¿Tiene peso la provincia en el conjunto de España? ¿Llegan a Madrid las reivindicaciones del sur de la Comunidad Valenciana? Los empresarios han ahondado sus críticas hacia la "invisibilidad" de la provincia tras analizar el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y el déficit histórico en inversiones.
El presidente de la patronal alicantina, Perfecto Palacio, incluso llegó el pasado miércoles a diagnosticar esa invisibilidad responsabilizando de ellos a los políticos alicantinos, diciendo que "no hacen su trabajo" e ironizando con la necesidad de un "Alicante Existe" que al modo de Teruel, lleve sus reivindicaciones y agravios al Congreso de los Diputados.
Lo cierto es que la quinta provincia de España en población no tiene un ministro alicantino desde hace 10 años, cuando terminó -en diciembre de 2011- el paso de Leire Pajín (PSOE) por el Gobierno de la segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE).
Nacida en San Sebastián (País Vasco), Pajín es sin embargo una benidormí de pura cepa desde que sus padres, se trasladaron a la provincia. Su madre, Maite Iraola, se convirtió en un referente local del socialismo (llegando más tarde a concejal) y ella cursó sus estudios de bachillerato y Universidad en Benidorm y Alicante respectivamente.
Alicantinos y no alicantinos
Con Pajín coincidieron hasta 2009 en el Gobierno Pedro Solbes y Bernat Soria. El primero, pese a haber nacido en Pinoso, desarrolló la mayor parte de su vida y actividad desde Madrid. El segundo, valenciano, sí que trabajó para la Universidad de Alicante (UA) y la Miguel Hernández de Elche (UMH), pero también en Andalucía y otras comunidades españolas.
Posteriormente ha habido otros ministros que concurrieron a las elecciones por Alicante, pero ninguno de ellos era alicantino. Ni José Manuel García-Margallo, ministro de Asuntos exteriores de 2011 a 2016 en el Gobierno de Mariano Rajoy (PP), ni Pedro Duque (PSOE), ministro de Ciencia y educación de 2018 a 2021 en el Ejecutivo de Pedro Sánchez (PSOE), no son alicantinos sino madrileños. Aunque mantienen cierta vinculación con la provincia por tener ambos casas en Xàbia.
Las opiniones de cómo afecta esta falta de referentes en Madrid son diversas, pero lo cierto es que mientras que Pajín luchó por establecer en la provincia la Casa Mediterráneo como instrumento de la diplomacia española en el Mediterráneo, el resto no han conseguido nada especialmente relevante o singular para la provincia.
Pero lo más grave es que además del déficit histórico en inversiones que diagnostica la patronal, Alicante ha contado con pocos aliados en el Gobierno a la hora de defender sus actividades estratégicas como la agricultura o el turismo. Y se comprueba en los recortes y ataques sin respuesta contundente al trasvase Tajo-Segura, la falta de impulso al turismo con el retraso del Imserso, las dudas sobre la llegada de mercancías a la provincia en el Corredor Mediterráneo, etc.