Javier Rupérez.

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Reportajes

Rupérez: "Quién me iba a decir que mi secuestrador en 1979, Otegi, sería socio preferente del Gobierno"

EL ESPAÑOL conversa durante la protesta contra la amnistía con Javier Rupérez, el exembajador de Aznar en EEUU que fue secuestrado por ETA. 

29 enero, 2024 02:01

Se deja entrever entre el ondeo de las miles de banderas que hoy se alzan como protesta contra la ley de amnistía. El sol asoma atrevido por la madrileña plaza de España, abarrotada de pancartas y cánticos. Pasa desapercibido entre la multitud 45.000 personas, según los datos de la Delegación del Gobierno. Su actitud es serena, apacible. Viste una sudadera del Instituto de Política de New Hampshire y unas gafas que asaltan dudas. Pero es él. Sugiere conversar en una pequeña cafetería, al lado del Círculo Catalán.

"[La ley de amnistía] Es una monstruosidad dictada por aquellos que quieren destruir España y aceptada por el presidente del Gobierno. Tenemos que recuperar el sentido de la patria común e indivisible de todos los españoles", expresa firme a este diario Javier Rupérez (Madrid, 1941), exembajador de José María Aznar en Washington y exsecretario de Asuntos Exteriores de Adolfo Suárez. También fue presidente del Comité de Defensa y director ejecutivo del Comité contra el Terrorismo del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en Nueva York. Desde que Pedro Sánchez anunció el pacto con Junts y ERC, Rupérez ha asistido a todas las manifestaciones convocadas por el Partido Popular en Madrid. 

"Estamos observando un PSOE que sólo acepta chantajes e imposiciones. Tienen un objetivo: la independencia tanto de Cataluña como del País Vasco. El plan incluye la amnistía, el referéndum, la declaración de independencia y, por último, lo que ellos presumen, que será la independencia misma", arroja. Realiza una pausa para pedir una cerveza sin alcohol y una ración para comer. Junto a Rupérez se encuentra su hermana, Paloma Rupérez, quien fue directora de Documentación en la Agencia EFE, y una amiga de la infancia, Ana Verastegui. O Anuchi, como se presenta a este periódico. 

Javier Rupérez, junto a su hermana Paloma y su amiga Ana en la manifestación del 28 de enero.

Javier Rupérez, junto a su hermana Paloma y su amiga Ana en la manifestación del 28 de enero.

"Lo que está pasando en España en este momento nunca ha pasado en la historia de España. Lo obsceno es contemplar cómo Sánchez está siguiendo las órdenes de partidos políticos dirigidos por delincuentes: Puigdemont, Junqueras, Otegi, quien me secuestró…", señala.

El 11 de noviembre de 1979 Rupérez fue secuestrado por la organización terrorista ETA. Permaneció cautivo durante 31 días. Primero en la provincia de Ávila, cerca de El Escorial. Después le trasladaron a Trasmoz, un municipio zaragozano. Por aquel entonces era portavoz de UCD y diputado por Cuenca.

"Otegi era el jefe del comando que me secuestró. Y ahora mi secuestrador, que es un terrorista convicto y confeso, es en estos momentos uno de los socios preferidos del Gobierno. Si en el 79 me hubieran dicho esto, nunca me lo hubiera creído. Me hubiera parecido imposible. Creo que sólo esto dice todo de la monstruosidad que tenemos en el PSOE", expresa. 

Rupérez evoca aquellos años, cuando era objeto de terroristas, y revela lo duro que era "no saber si ibas a estar vivo en el minuto siguiente". Paloma, a distancia de su hermano, cuenta que mientras éste estuvo cautivo nunca dejó que sus secuestradores le tratasen de tú, y aun en aquellas circunstancias, Rupérez siempre respondía de usted.

"Teníamos un gran sentido de la dignidad", arroja el madrileño. Con esto, relata que el secuestro no le impidió rehacer su vida y siguió con su carrera política, volviendo al Parlamento. "Gracias a Dios no tuve secuelas psicológicas. Cuando llegué a Madrid me mandaron al Hospital Puerta de Hierro. El psiquiatra me dijo 'Javier, no necesitas mi ayuda'", cuenta. 

Javier Rupérez junto a su hermana, Paloma Rupérez.

Javier Rupérez junto a su hermana, Paloma Rupérez.

Rupérez se encuentra anonadado con la situación política actual: "El panorama es de una gravedad terminal en términos políticos, intelectuales, morales y económicos". El exdiplomático afirma que el PSOE se ha convertido en una cámara de los horrores y opina que los españoles están contemplando una deriva obscena con el partido socialista, que "compone una secuela repugnante de personas vendidas a la más corrupta de las políticas existentes", con la que hay que acabar cuanto antes. 

Pregunta.- ¿Qué es lo que le da más miedo?

Respuesta.- La división de España, que el presidente del Gobierno esté en manos de aquellos que quieren romper la unidad española.

P.- ¿Cómo prevé el futuro?

R.- Mientras sigamos votando saldremos adelante. El voto es la manifestación suprema de la libertad del ciudadano. Confío. 

P.- ¿Está asistiendo a Ferraz?

R.- No. Pero me parece muy bien lo que están haciendo. Es una manifestación popular, ciudadana y diaria de un hartazgo muy profundo que existe en contra del PSOE. 

Un político ejemplar

La charla se redirige a recordar aquella izquierda de la Transición, que ya lejos queda. Los tres amigos de la infancia hablan entre ellos. Evocan recuerdos pasados. Y también personas. Sale a relucir Eugenio Nasarre, quien fue director general de RTVE en 1982 y secretario general de Educación con Aznar entre 1996 y 1999, fallecido el pasado 27 de enero a los 77 años a raíz de un paro cardiaco. "Fue muy buen amigo mío", lamenta apenado Rupérez, quien le califica como un político ejemplar. 

De nuevo, los tres se centran en Sánchez y en el gobierno socialista, protagonista de esta improvisada e imprevista charla. "Es aberrante, incomprensible", expresa Anuchi. "Es un partido corrupto ideológicamente, políticamente y económicamente. Es un partido anticonstitucional", le responde Rupérez. 

La conversación se acalora cuando sale el terrorismo 'bueno' de Sánchez, que, supuestamente, no atenta contra los Derechos Humanos. Y es que hace unos días el Gobierno anunció cambios en la ley de amnistía con el objetivo de proteger a los investigados del procés.

La norma incluirá delitos de terrorismo salvo aquellos que supongan "violaciones graves de los Derechos Humanos". "Sólo existe un tipo de terrorismo y, por ende, una única definición: la utilización de la violencia para alcanzar objetivos políticos. Y eso es lo que han hecho y siguen haciendo los separatistas. Todo terrorismo va contra los Derechos Humanos", espeta Rupérez. 

[El PP 'ficha' para un pequeño pueblo de Cuenca a un exembajador en Estados Unidos]

"Aberración, aberración y aberración". Las mujeres asienten. Coinciden con el exembajador. "Es una monstruosidad lógica e intelectual definir algo con una negación. Nada se define por lo que no es. Y la definición de terrorismo se refiere al contenido del terrorismo, no a lo que no es. Se trata de una imprecisión imperdonable", expresa Paloma abrumada. "Es fácil. Uno es el terrorismo que han hecho los que no son amigos del presidente y el otro el que han hecho los amigos del presidente, que son los separatistas, los buenos. Esto no es una amnistía, es la autoamnistía", concluye Rupérez. 

Fuera ya no hay cánticos. Tampoco pancartas caseras. Sí se puede seguir divisando alguna que otra bandera rojigualda y un escenario vacío. La de Anuchi, por ejemplo, que lleva la suya a la espalda. Madrid, aun con su tránsito y frenesí usual, se siente tranquila. Rupérez se despide. Se dirige a su casa, seguramente a escribir. Que sea lo que Dios quiera, parece decir.