Modernismo ferrolano en miniatura y con material reciclado en la cervecería Galerna
Carlos Macías ha reproducido casi un centenar edificios, fachadas, barcos y faros en maquetas.
20 febrero, 2021 06:00Quien se acerque estos días a por comida o café para llevar a la Galerna podrá ver un pedazo de modernismo ferrolano en miniatura. Se trata de las maquetas realizadas por Carlos Macías, un ferrolano que decidió dedicar su jubilación a reproducir fachadas, barcos y faros con material reciclado. Los edificios más representativos de Ferrol, entre los que se encuentran varias de las obras de Ucha, están ahora expuestos para el disfrute de trabajadores y clientes de la cervecería, ubicada en la calle Pontevedra.
Este año es el 40 aniversario de la muerte de Rodolfo Ucha y, ¿qué mejor manera de homenajearlo que uniendo sus principales obras bajo un mismo techo? La torre de Casa Antón, la Cocina Económica, el chalet de Canido, el edificio del Correo Gallego, el de Zara o el de Acevedo son algunos de los ejemplos que se pueden ver en la Galerna, que ha convertido su barra en una sala de exposiciones.
Tanto el autor como su hija creen que las maquetas pueden ser oportunidad para visibilizar el modernismo ferrolano. "No se le saca el suficiente partido", comentan. Defienden hay que romper con el mito de que "Ferrol es feo". Y es que Carlos, además de ser un amante de la arquitectura modernista, se considera un enamorado de la ciudad y de su gente.
Junto al legado de Ucha, se encuentran también otros edificios emblemáticos de Ferrol, como la Casa del Patín, la campana del arsenal militar o el palco del Cantón de Molíns. Incluso hay una réplica del depósito del agua de Canido, ya desaparecido. La exposición es solo una muestra de la colección de casi un centenar de maquetas que Carlos Macías almacena en su casa. Un auténtico Ferrol en miniatura con todo lujo de detalles.
Carlos cuenta que la maqueta que más ilusión le hizo es la del Casino Ferrolano, ya que surgió a raíz de una exposición sobre Rodolfo Ucha que se suspendió por la pandemia. Otras de las obras de las que más orgulloso se siente son las de los edificios que rodean la plaza de Galicia. Tiene todos: desde el arsenal hasta Correos, pasando por el Teatro Jofre.
Su obra va más allá de las fronteras municipales. Su maqueta de la antigua Casa da Cultura de Narón es ejemplo de ello. También ha reproducido faros de varias zonas de Galicia, como la Torre de Hércules, el faro de Meirás o algunos de las Rías Baixas. "Tenía el del Cabo Prior, pero se lo vendí a los dueños de un bar porque su madre había sido la farera", comenta.
Las únicas maquetas que no son reproducciones son los barcos, excepto algunos modelos concretos como la lancha de Mugardos. Carlos Macías elige partes que le gustan de diferentes naves, tira de imaginación y las une. Hay una condición, eso sí: tienen que flotar y, si no lo hacen, las modifica hasta conseguirlo. Su pasado como trabajador de la construcción naval lo ayuda en estos casos. Hasta las hélices giran. "Los barcos están huecos por dentro, así que se pueden motorizar", explica.
Pero no se centra solo en la parte mecánica. Cada detalle está pensado para reproducir un barco real. Los ojos de buey, las anclas fabricadas con madera, los timones hechos con palillos y hasta la pintura de consistencia arenosa buscan darle a la maqueta el realismo propio de cualquier embarcación que bien podría haber sido fabricada en Navantia o estar atracada en el puerto.
El detallismo es una característica común en las obras de Macías. Las placas de las calles, las flores de los balcones, los carteles de los bares, los letreros de los comercios, las piedras de las fachadas, la verja de la entrada del Casino, las papeleras con el logotipo del Concello… Incluso los escaparates están llenos. El autor cuenta que siempre procura meter algún elemento que represente al establecimiento en cuestión para que no quede un hueco vacío. En el edificio de Amador puso miniaturas de botellas, por ejemplo.
¿Cómo lo hace?
Carlos Macías entró en el mundo de las maquetas tras la jubilación. "Tenía que matar el tiempo en algo", comenta. Empezó con un barco que le regaló su hijo y, tras acabarlo, decidió que no iba a comprar más, sino que iba a optar por una vía más ecológica. "Se hace todo a partir de materiales reciclados, como cajas de fruta, plásticos de envoltorios…", explica su hija. "Todo se hace a mano y a ojo porque tampoco tengo una herramienta especializada", añade el autor.
Una vez que Macías tiene en mente un edificio, utiliza una foto para reproducirlo. "Empiezo por la parte más difícil, que suele ser la galería", explica. Lo hace así por los detalles. En función del tamaño que tengan los más pequeños, hace la escala para el resto de la fachada. "Por eso hay maquetas más grandes y otras más pequeñas", comenta. Pone el ejemplo de la concatedral de San Julián, que pese a ser grande en la realidad, logró reproducir en un tamaño más reducido que otras obras. "Y eso que lleva todos los detalles, como la verja de entrada y las cadenas de la plaza", cuenta su hija.
El autor reconoce que la inspiración para una maqueta le viene cuando aún no ha terminado la anterior. Una fachada sencilla le puede llevar "como mínimo 15 días", cuenta. La que más tiempo le llevó fue la Casa del Patín. Sobre esa obra tiene una anécdota: cuando la expuso en un centro de mayores, uno de los residentes se emocionó al verla porque había nacido en uno de los bajos. "Me pidió una foto y todo", cuenta Carlos.
Su jornada como maquetista comienza sobre las 8:00 de la mañana. "En verano a las 7:00 me levanto y me pongo a ello hasta las 11:00. Después me pongo a hacer otras cosas. Las maquetas son una de mis aficiones, pero hay más", cuenta Macías. Ahora tiene entre manos una ampliación de la maqueta de la Casa Romero: "Tenía la esquina hecha y ahora estoy con uno de los laterales. Solo en la galería llevo trabajando diez días un promedio de ocho horas".
A Carlos Macías le gustaría hacer una maqueta del Concello de Ferrol. "Lo tengo muy difícil porque me sale una maqueta inmensa, de casi un metro de largo. Aunque lo reduzca a la mínima expresión, tiene muchos detalles", explica. Además de hacer los edificios que le gustan, acepta encargos: "Si a alguien le interesa algo en concreto, se le hace. Siempre que sea posible realizarlo".
Carlos Macías lleva unos cuatro años haciendo maquetas, comenta. Ya ha expuesto en centros de mayores de Ferrol y Narón y en asociaciones de vecinos como la de Canido o Serantes. Ahora cuenta con una muestra permanente en la cervecería Galerna. ¿Aceptas la invitación?