El caso de Candi, el maltratador trans de Sevilla, se eterniza: la víctima se convierte en acusada
- Cristina se ha quedado sin la protección específica por violencia de género. Ahora se enfrenta a una pena de cárcel por la denuncia de su ex.
- Más información: Candi, la tercera trans sevillana que cambió de sexo en medio de un caso de maltrato a su pareja
"Me siento bastante desprotegida. Lo tengo que ver en los pasillos del juzgado riéndose y cantando". Son las palabras de Cristina sobre Candi, antes Cándido, quien se cambió de sexo en 2023 para ser una mujer. En ese momento ya tenía, desde 2019, una condena por maltratarla de 15 meses. Está a la espera de una petición de indulto al Ministerio de Justicia.
Ahora se ha convertido en acusada y se enfrenta a una pena de cárcel. Su expareja, con la que tiene dos hijos, la ha denunciado por agresión y el caso pasará a juzgarse por lo penal por unos hechos del pasado 9 de julio. Ella defiende que fue la agredida ese día.
Es el último de los episodios de un caso que se eterniza en los juzgados entre múltiples denuncias. Desde el cambio de sexo de Candi, en agosto de 2023, existe además la discusión sobre qué tribunal se encarga de las causas.
El pasado mes de agosto, el Juzgado de la Violencia de la Mujer se inhibió, pero en septiembre, el nuevo juez devolvió la causa. Recientemente, las diligencias han regresado al Juzgado de Instrucción número 14.
Por tanto, Cristina ya no cuenta con las protecciones específicas de la Ley de Violencia de Género, lo que le genera una situación de indefensión.
Así lo describen fuentes cercanas al caso. Ha quedado fuera del sistema Viogén, lo que facilita el seguimiento de su caso de manera rápida. La polícia no puede actuar rápido en caso de recibir nuevas agresiones. Debe acudir a una comisaría para denunciar.
Denuncias cruzadas
De esta manera, confirmó el pasado 9 de julio que su ex era una mujer. Según su relato, Candi se presentó en su casa, la amenazó y la agredió. Llamó a la unidad específica de la policía encargada de la violencia de género, que ya no podía encargarse del caso.
Denunció al día siguiente. Su ex se adelantó y ahora se juzgan unos hechos que la han sentado en el banquillo de los acusados. Podría enfrentarse a una pena de cárcel por agresión de hasta dos años.
No obstante, ella confía en demostrar lo contrario. "Tenemos bastante material probatorio para poner de relieve no solo que el relato de la denuncia es falsa, sino que incluso los testigos son falsos", argumenta José Antonio Sirés, su abogado.
El letrado argumenta que el parte de lesiones aportado por Candi "no encaja con lo que están presentando". "Esperemos que llegue el momento oportuno para que le abran un parte penal por falso testimonio en sala", añadía a la salida de los juzgados.
Denuncia de "fraude de ley"
Desde que el caso salió a la palestra en el verano, Sires ha defendido en todo momento, que Candi ha cometido "fraude de ley" al cambiarse de sexo. Considera, además, que denuncias como las que se juzgaban este viernes son "mecanismos dilatorios y torticeros" que "aumentan el daño psicológico en la víctima".
Según explicaba la propia Cristina, "es la única forma" que tiene de verla. Durante uno de los periodos en el que el proceso estuvo en manos del Juzgado de la Violencia de la Mujer, se le impuso una orden de alejamiento a su ex.
Fue tras los hechos del 9 de julio. Un mes después, tal como reveló su abogado, la incumplió presuntamente. Por ello pedía que se le impusiera una pulsera de geolocalización y la prisión provisional como medida de protección.
"No me voy a rendir. Tenemos pruebas suficientes. Lo que hacía en la sala era reírse. Quien ríe último, ríe mejor", aseguraba Cristina a la salida de los juzgados. No obstante, confesaba sentir "miedo" por la posibilidad de que le retiren la orden de alejamiento. "Creo que la justicia ya va a favor de los delincuentes", denunciaba.
"Se ha cometido una injusticia social"
Por la otra parte, Candi se ha puesto en manos de Juan de Dios Ramírez, quien defendió a Francesco Arcuri en el caso contra Juana Rivas. A la salida de los juzgados, aseguraba que "se ha cometido una injusticia social muy grande con su cliente".
"Para juzgar hay que escuchar a las dos partes. Y no condenar socialmente a una persona que lo único que ha hecho es tomar una decisión muy meditada y acorde con su deseo de ser mujer", manifestaba.
Juan de Dios consideró que el Juzgado de la Violencia de la Mujer de Sevilla tomó una resolución "ajustadísima a derecho" al inhibirse, que "no se está respetando por la parte contraria". "No sabemos si por fines políticos o por fines de aprovechamiento económico", expresaba.
"Mi clienta solo quiere lo mejor para sus hijos y para ella y se ha sentido literalmente maltratada por todos, tergivesando sus palabras como las acciones sin opción de réplica y soportando gravísimos insultos a su persona", zanjaba el letrado de Candi.
Mientras se resuelve la petición de indulto por la pena de 15 meses por maltrato, el caso de Candi sigue instalado en el "bucle", tal como lo define Cristina. Ahora queda a la espera de ver cómo se resuelve la acusación de su expareja, que la ha sentado en el banquillo de acusados y la puede enfrentar a una pena de cárcel.