Carmen salía de misa cuando un conductor la mató atropellándola en un paso de peatones y se fugó
Andrés, hijo de la fallecida, anuncia que emprenderá acciones legales contra el autor del siniestro, ocurrido en la pedanía murciana de Torreagüera: "Le dio un topazo y se dio a la fuga. Una mujer le pudo hacer una foto al coche".
12 junio, 2024 02:38Andrés acudió el sábado por la mañana al Cementerio de Torreagüera, junto a su madre, Carmen, para pintar el panteón familiar y ayudarla a limpiar. "No me podía imaginar que eso sería lo último que haríamos juntos y que esta semana tendría que enterrar allí a mi madre", se lamenta Andrés, cabizbajo en el salón de su casa, debido a que ese mismo sábado por la noche, la Policía Local de Murcia le llamó para informarle de que Carmen sufrió un atropello en un paso de peatones y el conductor se dio a la fuga.
"Ese hombre ha privado a mi madre de vivir otros diez años", reflexiona Andrés Pelegrín, mostrando a EL ESPAÑOL el retrato de su difunta madre: Carmen Lorca, de 81 años. "Era un torbellino de mujer".
Tanto es así que en la pedanía murciana de Torreagüera donde residía esta modista jubilada, profesora de corte y confección, era habitual ver a Carmela, como la conocían con cariño sus allegados, haciéndole un buen apaño a la ropa de los vecinos de su calle. Incluso acudía al súper a hacerle algún recado a otras pensionistas a las que la edad había lastrado su movilidad. "A veces, se ocupaba de cuidar y hacer compañía a una mujer de 90 años", ejemplifica su hijo, sobre la vitalidad que Carmela había heredado de su madre que se quedó a unos meses de soplar cien velas.
Carmen Lorca era una mujer alegre, sociable y creyente. Por eso, cada sábado acudía con una amiga a la Iglesia del Santísimo Cristo Del Valle. "La atropellaron después de ir a misa, cuando cruzaba el paso de peatones y se encontraba a menos de cincuenta metros de su casa", según resume Andrés, con los ojos inyectados en lágrimas, como su esposa, Josefa Serrano, convertida en un pilar en el que apoyarse para asumir una pérdida tan dura como injusta porque Carmela fue arrollada por Abd E. M.: un ciudadano marroquí, de 31 años, al volante de un Citroën Xsara Picasso.
- ¿Cómo se enteró de que su madre había sido atropellada?
- Andrés Pelegrín Lorca: El sábado por la noche, sobre las nueve, me disponía a salir con mi mujer para cenar en casa de mi suegro, cuando recibí la llamada de un número largo: era una extensión. Al principio, pensé que sería del hospital porque estoy pendiente de una operación en el codo, pero cuando descolgué era la Policía Local de Murcia. Me dijeron: 'No se asuste, a su madre la han atropellado en un paso de peatones, al lado de su casa, y unos compañeros están con ella'.
Ni que decir tiene que el sábado por la noche, Andrés recorrió con su coche como una exhalación, los diez kilómetros que separan su casa en la pedanía murciana de Zeneta de la calle Mayor de Torreagüera. Allí se encontró una escena que no puede quitarse de la cabeza: "Cuando llegué aquello estaba lleno de policías, había varios vecinos y mi madre estaba encima de una camilla". Carmen había sido arrollada -supuestamente- en el paso de peatones que hay frente a la sucursal del Cajamar y de cuya presencia se advierte a todos los conductores con una señal vertical.
- ¿Su madre estaba consciente? ¿Le dijo algo de lo sucedido?
- Andrés Pelegrín Lorca: Sí estaba consciente. Solo me decía que le dolía mucho la cadera porque la tenía rota. También tenía fracturada la tibia y el peroné, tenía una costilla hincada en un pulmón, iba tirando sangre por la cabeza... Estaba hecha un desastre y se la llevaron al Servicio de Urgencias del Hospital Reina Sofía de Murcia.
- ¿Qué ocurrió al llegar al centro hospitalario?
- Nada más llegar, la ingresaron en la UCI y cuando salió una doctora, me dijo que a causa del atropello tenía dos vértebras rotas. Así que de entrada, mi madre se iba a quedar inválida porque no la podían operar de la columna vertebral. Luego le dio un infarto, tenía los pulmones encharcados, dejaron de funcionarle los riñones, estaba intubada...
El menor de los males para Carmen habría sido acabar en una silla de ruedas porque 24 horas después del atropello, su hijo tomó la decisión más terrible de su vida: desconectar a su madre del aparataje que hacía latir su corazón, debido a que la mayoría de sus órganos no eran capaces de mantener las funciones vitales por sí solos. "Los médicos me dijeron que no se podía hacer nada por ella, solo iba a padecer y la desconectamos", recuerda Andrés con un nudo en la garganta. "La atropellaron a las nueve de la noche del sábado y murió a las nueve de la noche del domingo".
- ¿Cómo afronta un hijo la decisión de apagar la vida de su madre?
- Andrés Pelegrín Lorca: Muy mal. La cabeza se te va. Pero me dijeron que era un cadáver conectado a una máquina.
Este nueve de junio se apagaba para siempre la chispa de una mujer nacida en la huerta del Segura en 1942, que se forjó una buena reputación como modista en Beniaján donde crió a tres hijos maravillosos, junto a su esposo, Fulgencio, un agricultor por el que ella recibía el sobrenombre de 'La Carmela del Tano'. En la actualidad, Carmen disfrutaba de una merecida jubilación, tenía como 'compañera' de piso a su hija, contaba con tres gatos a falta de una mascota y siempre que podía ejercía de abuela feliz. "Ella se ponía loca con sus cuatro nietos y sus tres bisnietos. Cada vez que cobraba la paga doble de la pensión, le daba un sobre con un billete a cada niño", explica Andrés apenado. "Era divina: le metía 20 euros a cada nieto por el santo, otro sobre por el cumpleaños...".
Las reuniones familiares ya no serán lo mismo sin 'La Carmela del Tano' y su pericia a los fogones para preparar platos típicos murcianos, como el mondongo: un guiso con garbanzos, cordero y pimentón. "Mi suegra estaba muy bien: cuidaba de sus plantas, salía sola a hacer la compra, iba a tomar café a la confitería y con las amigas a la peluquería, le arreglaba la ropa a todos los vecinos y a veces le regalaban un jamón en Navidad", según enumera Josefa Serrano, de 59 años. "Era una mujer ágil y activa".
La muerte de Carmen ha supuesto otro varapalo para este matrimonio porque tanto Andrés, experto en el manejo de maquinaria en fábricas, como su mujer, Josefa, una curtida profesional del sector agrícola, se han quedado en paro, pero eso no les impedirá contratar a un abogado "para ejercer acciones legales" contra el ciudadano marroquí que atropelló mortalmente a la octogenaria. "Mi madre estaba consciente cuando llegué a Torreagüera y no pensaba que moriría en el hospital", subraya completamente desolado su hijo. "No pude despedirme de ella". "Es una desgracia".
- ¿Presenció el atropello alguno de los vecinos que el sábado estaba por la calle Mayor de Torreagüera?
- Andrés Pelegrín Lorca: Me contaron que mi madre venía de misa, cruzó la calle por el paso de peatones y un conductor le dio un topazo y se dio a la fuga. Al parecer, una mujer le pudo hacer una foto al coche.
Tal extremo es confirmado por un portavoz de la Policía Local de Murcia: "El vehículo abandonó la zona y los testigos facilitaron una descripción completa de la marca y modelo, así como el número de la matrícula". De hecho, una mujer reaccionó con tanta rapidez que fue capaz de hacerle una fotografía al Citroën Xsara Picasso con el que Abd huyó en dirección a Los Ramos. Ese mismo sábado, la monovolumen sospechosa fue localizada en un garaje en la calle San Luis: tenía fracturado el parabrisas delantero y todo el capó abollado. Pero del dueño del vehículo no había ni rastro.
"El conductor se presentó voluntariamente, a las nueve de la mañana del domingo, en el cuartel que la Guardia Civil tiene en Torreagüera, y se identificó como el autor del atropello", según confirma el citado portavoz policial. De forma que ya no había posibilidad de someterle a un test de alcoholemia y por tanto, no se podrá saber si el sábado por la noche, Abd conducía bajo los efectos del alcohol, cuando arrolló -supuestamente- a Carmen mientras cruzaba por un paso de peatones y se dio a la fuga, sin detenerse ni preocuparse por el estado de la salud de la anciana.
El Equipo de Atestados de la Policía Local está elaborando un informe para determinar la velocidad a la que circulaba la monovolumen, si excedió el límite establecido para la circulación por la calle Mayor de Torreagüera y si llegó a frenar antes del atropello. "Mi suegra era buenísima, nunca estaba enferma ni le dolía nada, siempre estaba alegre y tenía una fortaleza que yo querría para mí: era una mujer de las que ya no hay", recalca Josefa. "La verdad es que estamos sufriendo una mala racha".
Este lunes, el marroquí, Abd M. J., de 31 años, pasó a disposición judicial por delitos de homicidio imprudente y abandono del lugar de un accidente con un herido. El titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Murcia lo dejó en libertad con cargos, tras retirarle el permiso de conducir, así como el pasaporte, prohibiéndole la salida del territorio nacional y obligándole a comparecer mensualmente en sede judicial.
- ¿Qué le diría si pudiese al conductor que se dio a la fuga después de atropellar a su madre?
- Andrés Pelegrín Lorca: No lo sé. Ni idea. Es mejor no decir nada. Espero que la Ley lo meta en la cárcel muchos años y que cuando recupere la libertad vaya en bicicleta para que no vuelva a conducir. Siento impotencia porque su señoría lo ha dejado en la calle con la obligación de ir a firmar a los juzgados hasta que se celebre el juicio. ¿Qué hago? ¿Voy a buscarlo para buscarme yo una ruina? Estoy jodido. Prefiero no decir lo que pienso.