, que ha permitido abundar en una estrategia de gripalización del coronavirus para impulsar recuperación económica de los territorios que más dependientes del sector servicios, como es la Comunidad Valenciana, y, en particular la provincia de Alicante.
Se trata, como señaló este jueves el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, de una "reactivación económica y emocional" porque "necesitamos de verdad poner en valor lo que es nuestra capacidad de captación turística" después de dos años con el sector contra las cuerdas en la peor crisis que se recuerdan desde que existen registros. Y en un escenario en el que la sombra de la guerra y la inflación amenaza la recuperación.
El turismo que se fue
Si por algo se ha caracterizado el primer trimestre del año ha sido por el regreso del turista británico a la costa alicantina. En puntos como Benidorm los visitantes de Reino Unido han vuelto a superar a los españoles después de dos años con cifras residuales. Las cifras del aeropuerto de Alicante-Elche consolidan las buenas sensaciones, con un incremento de los asientos ofertados en la temporada alta de 2022 respecto a las cifras de 2019.
Porque la gran esperanza del turismo es precisamente el regreso de los clientes internacionales. España era antes de la pandemia el segundo país más visitado del mundo, solo por detrás de Francia, y zonas como la Comunidad Valenciana registraron hace tres años cifras récord con más de 9,5 millones de clientes extranjeros.
Aunque la Semana Santa es un periodo vacacional donde el turista nacional resulta especialmente importante, la llegada continua de extranjeros permitirá desestacionaizar la oferta y, sobre todo, apuntar hacia unos meses de verano con la esperanza de colgar el cartel de completo. Siempre y cuando la pandemia lo permita, claro.
Se levanta el telón
En Benicàssim (Castellón), el festival SanSan abrió este jueves la temporada de grandes eventos en la Comunidad Valenciana en un contexto sin apenas restricciones y con un recinto con ausencia de mascarillas.
En medio año el SanSan ha puesto en marcha de nuevo su maquinaria para confeccionar un cartel en tiempo récord y con la dificultad añadida de la vuelta de las giras de los artistas en 2022, por lo que muchos grupos ya tenían sus fechas cerradas.
Un cartel que trajo en la primera noche de SanSan a Crystal Fighters y Steve Aoki como nombres internacionales más destacados y también otras propuestas del ámbito nacional -con más que aportar- como Califato 3/4, la Casa Azul, Ciudad Jara o Zoo.
Y una entrada de público no tan generosa como en el pasado octubre (en el que congregó a 20.000 personas), algo achacable quizás no tanto a los artistas confirmados sino a la gran oferta de festivales y eventos musicales por todo el territorio valenciano y nacional, con la vuelta a una casi total normalidad.
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