El presidente del Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana (CECOVA), Juan José Tirado, ha solicitado a la Conselleria de Sanidad que, ante el avance de la quinta ola, permita a personal voluntario reforzar los hospitales, fuera de su horario laboral, con una compensación económica por módulos.
Esta “es la mejor solución que podría adoptar la Administración sanitaria antes que doblar camas en algunos hospitales, con los mismos recursos, que supondrá incumplir las ratios enfermera/paciente en las UCI”, ha señalado Tirad.
Tanto en los hospitales como en los centros de atención primaria y centros de salud pública se están alcanzando ya los índices de congestión clínica vividos durante la tercera ola (desde finales de diciembre de 2020 a finales de febrero de 2021), ha informado CECOVA.
Esta saturación puede provocar que los profesionales se queden sin vacaciones. En Atención Primaria se ha recurrido a la contratación de técnicos documentalistas para el rastreo de los contagios y así poder disponer de alguna enfermera más para el resto de las acciones (vacunaciones, PCR, pacientes ordinarios/crónicos), añade.
Hospitales como el Doctor Peset o La Fe han decidido retrasar las intervenciones demorables y sólo asumir las de extrema necesidad para dejar más espacio a los crecientes ingresos por covid-19.
“Las/os enfermeras/os nos están haciendo ya un llamamiento de auxilio porque los contagios no cesan, los espacios sanitarios de Atención Primaria empiezan a abarrotarse de personas que quieren someterse a los test y los entornos hospitalarios ya notan una presión asistencial que parece imparable”, ha dicho el presidente del Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana.
Tirado expone que esta situación viene provocada porque los beneficios de la vacunación se ven contrarrestados por la capacidad infectiva de la nueva variante del virus delta (cepa india), la no vacunación todavía de los jóvenes y "las actitudes de algunos de ellos", mostrando "conductas egoístas sin tener en cuenta a la población de mayor riesgo ni al personal sanitario que los atiende”.
Tirado previene de que cada día “hay más personal contagiado y de baja. Y las enfermeras que quedan deben asumir el trabajo de sus compañeras, con acumulación de tareas y cansancio”.
El Gobierno valenciano decidió el pasado 31 de mayo prescindir de 3.300 sanitarios. Se trata del personal de refuerzo que la Generalitat contrató para hacer frente a la pandemia, y que en total suman más de 9.000 profesionales. Poco después la consellera se quejó de que era difícil encontrar facultativos porque la bolsa de trabajo estaba "agotada".